Una criptodivisa es una moneda digital que se crea y gestiona mediante el uso de técnicas avanzadas de cifrado conocidas como criptografía. La criptomoneda pasó de ser un concepto académico a una realidad (virtual) con la creación de Bitcoin en 2009. Aunque el Bitcoin atrajo a un número creciente de seguidores en los años siguientes, captó la atención de los inversores y de los medios de comunicación en abril de 2013, cuando alcanzó un récord de 266 dólares por bitcoin tras multiplicarse por 10 en los dos meses anteriores. El Bitcoin llegó a tener un valor de mercado de más de 2.000 millones de dólares en su punto álgido, pero un desplome del 50% poco después desató un intenso debate sobre el futuro de las criptodivisas en general y del Bitcoin en particular. Entonces, ¿acabarán estas monedas alternativas suplantando a las convencionales y se convertirán en algo tan omnipresente como los dólares y los euros algún día? O son las criptodivisas una moda pasajera que se apagará en poco tiempo? La respuesta está en el Bitcoin.
El futuro de las criptomonedas
Algunos analistas económicos predicen que se avecina un gran cambio en las criptomonedas a medida que el dinero institucional entre en el mercado. Además, existe la posibilidad de que las criptomonedas salgan a bolsa en el Nasdaq, lo que añadiría aún más credibilidad al blockchain y a sus usos como alternativa a las monedas convencionales. Algunos predicen que lo único que necesita el cripto es un fondo cotizado (ETF) verificado. Un ETF facilitaría sin duda la inversión en Bitcoin, pero sigue siendo necesario que exista la demanda de querer invertir en cripto, lo que podría no generarse automáticamente con un fondo.
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Vea ahora: Qué es la criptodivisa?
Entender el Bitcoin
Bitcoin es una moneda descentralizada que utiliza la tecnología peer-to-peer, lo que permite que todas las funciones, como la emisión de la moneda, el procesamiento de las transacciones y la verificación, sean realizadas colectivamente por la red. Aunque esta descentralización hace que Bitcoin esté libre de manipulación o interferencia gubernamental, la otra cara de la moneda es que no hay una autoridad central que garantice que las cosas funcionen bien o que respalde el valor de un Bitcoin. Los bitcoins se crean digitalmente a través de un proceso de „minería” que requiere potentes ordenadores para resolver complejos algoritmos y hacer números. Actualmente se crean a un ritmo de 25 Bitcoins cada 10 minutos y tendrán un tope de 21 millones, nivel que se espera alcanzar en 2140.
Estas características hacen que Bitcoin sea fundamentalmente diferente de una moneda fiduciaria, que está respaldada por la plena fe y el crédito de su gobierno. La emisión de moneda fíat es una actividad muy centralizada y supervisada por el banco central de un país. Si bien el banco regula la cantidad de moneda emitida de acuerdo con sus objetivos de política monetaria, en teoría no existe un límite superior a la cantidad de dicha emisión de moneda. Además, los depósitos en moneda local suelen estar asegurados contra las quiebras bancarias por un organismo gubernamental. El bitcoin, en cambio, no cuenta con esos mecanismos de apoyo. El valor de un Bitcoin depende totalmente de lo que los inversores estén dispuestos a pagar por él en un momento dado. Además, si una bolsa de Bitcoin desaparece, los clientes con saldos de Bitcoin no tienen ningún recurso para recuperarlos.
Perspectivas de futuro de Bitcoin
Las perspectivas de futuro del bitcoin son objeto de un gran debate. Mientras en los medios de comunicación financieros proliferan los llamados criptoevangelistas, el profesor de Economía y Política Pública de la Universidad de Harvard Kenneth Rogoff sugiere que el „sentimiento abrumador” entre los defensores de las criptomonedas es que la „capitalización total del mercado de las criptomonedas podría explotar en los próximos cinco años, llegando a los 5-10 [billones] de dólares”.”
La volatilidad histórica de esta clase de activos „no es motivo de pánico”, afirma. No obstante, matiza su optimismo y el de los „criptoevangelistas” que ven el Bitcoin como oro digital, calificándolo de „chiflado”, afirmando que su valor a largo plazo es „más probable que sea de 100 dólares que de 100.000”.”
Rogoff sostiene que, a diferencia del oro físico, el uso de Bitcoin se limita a las transacciones, lo que lo hace más vulnerable a un colapso similar al de una burbuja. Además, el proceso de verificación de la criptomoneda, que consume mucha energía, es „mucho menos eficiente” que los sistemas que dependen de „una autoridad central de confianza como un banco central”.”
Aumento del escrutinio
Las principales ventajas de Bitcoin, como la descentralización y el anonimato de las transacciones, también la han convertido en una moneda favorecida para una serie de actividades ilegales, como el blanqueo de dinero, el tráfico de drogas, el contrabando y la adquisición de armas. Esto ha atraído la atención de poderosos organismos reguladores y otros gubernamentales como la Red de Ejecución de Delitos Financieros (FinCEN), la SEC, e incluso el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). En marzo de 2013, el FinCEN emitió normas que definían a los intercambios y administradores de monedas virtuales como negocios de servicios monetarios, lo que los situaba en el ámbito de la regulación gubernamental. En mayo de ese año, el DHS congeló una cuenta de Mt. Gox -el mayor intercambio de Bitcoin- que fue retenido en Wells Fargo, alegando que infringió las leyes contra el lavado de dinero. Y en agosto, el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York emitió citaciones a 22 empresas de pago emergentes, muchas de las cuales manejaban Bitcoin, preguntando por sus medidas para prevenir el blanqueo de dinero y garantizar la protección del consumidor.
Alternativas al Bitcoin
A pesar de sus recientes problemas, el éxito de Bitcoin y su creciente visibilidad desde su lanzamiento ha hecho que varias empresas presenten criptodivisas alternativas, como por ejemplo:
- Litecoin – Litecoin se considera el principal rival de Bitcoin en la actualidad, y está diseñado para procesar transacciones más pequeñas con mayor rapidez. Se fundó en octubre de 2011 como "una moneda que es plata al oro de Bitcoin”, según su fundador Charles Lee. A diferencia de la gran potencia de los ordenadores necesarios para la minería de Bitcoin, los Litecoins pueden ser minados por un ordenador de sobremesa normal. El límite máximo de Litecoin es de 84 millones -cuatro veces el límite de 21 millones de Bitcoin- y tiene un tiempo de procesamiento de transacciones de aproximadamente 2.5 minutos, aproximadamente una cuarta parte que el Bitcoin.
- Ripple – Ripple fue lanzado por OpenCoin, una empresa fundada por el empresario tecnológico Chris Larsen en 2012. Al igual que Bitcoin, Ripple es tanto una moneda como un sistema de pago. El componente de la moneda es XRP, que tiene una base matemática como Bitcoin. El mecanismo de pago permite transferir fondos en cualquier moneda a otro usuario de la red Ripple en cuestión de segundos, en contraste con las transacciones de Bitcoin, que pueden tardar hasta 10 minutos en confirmarse.
- MintChip – A diferencia de la mayoría de las criptomonedas, MintChip es en realidad la creación de una institución gubernamental, concretamente la Real Casa de la Moneda de Canadá. MintChip es una tarjeta inteligente que contiene valor electrónico y puede transferirlo de forma segura de un chip a otro. Al igual que Bitcoin, MintChip no necesita identificación personal; a diferencia de Bitcoin, está respaldada por una moneda física, el dólar canadiense.
El futuro
Algunas de las limitaciones a las que se enfrentan actualmente las criptodivisas -como el hecho de que la fortuna digital de uno pueda ser borrada por un fallo informático o que una cámara acorazada virtual pueda ser saqueada por un hacker- pueden superarse con el tiempo gracias a los avances tecnológicos. Lo que será más difícil de superar es la paradoja básica que afecta a las criptomonedas: cuanto más populares sean, más regulaciones y escrutinio gubernamental atraerán, lo que erosiona la premisa fundamental de su existencia.
Aunque el número de comerciantes que aceptan criptodivisas ha aumentado de forma constante, todavía son muy minoritarios. Para que las criptodivisas sean más utilizadas, primero tienen que ganar una amplia aceptación entre los consumidores. Sin embargo, su relativa complejidad en comparación con las monedas convencionales probablemente disuadirá a la mayoría de la gente, excepto a los adeptos a la tecnología.
Una criptomoneda que aspire a formar parte del sistema financiero general puede tener que satisfacer criterios muy divergentes. Tendría que ser matemáticamente compleja (para evitar el fraude y los ataques de los hackers) pero fácil de entender para los consumidores; descentralizada pero con salvaguardas y protección adecuadas para los consumidores; y preservar el anonimato de los usuarios sin ser un conducto para la evasión de impuestos, el lavado de dinero y otras actividades nefastas. Dado que se trata de criterios formidables, ¿es posible que la criptomoneda más popular dentro de unos años tenga atributos que se sitúen entre las monedas fiduciarias fuertemente reguladas y las criptomonedas actuales?? Aunque esa posibilidad parece remota, no cabe duda de que, como criptodivisa líder en la actualidad, el éxito (o la falta de él) de Bitcoin a la hora de afrontar los retos que se le plantean puede determinar la suerte de otras criptodivisas en los próximos años.
¿Debería invertir en criptodivisas??
Si está pensando en invertir en criptodivisas, lo mejor es que trate su „inversión” de la misma manera que trataría cualquier otra empresa altamente especulativa. En otras palabras, reconozca que corre el riesgo de perder la mayor parte de su inversión, si no toda. Como se ha dicho antes, una criptodivisa no tiene valor intrínseco aparte de lo que un comprador está dispuesto a pagar por ella en un momento dado. Esto hace que sea muy susceptible a grandes oscilaciones de precios, lo que a su vez aumenta el riesgo de pérdida para un inversor. Bitcoin, por ejemplo, se desplomó de 260 dólares a unos 130 dólares en un periodo de seis horas el 11 de abril de 2013. Si no puede soportar ese tipo de volatilidad, busque otras inversiones más adecuadas para usted. Aunque la opinión sigue estando profundamente dividida sobre los méritos del Bitcoin como inversión -los partidarios señalan su oferta limitada y su creciente uso como factores de valor, mientras que los detractores lo ven como otra burbuja especulativa-, este es un debate que un inversor conservador haría bien en evitar.
Conclusión
La aparición del Bitcoin ha provocado un debate sobre su futuro y el de otras criptomonedas. A pesar de los recientes problemas de Bitcoin, su éxito desde su lanzamiento en 2009 ha inspirado la creación de criptodivisas alternativas como Etherium, Litecoin y Ripple. Una criptodivisa que aspire a formar parte del sistema financiero general tendría que satisfacer criterios muy divergentes. Aunque esa posibilidad parece remota, no cabe duda de que el éxito o el fracaso de Bitcoin a la hora de abordar los retos a los que se enfrenta puede determinar la suerte de otras criptodivisas en los próximos años.
Fuentes del artículo
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