Qué es un coste de salida a bolsa?
Una empresa que cotiza en bolsa incurre en costes de salida a bolsa cuando emite nuevos valores e incurre en gastos, como los honorarios de suscripción, los honorarios legales y las tasas de registro. Las empresas deben tener en cuenta el impacto de estas tasas en la cantidad de capital que pueden obtener con una nueva emisión. Los costes de salida a bolsa, la rentabilidad esperada de los fondos propios, el pago de dividendos y el porcentaje de beneficios que la empresa espera retener forman parte de la ecuación para calcular el coste de los nuevos fondos propios de una empresa.
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Entender y calcular los costes de flotación
La fórmula de la flotación en las nuevas acciones es
La ecuación para calcular el coste de salida a bolsa de los nuevos fondos propios utilizando la tasa de crecimiento de los dividendos es:
Tasa de crecimiento de los dividendos=P∗(1-F)D1+g
Dónde:
- D1 = el dividendo en el siguiente periodo
- P = el precio de emisión de una acción
- F = relación entre el coste de flotación y el precio de emisión de las acciones
- g = la tasa de crecimiento de los dividendos
Puntos clave
- Los costes de salida a bolsa son los costes en los que incurre una empresa cuando emite nuevas acciones.
- Los costes de salida a bolsa hacen que los nuevos fondos propios cuesten más que los existentes.
- Los analistas sostienen que los costes de salida a bolsa son un gasto puntual que debe ajustarse fuera de los flujos de caja futuros para no sobrevalorar el coste del capital para siempre.
¿Qué le dicen los costes de salida a bolsa??
Las empresas obtienen capital de dos maneras: deuda mediante bonos y préstamos o fondos propios. Algunas empresas prefieren emitir bonos u obtener un préstamo, sobre todo cuando los tipos de interés son bajos y porque los intereses pagados por muchas deudas son deducibles de los impuestos, mientras que los rendimientos de las acciones no lo son. Otras empresas prefieren las acciones porque no tienen que ser reembolsadas; sin embargo, la venta de acciones también implica renunciar a una participación en la empresa.
La emisión de nuevos fondos propios, o de acciones ordinarias de nueva emisión, conlleva un coste de flotación. El coste de salida a bolsa se expresa en forma de porcentaje, que incluye los costes de los bancos de inversión y los honorarios legales, los honorarios de contabilidad y auditoría, y los honorarios pagados a la bolsa de valores para la cotización de las acciones de la empresa. La diferencia entre el coste del capital existente y el coste del nuevo capital es el coste de salida a bolsa.
El coste de salida a bolsa se expresa como un porcentaje del precio de emisión y se incorpora al precio de las nuevas acciones como una reducción. Una empresa suele utilizar un cálculo del coste ponderado del capital (WACC) para determinar qué parte de su financiación debe obtenerse de nuevos fondos propios y qué parte de la deuda.
Ejemplo de cálculo de los costes de salida a bolsa
Como ejemplo, supongamos que la empresa A necesita capital y decide recaudar 100 millones de dólares en acciones ordinarias a 10 dólares por acción para satisfacer sus necesidades de capital. Los banqueros de inversión reciben el 7% de los fondos recaudados. La empresa A reparte 1$ en dividendos por acción el año que viene y se espera que aumente los dividendos un 10% el año siguiente.
A partir de estas variables, el coste de los nuevos fondos propios se calcula con la siguiente ecuación
- ($1 / ($10 * (1-7%)) + 10%
La respuesta es 20.7%. Si el analista supone que no hay coste de salida a bolsa, la respuesta es el coste de los fondos propios existentes. El coste de las acciones existentes se calcula con la siguiente fórmula:
- ($1 / ($10 * (1-0%)) + 10%
La respuesta es el 20.0%. La diferencia entre el coste de los nuevos fondos propios y el coste de los fondos propios existentes es el coste de flotación, que es (20.7-20.0%) = 0.7%. En otras palabras, los costes de salida a bolsa aumentaron el coste de la nueva emisión de acciones en un 0.7%.
Limitaciones del uso de los costes de flotación
Algunos analistas sostienen que incluir los costes de salida a bolsa en el coste de los fondos propios de la empresa implica que los costes de salida a bolsa son un gasto continuo, y siempre sobreestima el coste de capital de la empresa. En realidad, una empresa paga los costes de salida a bolsa una vez al emitir nuevos valores. Para compensar esto, algunos analistas ajustan los flujos de caja de la empresa en función de los costes de salida a bolsa.