Qué es el presupuesto de capital?
El presupuesto de capital implica la elección de proyectos que añadan valor a la empresa. El proceso de presupuestación de capital puede incluir casi cualquier cosa, como la adquisición de terrenos o la compra de activos fijos, como un nuevo camión o maquinaria.
A las empresas se les suele exigir, o al menos recomendar, que realicen aquellos proyectos que aumenten la rentabilidad y, por tanto, la riqueza de los accionistas.
Sin embargo, la tasa de rendimiento que se considera aceptable o inaceptable está influida por otros factores específicos de la empresa, así como del proyecto.
Por ejemplo, un proyecto social o benéfico no suele aprobarse en función de la tasa de rendimiento, sino más bien por el deseo de la empresa de fomentar la buena voluntad y contribuir a su comunidad.
Puntos clave
- El presupuesto de capital es el proceso por el que los inversores determinan el valor de un posible proyecto de inversión.
- Los tres enfoques más comunes para la selección de proyectos son el periodo de retorno (PB), la tasa interna de rendimiento (TIR) y el valor actual neto (VAN).
- El periodo de recuperación de la inversión determina el tiempo que tardará una empresa en ver suficientes flujos de caja para recuperar la inversión original.
- La tasa interna de rentabilidad es el rendimiento esperado de un proyecto: si la tasa es superior al coste del capital, es un buen proyecto.
- El valor actual neto muestra la rentabilidad de un proyecto frente a las alternativas y es quizás el más eficaz de los tres métodos.
Comprender la presupuestación del capital
La presupuestación del capital es importante porque crea responsabilidad y capacidad de medición. Cualquier empresa que quiera invertir sus recursos en un proyecto sin conocer los riesgos y la rentabilidad que conlleva será considerada irresponsable por sus propietarios o accionistas.
Además, si una empresa no tiene forma de medir la eficacia de sus decisiones de inversión, lo más probable es que tenga pocas posibilidades de sobrevivir en el mercado competitivo.
Las empresas (aparte de las no lucrativas) existen para obtener beneficios. El proceso de presupuestación de capital es una forma medible para que las empresas determinen la rentabilidad económica y financiera a largo plazo de cualquier proyecto de inversión.
Una decisión de presupuesto de capital es tanto un compromiso financiero como una inversión. Al asumir un proyecto, la empresa está asumiendo un compromiso financiero, pero también está invirtiendo en su dirección a largo plazo que probablemente influirá en los futuros proyectos que la empresa considere.
Las distintas empresas utilizan diferentes métodos de valoración para aceptar o rechazar los proyectos de presupuesto de capital. Aunque el método del valor actual neto (VAN) es el más favorable entre los analistas, los métodos de la tasa interna de rendimiento (TIR) y del periodo de recuperación (PP) también se utilizan a menudo en determinadas circunstancias. Los directivos pueden tener la máxima confianza en su análisis cuando los tres enfoques indican el mismo curso de acción.
Cómo funciona el presupuesto de capital
Cuando a una empresa se le presenta una decisión de presupuesto de capital, una de sus primeras tareas es determinar si el proyecto será rentable o no. Los métodos del periodo de retorno (PB), la tasa interna de rendimiento (TIR) y el valor actual neto (VAN) son los enfoques más comunes para la selección de proyectos.
Aunque la solución ideal para la presupuestación de capital es que las tres métricas indiquen la misma decisión, estos enfoques suelen producir resultados contradictorios. Dependiendo de las preferencias de la dirección y de los criterios de selección, se pondrá más énfasis en un enfoque que en otro. No obstante, existen ventajas e inconvenientes comunes asociados a estos métodos de valoración ampliamente utilizados.
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Introducción a la presupuestación del capital
Periodo de recuperación de la inversión
El periodo de recuperación calcula el tiempo necesario para recuperar la inversión original. Por ejemplo, si un proyecto de presupuestación de capital requiere un desembolso inicial de efectivo de 1 millón de dólares, el PB revela cuántos años se necesitan para que las entradas de efectivo se equiparen a la salida de un millón de dólares. Se prefiere un periodo de PB corto, ya que indica que el proyecto se „amortizará” en un plazo más corto.
En el siguiente ejemplo, el periodo de PB sería de tres y un tercio de año, es decir, tres años y cuatro meses.
Los periodos de recuperación se utilizan normalmente cuando la liquidez representa una preocupación importante. Si una empresa sólo dispone de una cantidad limitada de fondos, es posible que sólo pueda emprender un proyecto importante a la vez. Por lo tanto, la dirección se centrará mucho en recuperar su inversión inicial para poder emprender proyectos posteriores.
Otra gran ventaja de utilizar el PB es que es fácil de calcular una vez que se han establecido las previsiones de flujo de caja.
El uso de la métrica del PB para determinar las decisiones sobre el presupuesto de capital tiene sus inconvenientes. En primer lugar, el periodo de amortización no tiene en cuenta el valor temporal del dinero (TVM). El simple cálculo del PB proporciona una métrica que pone el mismo énfasis en los pagos recibidos en el primer y segundo año.
Este error viola uno de los principios fundamentales de las finanzas. Por suerte, este problema puede enmendarse fácilmente aplicando un modelo de período de recuperación descontado. Básicamente, el periodo de PB descontado tiene en cuenta la TVM y permite determinar el tiempo que tarda en recuperarse la inversión sobre la base del flujo de caja descontado.
Otro inconveniente es que tanto el periodo de recuperación como el de descuento ignoran los flujos de caja que se producen hacia el final de la vida del proyecto, como el valor de salvamento. Por tanto, el PB no es una medida directa de la rentabilidad.
El siguiente ejemplo tiene un periodo de PB de cuatro años, que es peor que el del ejemplo anterior, pero la gran entrada de efectivo de 15.000.000 de dólares que se produce en el quinto año se ignora a efectos de esta métrica.
El método de recuperación de la inversión tiene otros inconvenientes, como la posibilidad de que se necesiten inversiones en efectivo en distintas fases del proyecto. Además, hay que tener en cuenta la vida del activo adquirido. Si la vida útil del activo no se prolonga mucho más allá del periodo de retorno, es posible que no haya tiempo suficiente para generar beneficios con el proyecto.
Dado que el periodo de retorno no refleja el valor añadido de una decisión de presupuestación de capital, suele considerarse el enfoque de valoración menos relevante. Sin embargo, si la liquidez es una consideración vital, los periodos de PB son de gran importancia.
Tasa interna de rendimiento
La tasa interna de rendimiento (o rendimiento esperado de un proyecto) es la tasa de descuento que daría lugar a un valor actual neto de cero. Dado que el VAN de un proyecto está inversamente correlacionado con la tasa de descuento -si la tasa de descuento aumenta, los flujos de caja futuros se vuelven más inciertos y, por tanto, su valor es menor-, la referencia para el cálculo de la TIR es la tasa real utilizada por la empresa para descontar los flujos de caja después de impuestos.
Una TIR superior al coste medio ponderado del capital sugiere que el proyecto de capital es rentable y viceversa.
La regla de la TIR es la siguiente
TIR > Coste del capital = Aceptar el proyecto
TIR < Coste del capital = Rechazar el proyecto
En el siguiente ejemplo, la TIR es del 15%. Si la tasa de descuento que la empresa utiliza para los modelos de flujo de caja descontado es inferior al 15%, el proyecto debería aceptarse.
La principal ventaja de utilizar la tasa interna de rendimiento como herramienta de toma de decisiones es que proporciona una cifra de referencia para cada proyecto que puede evaluarse en relación con la estructura de capital de la empresa. La TIR suele producir los mismos tipos de decisiones que los modelos de valor actual neto y permite a las empresas comparar proyectos en función del rendimiento del capital invertido.
A pesar de que la TIR es fácil de calcular con una calculadora financiera o con paquetes de software, el uso de esta métrica tiene algunos inconvenientes. Al igual que el método PB, la TIR no da una idea real del valor que un proyecto añadirá a la empresa, sino que simplemente proporciona una cifra de referencia sobre los proyectos que deben aceptarse en función del coste de capital de la empresa.
La tasa interna de rendimiento no permite una comparación adecuada de proyectos mutuamente excluyentes; por lo tanto, los directivos podrían determinar que tanto el proyecto A como el proyecto B son beneficiosos para la empresa, pero no podrían decidir cuál es mejor si sólo se puede aceptar uno.
Otro error que surge con el uso del análisis de la TIR se presenta cuando los flujos de caja de un proyecto no son convencionales, lo que significa que hay salidas de caja adicionales después de la inversión inicial. Los flujos de caja no convencionales son habituales en los presupuestos de capital, ya que muchos proyectos requieren futuros desembolsos de capital para su mantenimiento y reparación. En este caso, es posible que no exista una TIR, o que haya múltiples tasas internas de rendimiento. En el ejemplo siguiente existen dos TIR-12.7% y 787.3%.
La TIR es una medida de valoración útil cuando se analizan proyectos individuales de presupuesto de capital, no aquellos que se excluyen mutuamente. Proporciona una mejor alternativa de valoración que el método PB, aunque se queda corto en varios requisitos clave.
Valor actual neto
El enfoque del valor actual neto es el más intuitivo y preciso para valorar los problemas de presupuesto de capital. Descontar los flujos de caja después de impuestos por el coste medio ponderado del capital permite a los gestores determinar si un proyecto será rentable o no. Y a diferencia del método de la TIR, el VAN revela exactamente la rentabilidad de un proyecto en comparación con otras alternativas.
La regla del VAN establece que todos los proyectos con un valor actual neto positivo deben ser aceptados, mientras que los que son negativos deben ser rechazados. Si los fondos son limitados y no pueden iniciarse todos los proyectos con VAN positivo, deben aceptarse los que tengan un valor descontado elevado.
En los dos ejemplos siguientes, suponiendo un tipo de descuento del 10%, los proyectos A y B tienen unos VAN respectivos de 137.236 y 1.317.856 dólares. Estos resultados indican que ambos proyectos de presupuesto de capital aumentarían el valor de la empresa, pero si la empresa sólo tiene 1 millón de dólares para invertir en ese momento, el proyecto B es superior.
Algunas de las principales ventajas del enfoque del VAN son su utilidad general y que el VAN proporciona una medida directa de la rentabilidad añadida. Permite comparar simultáneamente varios proyectos mutuamente excluyentes, y aunque el tipo de descuento está sujeto a cambios, un análisis de sensibilidad del VAN puede señalar normalmente cualquier problema potencial abrumador en el futuro.
Aunque el enfoque del VAN está sujeto a críticas justas en el sentido de que la cifra de valor añadido no tiene en cuenta la magnitud global del proyecto, el índice de rentabilidad (IP), una métrica derivada de los cálculos del flujo de caja descontado, puede solucionar fácilmente esta preocupación.
El índice de rentabilidad se calcula dividiendo el valor actual de los flujos de caja futuros por la inversión inicial. Un PI superior a 1 indica que el VAN es positivo, mientras que un PI inferior a 1 indica un VAN negativo. El coste medio ponderado del capital (WACC) puede ser difícil de calcular, pero es una forma sólida de medir la calidad de la inversión.
Fuentes del artículo
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