Cada año, los trabajadores migrantes envían miles de millones de dólares a sus países de origen. Según el Banco Mundial, en 2019 el valor total de las remesas alcanzó la cifra récord de 554.000 millones de dólares. En algunos países, las remesas representan una parte considerable del PIB. Cómo funcionan las remesas y cuáles son algunos de los escollos a los que se enfrentan los países en desarrollo a la hora de gestionar estas grandes entradas de dinero?
Las remesas son fondos transferidos por los emigrantes a su país de origen. Son los ahorros privados de los trabajadores y las familias que se gastan en el país de origen en alimentos, ropa y otros gastos, y que impulsan la economía nacional. Para muchos países en desarrollo, las remesas de los ciudadanos que trabajan en el extranjero constituyen una fuente importante de fondos muy necesarios. En algunos casos, los fondos procedentes de las remesas superan la ayuda enviada desde el mundo desarrollado, y solo son superados por la inversión extranjera directa (IED). (Para más información, véase Reevaluación de los mercados emergentes.)
Las remesas y los países en desarrollo
Muchos países en vías de desarrollo tienen dificultades para pedir préstamos, al igual que un comprador de vivienda por primera vez puede tener dificultades para obtener una hipoteca. Los países en desarrollo, que son los más propensos a depender de las remesas, suelen tener gobiernos menos estables y tienen menos probabilidades de reembolsar la deuda o de no caer en el impago. Aunque organizaciones como el Banco Mundial pueden proporcionar financiación, estos fondos a menudo vienen con ataduras. Para los gobiernos del mundo en desarrollo, esto puede ser simplemente un paso demasiado grande en la soberanía, especialmente si el poder se mantiene por un hilo. (Para saber más, véase Qué es el Banco Mundial?)
Las remesas ofrecen a los países la posibilidad de financiar el desarrollo a su manera; sin embargo, al igual que un adolescente con dinero en efectivo por su primer trabajo, los países en desarrollo tienen que entender primero lo que se necesita para utilizar eficazmente los fondos de las remesas. Para utilizar eficazmente estos fondos, el país debe desarrollar primero políticas que promuevan un crecimiento inteligente y estable, y garantizar que el crecimiento no se concentre únicamente en las ciudades.
Efectos en los países
Es difícil hacer un seguimiento de cómo se gastan los fondos de las remesas porque son transferencias privadas. Algunos economistas creen que los beneficiarios utilizan los fondos para comprar productos de primera necesidad, como alimentos, ropa y vivienda, lo que a la postre no estimulará el desarrollo porque estas compras no son inversiones en sentido estricto (comprar una camisa no es lo mismo que invertir en una fábrica de producción de camisas). Otros economistas creen que los fondos procedentes del extranjero ayudan a desarrollar un sistema financiero nacional. Aunque las remesas pueden enviarse a través de empresas de transferencia bancaria, también pueden enviarse a bancos y otras instituciones financieras. Dependiendo de las restricciones a la circulación de capitales en el país, estos fondos no sólo pueden ayudar a los particulares a pagar el consumo de bienes y servicios, sino que también pueden utilizarse para conceder préstamos a las empresas si se ahorran en lugar de gastarse. Algunos bancos pueden incluso tratar de establecer sucursales en el extranjero para facilitar la transferencia de remesas.
La investigación también ha demostrado que los emigrantes que regresan de trabajar en el extranjero tienen una mayor propensión a desarrollar su propio negocio. Han visto cómo se gestionan los negocios en los países desarrollados, y son capaces de reconocer las tendencias en su país de origen y crear una empresa para aprovechar las oportunidades.
La entrada de dinero procedente de las remesas se ha comparado con las ganancias inesperadas que reciben los países con recursos de gran demanda, como el petróleo. Los gobiernos de estos países, llenos de dinero, suelen gastar a manos llenas en programas sociales o en proyectos mal planificados, y se ven en apuros cuando la demanda de un determinado producto básico se ralentiza. A diferencia de los ingresos del petróleo, que suelen estar en manos del Estado, las remesas se envían a particulares que se encargan de gastar.
Problemas de las remesas
Aunque las remesas son un importante salvavidas en muchos países en desarrollo, también pueden fomentar la dependencia de los flujos de capital externos en lugar de impulsar a los países en desarrollo a crear economías locales sostenibles. Cuanto más dependa un país de la entrada de fondos procedentes de las remesas, más dependerá de que la economía mundial se mantenga sana.
Los flujos de remesas pueden verse afectados negativamente por una recesión de la economía mundial. Los trabajadores empleados en el extranjero pueden perder su empleo si pertenecen a industrias muy cíclicas, como la construcción, y pueden tener que dejar de enviar remesas. Esto tiene un doble efecto. En primer lugar, el país de origen puede ver cómo se agota una parte importante de sus ingresos y, por tanto, no puede financiar proyectos ni continuar con el desarrollo. En segundo lugar, los trabajadores que se trasladan al extranjero pueden volver a su país, lo que agrava el problema al aumentar la demanda de servicios en una economía ya de por sí maltrecha.
Efectos macroeconómicos
Las grandes entradas de moneda extranjera pueden provocar la apreciación de la moneda nacional, lo que suele denominarse „enfermedad holandesa”. Esto, a su vez, hace que las exportaciones del país sean menos competitivas en cuanto a precios, ya que los bienes se encarecen para otros países a medida que aumenta la moneda nacional. Como la moneda nacional se valora más, el consumo de las importaciones empieza a aumentar. Esto puede acabar con las industrias nacionales de los países en desarrollo. Sin embargo, la entrada de efectivo también puede ayudar al país receptor a reducir su balanza de pagos. (Para saber más, véase Qué es el comercio internacional?)
Es importante señalar que los emigrantes no sólo viajan a las mayores economías mundiales en busca de trabajo, sino que van allí donde la probabilidad de trabajo es mayor. Aunque los trabajos relacionados con la construcción suelen considerarse los preferidos, muchos trabajadores acuden a países que también están desarrollando sus economías. Los países ricos en materias primas tienen una gran demanda de mano de obra, ya que la perspectiva de que los precios de las materias primas suban sigue siendo una constante.
Según un informe de las Naciones Unidas, 3.El 4% de la población mundial residía fuera de su país de origen en 2017. Un mundo más integrado y globalizado ha permitido que los movimientos de mano de obra entre países sean más fluidos, y que cada vez más trabajadores se trasladen al extranjero para buscar formas de mantener a sus familias. Así, los inmigrantes que buscan enviar remesas se han convertido en una parte integrada de la economía.
Los fondos que los inmigrantes envían a sus países mantienen el negocio de las empresas de transferencia de fondos y permiten al país de origen comprar importaciones. Los inmigrantes consumen los bienes y servicios que proporcionan los trabajadores nacionales. La presencia de trabajadores extranjeros puede ayudar a paliar la escasez de mano de obra. El papel de estos trabajadores es más bien de colaboración, ya que los trabajadores inmigrantes ayudan a los países desarrollados a seguir expandiéndose mientras envían una parte de sus ingresos a casa en forma de remesas. Además, las redes sociales creadas por los trabajadores extranjeros pueden aumentar el alcance de los países desarrollados, y pueden fomentar un entendimiento cultural más integrado a través de las interacciones con la población local.
Conclusión
La inmigración suele ser un tema candente en la política nacional, y separar la realidad de la ficción cuando se trata del efecto económico de los trabajadores extranjeros puede ser difícil. La conclusión es que las remesas son un factor importante en la economía mundial y contribuyen a impulsar el crecimiento tanto en el país como en el extranjero. Es importante que el mundo desarrollado oriente sobre el uso prudente de esos fondos, y que los países en desarrollo elaboren políticas que garanticen un crecimiento eficiente y bien planificado. (Para saber más, consulte 3 formas en que la inmigración ayuda y perjudica a la economía.)
Fuentes del artículo
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