La normativa gubernamental: ¿Ayudan a las empresas??

Muchos sectores del mundo empresarial se han quejado durante mucho tiempo de la regulación gubernamental. Las empresas y sus portavoces suelen denunciar las normas gubernamentales como impedimentos irracionales a los beneficios, la eficiencia económica y la creación de empleo. No es de extrañar que muchas empresas hayan recurrido a lagunas jurídicas, hayan trasladado sus operaciones al extranjero y hayan violado las leyes antimonopolio al intentar hacer frente a la normativa.

En realidad, las empresas estadounidenses han prosperado y sufrido a la vez debido a un número cada vez mayor de normas y a un código fiscal complicado. Como resultado, la relación entre las empresas y el gobierno puede ser de colaboración o de confrontación. Y lo que es más importante, las normas han protegido a los consumidores de las prácticas de explotación. A continuación, analizaremos algunas de estas normas para ver por qué puede ser difícil determinar su impacto en las empresas.

Puntos clave

  • La regulación gubernamental de la U.S. La economía se ha expandido enormemente en el último siglo, lo que ha provocado quejas de las empresas de que las intervenciones impiden el crecimiento y la eficiencia.
  • Los defensores de la intervención dicen que es necesaria para mitigar los efectos adversos del comercio no regulado, que van desde el daño medioambiental hasta los abusos laborales.
  • Algunas intervenciones pretenden ayudar al sector privado proporcionando directrices claras, préstamos y asesoramiento a las empresas.

Restricción de las empresas

El Congreso aprobó la primera ley antimonopolio en 1890 y la siguió con cambios periódicos en los tipos impositivos de las empresas y con una normativa cada vez más compleja que las regula. La comunidad empresarial se ha opuesto generalmente a las leyes, reglamentos o gravámenes fiscales que considera que impiden su funcionamiento y rentabilidad. Un argumento habitual contra el exceso de regulación y de impuestos es que a la larga suponen un coste neto para la sociedad. Según los críticos, las regulaciones gubernamentales frenan las innovaciones disruptivas y no se adaptan a los cambios de la sociedad.

Otros argumentan que hay buenas razones para la regulación. En su afán de lucro, las empresas han dañado el medio ambiente, han abusado de la mano de obra, han violado las leyes de inmigración y han defraudado a los consumidores. Sus defensores dicen que, en primer lugar, esa es la razón por la que los funcionarios elegidos con responsabilidad pública se encargan de la regulación. Además, algunas normas son esenciales para que florezcan las empresas competitivas civilizadas. Pocas empresas legítimas desean dedicarse al chantaje o participar en el mercado clandestino.

En cualquier caso, ahora tenemos entidades y reglamentos para limitar los supuestos excesos del libre mercado. Las empresas se quejan de muchas de estas normas, al tiempo que presionan para que se modifiquen otras a su favor.

Sarbanes-Oxley

A raíz de los grandes fraudes cometidos por varias empresas, como Enron, Tyco y WorldCom, el Congreso aprobó en 2002 la Ley Sarbanes-Oxley. La ley regula la contabilidad, la auditoría y la responsabilidad empresarial. Muchos en el mundo empresarial se opusieron al proyecto de ley, alegando que su cumplimiento sería difícil, lento e ineficaz. Además, predijeron que la ley no protegería a los accionistas del fraude. Esta postura ganó cierto apoyo cuando se descubrieron numerosos fraudes financieros, como el de Bernie Madoff, durante la crisis financiera de 2008.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA)

El presidente Richard Nixon creó la EPA por orden ejecutiva en 1970. La agencia regula la eliminación de materiales de desecho, las restricciones a las emisiones de efecto invernadero y los controles de otros contaminantes. Las empresas obligadas a cumplir estas normas se han quejado de que las restricciones son costosas y comprometen los beneficios. 

La Comisión Federal de Comercio (FTC)

Algunas empresas consideran a la FTC como un enemigo de los negocios. Se creó en 1914 para proteger a los consumidores de las prácticas comerciales engañosas o anticompetitivas. Entre ellas se encuentran la fijación de precios, la formación de monopolios y la publicidad fraudulenta.

La Comisión de Valores y Bolsa (SEC)

El Congreso creó la Comisión del Mercado de Valores (SEC) en 1934. Regula las ofertas públicas iniciales (OPI), garantiza la plena divulgación y hace cumplir las normas que rigen el comercio de acciones.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA)

Las empresas farmacéuticas suelen quejarse de que la FDA retrasa innecesariamente la aprobación y comercialización de ciertos medicamentos. A menudo exigen ensayos clínicos adicionales o más amplios, incluso cuando los medicamentos ya han demostrado su eficacia. Los elevados costes de aprobación de los medicamentos pueden disuadir a las pequeñas empresas de entrar en el mercado. Además, la FDA ha sido criticada por retrasar la aprobación y los ensayos en humanos de medicamentos para personas que se enfrentan a enfermedades mortales.

Captura de la reglamentación

Quizás la crítica más importante a las regulaciones gubernamentales es que crean la posibilidad de captura regulatoria. Cuando esto sucede, las agencias supuestamente responsables de proteger a los consumidores pasan a estar bajo el control de las industrias que se supone que deben regular. El regulador puede crear activamente barreras de entrada y desviar fondos públicos para rescates en beneficio de empresas favorecidas.

La normativa puede aumentar el poder de las empresas dominantes y abusivas si los responsables políticos no tienen cuidado al crear nuevas normas.

Apoyo a las empresas

Las empresas y los empresarios disponen de cientos de programas de ayuda del gobierno, en forma de dinero, información y servicios. La Administración de la Pequeña Empresa (SBA) concede préstamos a las empresas de nueva creación. También proporciona subvenciones, asesoramiento, formación y consejo de gestión. El Departamento de Comercio ayuda a las pequeñas y medianas empresas a aumentar las ventas de sus productos en el extranjero.

Un servicio que a menudo se pasa por alto y que el gobierno proporciona a todas las empresas es el estado de derecho. La U.S. La Oficina de Patentes y Marcas ofrece protección a los inventos y productos específicos frente a las infracciones ilegales de los competidores, fomentando así la innovación y la creatividad. Las violaciones de patentes y marcas comerciales se castigan con fuertes multas y están sujetas a acciones civiles que pueden ser costosas si el acusado pierde.

Además de todo esto, el gobierno toma ocasionalmente medidas extraordinarias para proteger a las empresas en condiciones económicas extremas. Algunos economistas afirman que el Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP) y los planes de estímulo económico que le siguieron evitaron una repetición de la Gran Depresión. Del mismo modo, la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica (CARES) del Coronavirus puede haber evitado que muchas empresas quebraran en 2020.

Otros economistas insisten en que el gobierno no debería haber intervenido y que se debería haber permitido que el libre mercado eliminara los fracasos empresariales. Independientemente del bando con el que se esté de acuerdo, no cabe duda de que el mundo empresarial sería muy diferente sin estos programas.

El resultado final

El gobierno puede ser un amigo de las empresas, proporcionándoles servicios financieros, de asesoramiento y de otro tipo. También puede ser un amigo del público, ya que crea y hace cumplir las leyes de protección del consumidor, de seguridad de los trabajadores y otras leyes. Desgraciadamente, los gobiernos también tienen un largo historial de atrapar a las naciones en patrones de decadencia a largo plazo a través de la regulación excesiva.

Es probable que este conflicto nunca se resuelva del todo porque siempre habrá disputas entre los distintos segmentos de cualquier sociedad. A medida que los avances tecnológicos continúan, la doble naturaleza de la relación del gobierno con las empresas puede ser cada vez más reguladora y colaborativa al mismo tiempo. La clave del éxito puede ser preservar el papel del gobierno como árbitro neutral aunque las reglas del juego sigan cambiando.

Fuentes del artículo

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na política editorial.

  1. Comisión Federal de Comercio. "Las leyes antimonopolio." Acceder a Mar. 18, 2020.

  2. U.S. Oficina de Responsabilidad Gubernamental. "Ley Sarbanes-Oxley: Consideración de los principios clave necesarios para abordar la aplicación para las empresas públicas más pequeñas." Consultado en marzo. 18, 2020.

  3. Agencia de Protección del Medio Ambiente. "Historia de la EPA." Consultado Mar. 18, 2020.

  4. Agencia de Protección del Medio Ambiente. "Información reglamentaria por sectores." Consultado en marzo. 18, 2020.

  5. Comisión Federal de Comercio. "Nuestra historia." Consultado en marzo. 18, 2020.

  6. U.S. Comisión de Valores y Bolsa. "Qué hacemos." Consultado en Mar. 18, 2020.

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