Qué es la deuda esotérica?
La deuda esotérica se refiere a los instrumentos de deuda, así como a otras inversiones (denominadas activos esotéricos) que están estructurados de una manera que pocas personas comprenden plenamente. La deuda esotérica es compleja y puede ser producto de una titulización, o simplemente surgir a través de un complejo acuerdo de financiación. El precio de estos valores puede ser discutido o parece ser conocido por relativamente pocos participantes en el mercado. Además, la estructura de estos instrumentos puede dar lugar a perfiles de riesgo/rendimiento engañosamente atractivos con respecto a otras inversiones cuando los instrumentos funcionan correctamente, pero también puede dar lugar a problemas de iliquidez y de precios cuando los mercados se interrumpen.
Puntos clave
- La deuda esotérica se refiere a las deudas u otros instrumentos financieros que tienen una estructura compleja que sólo entienden adecuadamente unas pocas personas con conocimientos especializados.
- Debido a su carácter inescrutable, la verdadera naturaleza de su valor razonable y su perfil de riesgo/rendimiento pueden ser desconocidos o engañosos para los participantes en el mercado.
- Los precios erróneos y la gestión inadecuada del riesgo de estas posiciones han provocado crisis financieras y grandes pérdidas cuando las inversiones esotéricas no rinden como se anuncia.
- La deuda esotérica suele surgir a través del proceso de titulización o en forma de contratos de derivados.
Entender la deuda esotérica
La deuda esotérica puede referirse a una serie de inversiones en deuda. Algunas se basan en garantías que no son una base tradicional para ofrecer bonos u otros títulos de deuda, incluyendo cosas como patentes, honorarios, acuerdos de licencia, etc. Otras ofrecen complejas condiciones de pago a la empresa emisora. Los pagarés de pago en especie, por ejemplo, son títulos de deuda que permiten a una empresa alternar entre dos opciones: una es realizar el pago de los intereses y la otra es contraer una deuda adicional con el titular del título. Estas inversiones conllevan mayores riesgos y, por tanto, ofrecen mayores rendimientos que los bonos normales o incluso los bonos basura. Además, tienen un problema adicional de liquidez, ya que el mercado de instrumentos complejos es escaso en el mejor de los casos y puede desaparecer por completo en periodos de incertidumbre.
Un tipo común de deuda esotérica son los „pass-through securities”: conjuntos de valores individuales de renta fija que a su vez están respaldados por un paquete de activos. Un intermediario de servicios recoge los pagos mensuales de los emisores y, tras deducir una comisión, los remite o los pasa a los titulares de los valores de transferencia. Los valores respaldados por hipotecas (MBS) son un ejemplo común de valores de transferencia. Obtienen su valor de las hipotecas impagadas, en las que el propietario del valor recibe pagos basados en un derecho parcial a los pagos que realizan los distintos deudores. Se empaquetan múltiples hipotecas, formando un pool, que reparte así el riesgo entre múltiples préstamos. Sin embargo, es probable que algunos propietarios de hipotecas refinancien su vivienda o la vendan, lo que significa que sus préstamos se liquidarán antes de tiempo. Otros pueden incumplir su préstamo. Estas incógnitas conducen a modelos de precios esotéricos que pueden variar entre las contrapartes de este mercado.
Los valores de tasa de subasta son otro ejemplo de vehículo de deuda esotérica que se ha cerrado efectivamente desde la crisis financiera de 2008.
La deuda esotérica y la crisis financiera
La crisis financiera de 2008-2009 introdujo en la economía mundial algunos de los riesgos inherentes a tener demasiada deuda esotérica y demasiadas inversiones esotéricas en general. Durante esta época, el crédito fluía tan libremente que muchas empresas y terceros emisores creaban vehículos de deuda innovadores e imaginativos adaptados a lo que quisiera un inversor concreto. El motivo principal, por supuesto, era ganar mucho dinero en comisiones y satisfacer las necesidades de financiación de algunas empresas desesperadas, más que como un favor a los inversores.
Cuando el mercado crediticio se agarrotó y las empresas se esforzaron por valorar con precisión sus tenencias de valores respaldados por hipotecas y swaps de incumplimiento crediticio, la extraña deuda esotérica se consideró demasiado compleja como para molestarse en ella. Así, mientras que hubo un proceso lento y doloroso que finalmente llevó a que los MBS con problemas tuvieran un precio y luego se movieran, el mercado de la deuda esotérica se congeló por completo. Sin información precisa sobre los precios, había pocos compradores que ayudaran a los inversores a sacar la deuda esotérica de sus balances. Esto hizo caer el mercado de valores de subasta, que en su día se percibía como algo más arriesgado que el mercado monetario. La SEC intervino en ese expediente concreto para forzar acuerdos sobre la divulgación inadecuada del riesgo, pero no todas las formas de deuda esotérica recibieron el mismo tratamiento.
Curiosamente, la deuda esotérica comenzó a reaparecer poco después de que la Crisis Financiera pasara a la Gran Recesión. Los inversores, hambrientos de rendimiento, volvieron a estar dispuestos a asumir la complejidad y el riesgo de liquidez para obtener un mayor rendimiento. Aunque estos complicados instrumentos pueden ser más atractivos que la deuda simple en tiempos de bonanza, pueden presentar inmensos problemas cuando los mercados de crédito se endurecen.