Privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas Definición

Qué es privatizar los beneficios y socializar las pérdidas?

La privatización de los beneficios y la socialización de las pérdidas se refiere a la práctica de tratar los beneficios de la empresa como propiedad legítima de los accionistas y las pérdidas de la empresa como una responsabilidad que debe asumir la sociedad. En otras palabras, la rentabilidad de las empresas es estrictamente en beneficio de sus accionistas. Pero cuando las empresas fracasan, las consecuencias -las pérdidas y la recuperación- son responsabilidad del público en general.

Puntos clave

  • Privatizar los beneficios y socializar las pérdidas es la consecuencia de permitir que los accionistas se beneficien de las ganancias de la empresa mientras que la sociedad se hace responsable de sus pérdidas.
  • La socialización de las pérdidas suele referirse a algún tipo de intervención gubernamental, ya sea mediante rescates o subvenciones.
  • La frase privatizar los beneficios y socializar las pérdidas tiene una serie de sinónimos, como socialismo para los ricos, capitalismo para los pobres y socialismo del limón.
  • Los defensores del concepto de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas justifican esta práctica afirmando que algunas empresas son demasiado grandes para quebrar.

Comprender la privatización de los beneficios y la socialización de las pérdidas

La base de este concepto es que los beneficios y las pérdidas se tratan de forma diferente. Cuando las empresas, incluso las que cotizan en bolsa, son rentables, son los accionistas los que recogen los frutos. Por lo tanto, sólo se beneficia un determinado grupo de personas. Pero cuando las pérdidas que experimentan estas empresas son cuantiosas, los contribuyentes deben cargar con la peor parte.

La idea de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas generalmente viene en forma de algún tipo de intervención de los gobiernos. Esto puede ser a través de rescates o cualquier número de subsidios.

Las grandes empresas, sus ejecutivos y sus accionistas pueden beneficiarse de las subvenciones y los rescates del gobierno en gran parte debido a su capacidad para cultivar o comprar influencia a través de los grupos de presión. Al mismo tiempo, los defensores de las controvertidas subvenciones y rescates sostienen que algunas empresas son demasiado grandes para fracasar.

Este razonamiento se basa en la suposición de que permitir que se hundan provocaría una recesión económica y tendría efectos mucho más nefastos para la población trabajadora y de clase media que los rescates. Esta fue la base de los rescates concedidos a los grandes bancos y fabricantes de automóviles tras la crisis económica de 2007.

Los defensores de las polémicas subvenciones y rescates sostienen que algunas empresas son demasiado grandes para fracasar y que es necesario socializar las pérdidas.

La frase privatizar los beneficios y socializar las pérdidas tiene varios sinónimos, como socialismo para los ricos, capitalismo para los pobres y socialismo del limón. Esta última fue acuñada en una publicación de 1974 New York Times Opinión sobre la decisión del Estado de Nueva York de comprar dos centrales eléctricas a medio terminar a la compañía eléctrica ConEd por 500 millones de dólares.

Ejemplo de privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas: TARP

Uno de los ejemplos más recientes de privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas es el rescate de bancos, aseguradoras y fabricantes de automóviles tras la crisis financiera.

El Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP, por sus siglas en inglés) de 2008 autorizó al Tesoro de los Estados Unidos, bajo la administración del presidente Barack Obama, a gastar 700.000 millones de dólares del dinero de los contribuyentes para rescatar a estas empresas, muchas de las cuales contribuyeron a la crisis mediante inversiones imprudentes -y durante un tiempo, enormemente rentables- en derivados respaldados por hipotecas de riesgo. En realidad, sin embargo, sólo 426.Se utilizaron realmente 4.000 millones de euros.

Algunos de los empleados de las empresas en quiebra recibieron bonificaciones multimillonarias, a pesar de aceptar dinero del TARP y de la Reserva Federal (Fed). Por el contrario, 861.664 familias perdieron sus casas por ejecuciones hipotecarias en 2008. Los medios de comunicación y el público percibieron ampliamente este contraste como un ejemplo del apoyo que los ricos reciben del gobierno a costa de los ciudadanos de a pie.

Por Oct. A 31 de 2016, los cobros acumulados en el marco del TARP, junto con los ingresos adicionales del Tesoro procedentes de la venta de acciones de AIG no incluidas en el TARP, superan los desembolsos totales en más de 7 dólares.9.000 millones.

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  1. El New York Times. "Decidir sobre los servicios públicos: Públicas o privadas?" Consultado el 14 de abril de 2021.

  2. U.S. Departamento del Tesoro. "Programa de Alivio de Activos en Problemas." Consultado el 14 de abril de 2021.

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