Argentina tiene un fuerte partido socialista, y muchas personas han criticado a ese país por sus políticas socialistas. Sin embargo, Argentina no cumple los criterios de un país socialista en toda regla. Los problemas de inflación masiva y los impagos de la deuda soberana durante la década de 1980 y de 2000 a 2001 han provocado un sentimiento económico populista entre muchos votantes argentinos, pero actualmente no hay ningún movimiento hacia la propiedad pública significativa.
Tras un nuevo impago y reestructuración de la deuda soberana en 2013 y 2014, muchos se apresuraron a culpar a las políticas socialistas aplicadas por el gobierno en el poder en ese momento. Sin embargo, hubo muchos otros factores, como la corrupción política y una política monetaria irresponsable, que fueron culpables y no necesariamente parte de una plataforma socialista.
Puntos clave
- El socialismo describe un sistema económico y político de industria de propiedad pública, a menudo dirigida por un gobierno central.
- En Argentina, al igual que en otros países de América del Sur, se han producido movimientos socialistas desde la década de 1980, a menudo como respuesta a los esfuerzos fallidos de integración global.
- Las quiebras de bonos argentinos en las décadas de 2000 y 2010, y de nuevo en mayo de 2020, junto con la elevada inflación, han puesto una mirada crítica en algunas de las políticas socialistas del país.
El auge del nuevo socialismo latinoamericano
Argentina tiene una larga tradición de política proteccionista y pro-obrera, que se remonta a la presidencia de Juan Perón. Otros países, especialmente Ecuador, Cuba, Bolivia, Perú y Venezuela, tienen gobiernos explícitamente de izquierdas. Algunos de los vecinos de Argentina son menos socialistas, entre ellos Chile, Uruguay, Colombia y Santa Lucía.
La región latinoamericana tiene una larga historia de movimientos populistas, socialistas y comunistas. Por ejemplo, las olas políticas lideradas por Salvador Allende en Chile, el Ejército de Liberación Nacional en Colombia y el Che Guevara y Fidel Castro en Cuba. Sin embargo, a la caída de la Unión Soviética en 1991, la mayoría de estos movimientos se habían extinguido.
Esta ola moderna de socialismo latinoamericano puede considerarse una respuesta directa a los intentos fallidos de desarrollo internacional por parte de organizaciones supranacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) en las décadas de 1980 y 1990. Durante este periodo, muchos países de la región se apoyaron en préstamos extranjeros, imprimieron grandes cantidades de dinero y se centraron en sus respectivas balanzas comerciales. Posteriormente, se culpó a estas políticas de los malos resultados económicos y del aumento de los niveles de desigualdad, según el índice de Gini.
Ningún país se redujo tan rápidamente o tan severamente como Argentina. En 1989 la tasa de inflación media en Argentina se acercó al 5.000%, y en marzo de 1990 alcanzó un máximo de más del 20.000%. El país incumplió sus obligaciones crediticias y la inversión internacional se agotó.
Las tendencias socialistas de Argentina
Mucha gente confunde el socialismo con una corriente de igualitarismo equitativo, que defiende la creencia de que todos deben tener los mismos resultados. Muchos socialistas podrían estar de acuerdo con esto, pero el socialismo es una plataforma de política pública que defiende el control del gobierno sobre la producción y la distribución de los recursos; no es necesariamente igualitario.
Si se considera que el socialismo es la ausencia de libertad económica privada y el sometimiento de la propiedad privada al Estado, entonces Argentina es bastante restrictiva con respecto a los derechos de propiedad, según el Índice Internacional de Derechos de Propiedad.
Algunos ámbitos de la vida económica se han vuelto más socialistas. Tras la elección del centroizquierdista Alberto Fernández en 2019, el nuevo presidente elevó los impuestos a la compra de divisas, a las exportaciones agrícolas y a la venta de automóviles, al tiempo que congeló las tarifas de los servicios públicos y aumentó los subsidios para los pobres. Fernández también reestructuró la deuda del país, que estaba en riesgo de colapso inminente.
Muchos de los problemas fundamentales de Argentina, como la deuda masiva y la política monetaria irresponsable, no forman parte de una agenda socialista oficial. Algunos argumentan que las políticas socialistas conducen a mayores déficits gubernamentales, pero hay muchos países endeudados en el mundo que no tienen fuertes movimientos socialistas.
El resultado final
Pocos países pueden considerarse explícitamente socialistas. Incluso países como China y Suecia permiten la propiedad privada, las empresas rentables y la libertad de movimiento laboral. Hay muchos en Argentina que desearían un país más socialista; un hecho que pone de manifiesto el concepto de que los socialistas declarados creen que todavía hay trabajo por hacer.
Fuentes del artículo
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