Qué es el problema principal-agente?
El problema agente-principal es un conflicto de prioridades entre una persona o grupo y el representante autorizado para actuar en su nombre. Un agente puede actuar de forma contraria a los intereses del principal.
El problema principal-agente es tan variado como los posibles papeles del principal y del agente. Puede producirse en cualquier situación en la que la propiedad de un activo, o un principal, delega el control directo sobre ese activo a otra parte, o agente.
Puntos clave
- El problema principal-agente es un conflicto de prioridades entre el propietario de un bien y la persona en la que se ha delegado el control del mismo.
- El problema puede darse en muchas situaciones, desde la relación entre un cliente y un abogado hasta la relación entre los accionistas y un director general.
- El riesgo de que el agente actúe de forma contraria a los intereses del principal puede definirse como costes de agencia.
- Para resolver un problema agente-principal puede ser necesario cambiar el sistema de recompensas para alinear las prioridades o mejorar el flujo de información, o ambas cosas.
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¿Qué son los problemas agente-principal??
Entender el problema agente-principal
El problema agente-principal se ha convertido en un factor habitual en la ciencia política y la economía. La teoría fue desarrollada en los años 70 por Michael Jensen, de la Harvard Business School, y William Meckling, de la Universidad de Rochester. En un artículo publicado en 1976, esbozaron una teoría sobre una estructura de propiedad diseñada para evitar lo que definieron como coste de agencia y su causa, que identificaron como la separación de la propiedad y el control.
Esta separación de control se produce cuando un mandante contrata a un agente. El principal delega en el agente cierto grado de control y el derecho a tomar decisiones. Pero el principal conserva la propiedad de los activos y la responsabilidad de las pérdidas.
Por ejemplo, los inversores en acciones de una empresa, como copropietarios, son mandantes que confían en el director general (CEO) de la empresa como su agente para llevar a cabo una estrategia en su mejor interés. Es decir, quieren que las acciones suban de precio o paguen un dividendo, o ambas cosas. Si el director general opta por invertir todos los beneficios en la expansión o pagar grandes primas a los directivos, los mandantes pueden sentirse defraudados por su agente.
El problema agente-principal tiene varias soluciones, y muchas de ellas implican la aclaración de las expectativas y el control de los resultados. El principal suele ser la única parte que puede o quiere corregir el problema.
Costes de agencia
Lógicamente, el principal no puede controlar constantemente las acciones del agente. El riesgo de que el agente eluda una responsabilidad, tome una mala decisión o actúe de forma contraria al interés del principal puede definirse como costes de agencia. Se puede incurrir en costes de agencia adicionales al tratar los problemas que surgen de las acciones de un agente. Los costes de agencia se consideran parte de los costes de transacción.
Los costes de agencia también pueden incluir los gastos de establecer incentivos financieros o de otro tipo para animar al agente a actuar de una manera determinada. Los directores están dispuestos a asumir estos costes adicionales siempre que el aumento esperado de la rentabilidad de la inversión por la contratación del agente sea mayor que el coste de la contratación del agente, incluidos los costes de agencia.
Soluciones al problema agente-principal
Hay formas de resolver el problema principal-agente. El principal tiene que crear incentivos para que el agente actúe como quiere el principal. Consideremos el primer ejemplo, la relación entre los accionistas y un director general.
Los accionistas pueden tomar medidas antes y después de contratar a un gestor para superar parte del riesgo. En primer lugar, pueden redactar el contrato del gestor de forma que los incentivos del gestor coincidan con los de los accionistas. Los mandantes pueden exigir al agente que les informe regularmente de los resultados. Pueden contratar a monitores o auditores externos para hacer un seguimiento de la información. En el peor de los casos, pueden sustituir al gestor.
Cláusulas contractuales
En los últimos años, la tendencia es que los contratos de trabajo conecten lo más posible la remuneración con las medidas de rendimiento. En el caso de los directivos de empresas, los incentivos incluyen la concesión de acciones u opciones sobre acciones en función de los resultados, planes de participación en los beneficios o la vinculación directa de la remuneración de los directivos con el precio de las acciones.
En su raíz, es el mismo principio que la propina por un buen servicio. En teoría, la propina alinea los intereses del cliente, o el principal, y el agente, o el camarero. Sus prioridades están ahora alineadas y se centran en un buen servicio.
Ejemplos de problemas entre mandante y agente
El problema del agente-principal puede surgir en muchas situaciones cotidianas más allá del mundo financiero. Un cliente que contrata a un abogado puede temer que éste acumule más horas facturables de las necesarias. Un propietario puede desaprobar el uso que hace el Ayuntamiento de los fondos de los contribuyentes. Un comprador de vivienda puede sospechar que un agente inmobiliario está más interesado en una comisión que en las preocupaciones del comprador.
En todos los casos, el mandante tiene pocas posibilidades de elección. Es necesario un agente para realizar el trabajo.
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