Es habitual que, cuando una persona trabaja en la misma empresa durante mucho tiempo, los polvorientos papeles del plan 401(k) permanezcan en un cajón a buen recaudo y desactualizados.
Imagínese la conmoción que se produce cuando el fallecimiento de un ejecutivo felizmente casado, padre orgulloso de varios hijos con una segunda esposa, revela que la beneficiaria principal y al 100% de su 401(k) es su primera esposa. La esposa número dos tendrá que demandar y esperar que los tribunales corrijan este error, pero sus posibilidades de obtener más del 50% son escasas en el mejor de los casos.
En la vorágine de decisiones que conlleva un nuevo trabajo, es fácil dar poca importancia a la elección de los beneficiarios de varias cuentas financieras. Por un lado, esta tarea hace que la gente piense, al menos brevemente, en su propia muerte. Piense más bien en los legados como regalos a las personas que deben recibirlos.
Es importante que estas designaciones sean correctas. De lo contrario, un legado puede convertirse en una pesadilla.
Puntos clave
- Debe nombrar a un beneficiario principal y al menos a un beneficiario contingente (al que pasarán los activos si el beneficiario principal ya ha fallecido).
- Las designaciones de beneficiarios para los 401(k) anulan el contenido de un testamento.
- Los hijos menores de edad no pueden heredar como beneficiarios directos.
Designación y asignación de beneficiarios
Cuando se configura un 401(k) de la empresa, nos encontramos con un formulario de beneficiarios en el que se pide tanto el beneficiario principal como el o los beneficiarios contingentes. Si usted fallece sin haber designado su plan 401(k), éste acabará en un tribunal testamentario, y no podrá dejar a sus seres queridos.
Hay que nombrar a un beneficiario principal y al menos a un beneficiario contingente (al que pasarán los bienes si el beneficiario principal ya ha fallecido). Una vez que los activos han pasado a ser propiedad del beneficiario principal, el beneficiario secundario pierde toda reclamación.
Esto supone que el cien por cien de los activos va a parar al beneficiario principal. En su lugar, puede nombrar a varios beneficiarios principales, asignándoles porcentajes de los activos. Si, por ejemplo, uno de los cónyuges ya está bien provisto, el propietario de los activos podría decidir asignarle sólo el 50% del 401(k) y dividir el resto entre los dos hijos de la pareja como beneficiarios principales del 25% cada uno.
Para cualquier cuenta que se rige por la Ley de Seguridad de Ingresos de Jubilación de los Empleados (ERISA), poner un cónyuge por menos del 50% desencadena la necesidad de una renuncia conyugal. Esta disposición es en interés del Estado para que la viuda o el viudo no queden indigentes mientras todos los bienes van directamente a los hijos -o a otra persona. También puede evitar los litigios.
Nuevamente, los beneficiarios contingentes múltiples, al igual que los primarios múltiples, pueden ser asignados en porcentajes. Uno podría designar el 100% para el cónyuge como beneficiario principal, y luego en la asignación de copia de seguridad (contingencia), dividir en partes iguales entre uno' s hijos.
Piense en estas decisiones como parte de un plan patrimonial global. El simple hecho de proclamar que „todos mis bienes se dividirán a partes iguales” o un lenguaje similar en un testamento no se ocupa automáticamente de todo. Las designaciones de beneficiarios de los planes 401(k) prevalecen sobre el contenido del testamento, y cualquier designación conflictiva de herederos abre la puerta a litigios que hacen perder dinero y pueden crear un legado de antagonismo en la familia.
¿Qué edad tienen los niños??
Los hijos menores de edad no pueden heredar como beneficiarios directos; hay que nombrar un tutor que supervise el uso de los fondos (o el tribunal lo nombrará). En la medida de lo posible, evite la intervención del tribunal de primera instancia, que conoce de los asuntos de los difuntos, incluida la legalización de testamentos y la administración de herencias y fideicomisos.
La creación de un fideicomiso a nombre de los hijos con un fideicomisario de su elección suele ser una solución. Hacer esto (con la ayuda de un abogado o de un experto igualmente cualificado) también permite especificar la edad que deben tener los hijos para entrar en su herencia.
Con un abogado, se puede explorar la posibilidad de establecer un fideicomiso testamentario que pueda ser nombrado como beneficiario. En un fideicomiso testamentario, el fiduciario gestiona los activos hasta que el fideicomiso expira y el beneficiario recibe el control de los mismos.
La fecha de caducidad de un fideicomiso testamentario suele estar vinculada a un hecho concreto, como que el beneficiario alcance una determinada edad.
En el caso de las cuentas individuales de jubilación, existen suficientes complejidades fiscales según el tipo de cuenta y la situación vital de los herederos como para que se recurra a la planificación fiscal profesional o a la experiencia jurídica. Esto ayuda a evitar impuestos innecesarios, y permite a los beneficiarios una futura flexibilidad en la forma de retirar los fondos.
Estas preocupaciones también son válidas para otros fondos que puedan pasar a los hijos. Al igual que con los 401(k), los pagos de los seguros de vida no pueden ir directamente a los hijos menores, que deben tener 18 años o más para recibir los fondos directamente. La Ley de Transferencia Uniforme a Menores (UTMA) rige en la mayoría de los estados. Un custodio designado gestionará los activos hasta que los hijos tengan edad suficiente para hacerse cargo.
Revisar y actualizar
Revise las decisiones sobre los beneficiarios al menos una vez al año y siempre que la vida cambie de forma importante: matrimonio, divorcio, muerte de uno de los padres, nacimiento de un hijo o venta o adquisición de activos importantes.
El patrimonio del fallecido nunca debe ser el beneficiario de un 401(k). Hacerlo, ya sea a propósito o simplemente por no nombrar a un beneficiario, significa que el dinero del 401(k) será dispuesto por el tribunal testamentario, que también puede retrasar la distribución de los activos a los herederos durante meses.
El resultado final
Quién hereda un activo como un 401(k) es una decisión trascendental, y un detalle crítico que a menudo se maneja una vez y luego se olvida. Sea consciente de la importancia de esos nombres en la línea de puntos y recuerde inspeccionarlos al menos una vez al año. Para saber cómo los distintos beneficiarios y sus situaciones vitales pueden afectar a las decisiones de designación, consulte a un especialista en planificación patrimonial o a un experto fiscal.
Fuentes del artículo
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