La inversión socialmente responsable (ISR) es un proceso de inversión que tiene en cuenta factores sociales y medioambientales en el contexto del análisis cuantitativo tradicional de valores e inversiones. En este artículo, repasaremos la inversión ISR y lo que puede hacer por su cartera.
Puntos clave
- La inversión socialmente responsable tiene en cuenta el impacto social y medioambiental de cualquier inversión.
- Los primeros inversores con mentalidad social evitaban el alcohol, el tabaco, el juego y las empresas armamentísticas. Más tarde, los inversores socialmente responsables evitaron las empresas que invirtieron en Sudáfrica durante el apartheid.
- La selección de inversiones socialmente responsables no tiene por qué ir en detrimento del rendimiento de la inversión.
Raíces religiosas y políticas
La ISR hunde sus raíces en la práctica religiosa. En el siglo XIX, los inversores religiosos evitaban las empresas relacionadas con el alcohol, el tabaco, el juego y la fabricación de armas. En los años 70 y 80, la oposición a la guerra de Vietnam y al apartheid en Sudáfrica contribuyó a establecer las prácticas de inversión socialmente responsable tal y como las conocemos hoy.
En 1982, el Calvert Social Investment Fund se convirtió en el primer fondo de inversión en prohibir las inversiones en Sudáfrica, sentando las bases del movimiento de desinversión que se opone al sistema de desigualdad racial de ese país.
Más recientemente, los inversores en tecnologías limpias (o inversores ecológicos) han entrado en el ámbito de la ISR, ya que buscan empresas dedicadas a la energía limpia u otras tecnologías que equilibren la interacción entre los seres humanos y el medio ambiente. Esto se debe al creciente reconocimiento de que el crecimiento antieconómico está teniendo graves consecuencias sociales y medioambientales, y el capital debería apoyar un crecimiento más sostenible.
La inversión socialmente responsable se generaliza
Como no todo el mundo tiene los mismos valores, es difícil ofrecer una definición universal de inversión socialmente responsable. Algunos inversores se oponen a invertir en empresas relacionadas con el alcohol, mientras que otros disfrutan de un buen trago y consideran que las inversiones en alcohol son perfectamente aceptables. Sin embargo, hay algunas inversiones en las que hay casi unanimidad entre los inversores con conciencia social. El tabaco, por ejemplo, es casi universalmente despreciado.
En 1950, el fondo Pioneer se convirtió en el primer fondo de inversión en buscar valores pecaminosos como el alcohol, el tabaco y el juego. Fundado en 1928, el Fondo Pioneer evitó este tipo de inversiones durante gran parte de su historia, aunque su folleto no impuso formalmente este criterio hasta julio de 2018.
Los fondos de inversión y los fondos cotizados en bolsa (ETF) que se adhieren a un criterio medioambiental, social y de gobernanza (ESG) son ahora habituales. Un buscador de fondos de inversión y ETFs operado por Mitre Media muestra más de 1.300 opciones en la categoría de renta variable ESG.
Los inversores sociales utilizan cinco estrategias básicas para maximizar la rentabilidad financiera y el bien social:
Selección
Se trata del proceso de filtrado utilizado para identificar determinados valores que deben excluirse o para encontrar aquellos que deben incluirse en las carteras de los inversores, basándose en criterios sociales y/o medioambientales.
Selección negativa
El objetivo original de las ISR era evitar las inversiones en empresas que realizaban actividades indeseables, ya fuera una cervecera o un fabricante de tabaco. Estas pantallas negativas excluyen ciertos valores de la consideración de la inversión sobre la base de criterios sociales o medioambientales y pueden impedir la inversión en tabaco, juegos de azar, alcohol o fabricación de armas.
Selección inclusiva/positiva
La selección inclusiva o positiva favorece las inversiones en empresas que tienen un buen historial en un área concreta, como el medio ambiente, las relaciones con los empleados o la diversidad. El análisis de las empresas de un sector por motivos sociales y medioambientales pone de manifiesto el historial de cada una de ellas en relación con sus homólogas.
Esta técnica de selección surgió del proceso de selección negativa. A medida que los filtros de evasión se hicieron más sofisticados, algunos inversores empezaron a darse cuenta de que podían buscar activamente e incluir en sus carteras empresas con características deseables, en lugar de limitarse a evitarlas.
En la actualidad, es habitual que se realicen evaluaciones exhaustivas de las prácticas empresariales de las empresas, de modo que a menudo se las evalúa para determinar su grado de sostenibilidad como empresas y si tienen un impacto social y medioambiental elevado y positivo. La selección positiva se utiliza a menudo para apoyar a las comunidades desatendidas en ámbitos como las hipotecas o el crédito a las pequeñas empresas.
Desinversión
Desinvertir en valores significa eliminar inversiones seleccionadas de una cartera en función de determinados criterios sociales o medioambientales. En Wall Street, siempre ha existido la creencia de que si no te gusta cómo se dirige una empresa, puedes simplemente vender tu participación y pasar a otra cosa.
Aunque en teoría esto puede parecer sencillo y elegante, la realidad es que siempre hay costes de transacción relacionados con la entrada o salida de un valor. Además, muchos inversores institucionales tienen posiciones tan grandes que puede ser extremadamente difícil y costoso simplemente venderlas.
Activismo de los accionistas
El activismo de los accionistas trata de influir positivamente en el comportamiento de las empresas en la creencia de que los esfuerzos de cooperación de los inversores sociales pueden inducir a la dirección a seguir un rumbo social y/o medioambiental más responsable. Estos esfuerzos pueden incluir el inicio de conversaciones con la dirección de la empresa sobre temas de interés, junto con la presentación y el voto de resoluciones de representación.
Cuestiones como el trabajo en el extranjero, la discriminación, las prácticas de marketing o la excesiva remuneración de los ejecutivos se cuestionan a menudo en la creencia de que los cambios mejorarán los resultados financieros con el tiempo y mejorarán el bienestar de los accionistas, los clientes, los empleados, los proveedores y las comunidades.
El resultado final
Los defensores de la ISR sostienen que la selección ayuda a eliminar las empresas que presentan riesgos no reconocidos por el análisis financiero tradicional. Sin embargo, los críticos afirman que cualquier enfoque que reduzca el universo de inversiones potenciales supondrá un sacrificio del rendimiento. Sin duda, el debate continuará. Pero hay razones para creer que invertir de manera socialmente responsable no significa necesariamente una reducción de los rendimientos.
El historial del MSCI KLD 400 Social Index sugiere que los inversores socialmente responsables no necesitan sacrificar el rendimiento por seguir sus valores. Creado en 1990, el índice fue el primer punto de referencia para las carteras de renta variable sujetas a múltiples criterios sociales.
Por ejemplo, el ETF iShares MSCI KLD 400 Social utiliza el índice como referencia y ha obtenido un rendimiento del 20.81% en 2020. Esto se compara con el 18.37% de rentabilidad en un año para el iShares Core S&P 500 ETF, que se basa en el S&Índice P 500.
Fuentes del artículo
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