Qué es una externalidad?
Una externalidad es un coste o un beneficio causado por un productor que no se produce ni se recibe económicamente. Una externalidad puede ser tanto positiva como negativa y puede provenir tanto de la producción como del consumo de un bien o servicio. Los costes y beneficios pueden ser tanto privados -para un individuo o una organización- como sociales, es decir, pueden afectar a la sociedad en su conjunto.
Las externalidades, por su naturaleza, suelen ser medioambientales, como los recursos naturales o la salud pública. Por ejemplo, una externalidad negativa es una empresa que provoca una contaminación que disminuye el valor de la propiedad o la salud de los habitantes de la zona circundante. Una externalidad positiva incluye las acciones que reducen la transmisión de enfermedades o evitan el uso de tratamientos para el césped que escurren a los ríos y contribuyen así al crecimiento excesivo de plantas en los lagos. Las externalidades son diferentes de las donaciones de parques o del software de código abierto.
Entender las externalidades
Las externalidades se producen en una economía cuando la producción o el consumo de un bien o servicio específico repercute en un tercero que no está directamente relacionado con la producción o el consumo de ese bien o servicio.
Casi todas las externalidades se consideran externalidades técnicas. Las externalidades técnicas repercuten en las oportunidades de consumo y producción de terceros no relacionados, pero el precio del consumo no incluye las externalidades. Esta exclusión crea una brecha entre la ganancia o pérdida de los particulares y la ganancia o pérdida agregada de la sociedad en su conjunto.
La acción de un individuo u organización a menudo da lugar a beneficios privados positivos pero perjudica a la economía en general. Muchos economistas consideran que las externalidades técnicas son deficiencias del mercado, y esta es la razón por la que la gente aboga por la intervención del gobierno para frenar las externalidades negativas a través de los impuestos y la regulación.
Las externalidades eran antes responsabilidad de los gobiernos locales y de los afectados por ellas. Así, por ejemplo, los ayuntamientos son responsables de pagar los efectos de la contaminación de una fábrica de la zona, mientras que los residentes son responsables de sus gastos sanitarios como consecuencia de la contaminación. A partir de finales de los 90, los gobiernos promulgaron leyes que imponían el coste de las externalidades al productor. Esta legislación aumentó los costes, que muchas empresas trasladaron al consumidor, encareciendo sus productos y servicios.
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Externidad
Externalidades positivas y negativas
La mayoría de las externalidades son negativas. La contaminación es una externalidad negativa muy conocida. Una empresa puede decidir reducir los costes y aumentar los beneficios implantando nuevas operaciones que sean más perjudiciales para el medio ambiente. La empresa incurre en costes en forma de ampliación de las operaciones, pero también genera rendimientos superiores a los costes.
Sin embargo, la externalidad también aumenta el coste agregado para la economía y la sociedad, lo que la convierte en una externalidad negativa. Las externalidades son negativas cuando los costes sociales superan a los privados.
Algunas externalidades son positivas. Las externalidades positivas se producen cuando hay una ganancia positiva tanto a nivel privado como a nivel social. Investigación y desarrollo (R&D) realizada por una empresa puede ser una externalidad positiva. R&D aumenta los beneficios privados de una empresa, pero también tiene el beneficio añadido de aumentar el nivel general de conocimiento dentro de una sociedad.
Del mismo modo, el énfasis en la educación también es una externalidad positiva. La inversión en educación da lugar a una mano de obra más inteligente. Las empresas se benefician de la contratación de empleados con formación porque están bien informados. Esto beneficia a los empleadores porque una mano de obra mejor educada requiere menos inversión en los costes de formación y desarrollo de los empleados.
Cómo superar las externalidades
Existen soluciones para superar los efectos negativos de las externalidades. Puede incluir tanto al sector público como al privado.
Los impuestos son una solución para superar las externalidades. Para ayudar a reducir los efectos negativos de ciertas externalidades, como la contaminación, los gobiernos pueden imponer un impuesto sobre los bienes que causan las externalidades. El impuesto, llamado impuesto pigoviano -en honor al economista Arthur C. Pigou, a veces llamado impuesto pigouviano- se considera igual al valor de la externalidad negativa. Este impuesto pretende desalentar las actividades que suponen un coste neto para un tercero no relacionado. Esto significa que la imposición de este tipo de impuesto reducirá el resultado de mercado de la externalidad a una cantidad que se considera eficiente.
Las subvenciones también pueden superar las externalidades negativas fomentando el consumo de una externalidad positiva. Un ejemplo sería subvencionar los huertos que plantan árboles frutales para proporcionar externalidades positivas a los apicultores.
Los gobiernos también pueden aplicar normativas para compensar los efectos de las externalidades. La regulación se considera la solución más común. El público suele acudir a los gobiernos para que aprueben y promulguen leyes y reglamentos que frenen los efectos negativos de las externalidades. Algunos ejemplos son las normativas medioambientales o la legislación sanitaria.