Definición del dilema del coste hundido

¿Qué es el dilema del coste hundido??

El dilema de los costes irrecuperables es un término económico formal que describe la dificultad emocional de decidir si se sigue adelante o se abandona un proyecto cuando ya se ha gastado tiempo y dinero, pero no se han conseguido los resultados deseados.

Puntos clave

  • El dilema del coste a fondo perdido se refiere a la dificultad emocional de decidir si se sigue adelante o se abandona un proyecto fallido.
  • El dilema es aplicable a las decisiones pasadas, en las que ya se ha gastado tiempo y recursos, así como a las decisiones futuras, en las que se gastará tiempo y recursos en función de los resultados pasados.
  • El pensamiento racional dicta que debemos evitar tener en cuenta los costes irrecuperables a la hora de decidir un curso de acción futuro.

Entender el dilema del coste hundido

El dilema del coste a fondo perdido, cuando se intenta resolver, requiere una evaluación de si una mayor inversión sería simplemente tirar el dinero bueno tras el malo. Una persona puramente racional sólo tendría en cuenta los costes variables, pero la mayoría de la gente tiene en cuenta de forma irracional los costes irrecuperables en sus decisiones. El dilema del coste hundido también se llama falacia de la concordia.

Los costes a fondo perdido son gastos que no se pueden recuperar. Por ejemplo, si a mitad de la instalación del nuevo suelo de madera en su casa decide que no le gusta su aspecto, tiene un coste hundido. No se puede devolver el suelo que ya se ha colocado. El dilema es si instalar el resto del suelo y esperar que te guste porque odias la idea de perder el dinero que ya has gastado, o si aceptar el coste hundido, romper los nuevos suelos de madera y comprar otro tipo de suelo.

Los costes a fondo perdido pueden producirse tanto en el pasado como en el futuro. Supongamos que se compra algo en la tienda. El recibo de la tienda muestra el periodo de reembolso o el número de días que tienes para cambiar de opinión y hacer una devolución y recuperar tu dinero. Este periodo se conoce como coste recuperable porque todavía tiene tiempo de recuperar su dinero de la tienda. Si ya ha pasado ese periodo -algunos le dan hasta 90 días para que le devuelvan el dinero-, es posible que no le devuelvan el dinero, por lo que se produce un coste irrecuperable.

Pero ¿cómo se relaciona un coste a fondo perdido con una situación en el futuro cuando aún no se ha gastado el dinero?? Eso es fácil. Considere la posibilidad de contratar un teléfono móvil de pospago o servicios de cable e Internet. Cuando se inscriba, probablemente tendrá un contrato para fijar su tarifa mensual. La mayoría de estas empresas exigen un tiempo mínimo de permanencia en el servicio, sobre todo para evitar que abandones el barco y te vayas a un competidor que pueda ofrecerte una mejor oferta más adelante. Si se muda o decide cancelar el servicio antes de que termine el contrato, es posible que tenga que pagar el resto del mismo. Este dinero se llama coste hundido.

Dilema del coste a fondo perdido y racionalidad

Veamos cómo funciona el dilema del coste hundido y cómo se relaciona con el pensamiento racional. El dilema del coste a fondo perdido pone a la gente en una encrucijada. El dilema surge cuando se considera el dinero que ya se ha gastado, así como el que se gastará en el futuro. No es prudente desde el punto de vista financiero abandonar algo por el dinero que ha invertido en la decisión, pero tampoco puede abandonar porque hacerlo le costará más dinero.

Supongamos que un propietario de una vivienda decide hacer reformas en su casa. El contratista hace un recorrido con el propietario, discute los requisitos del proyecto y cotiza un precio total de construcción de 100.000 dólares para completar el trabajo. Las reformas tardarán seis meses en completarse. Ambas partes están de acuerdo, y el propietario pone el 25%, o 25.000 dólares.

Después del segundo mes de trabajo, el contratista encuentra un problema con los cimientos y le dice al propietario que tendrá que aumentar el precio original en otros 30.000 dólares. El propietario de la vivienda se enfrenta al dilema de abandonar el trabajo y perder los 25.000 dólares que ya ha gastado, o gastar 30.000 dólares más, además de los 75.000 dólares restantes, para completar el trabajo.

Hay dos variables en juego. El propietario no puede descontar necesariamente los costes a fondo perdido, lo que suele ser un proceso de pensamiento racional. Al hacerlo, cae en el dilema del coste a fondo perdido. Pero si decide pasar por alto los costes hundidos, cae en la trampa de los costes hundidos o en la falacia de los costes hundidos. Esto ocurre cuando toma una decisión irracional, una decisión tomada sin tener en cuenta el dinero que ya ha gastado.

Ejemplo de dilema de costes irrecuperables

Thomas Edison, el inventor de la bombilla, tenía dificultades para crear un mercado para sus lámparas eléctricas en la década de 1880. Como resultado, su planta de fabricación no funcionaba a plena capacidad y el coste de producir una lámpara eléctrica era caro.

En lugar de abandonar su producto por una nueva línea o estrategia, Edison decidió duplicar su producción. Aumentó su producción a plena capacidad para centrarse en el volumen. El aumento de la capacidad de fabricación añadió un 2% a los costes operativos de Edison, pero le permitió aumentar la producción en un 25%.

Las lámparas recién fabricadas se vendieron en Europa a un coste muy superior al de fabricación. Sus costes irrecuperables de fabricación permitieron a Edison aumentar la producción rápidamente. Pero tomó una decisión racional de seguir una línea de acción futura, independientemente de los costes hundidos y del hecho de que sus lámparas eléctricas no funcionaran bien en el mercado estadounidense.

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