Qué es la represión financiera?
La represión financiera es un término que describe las medidas por las que los gobiernos canalizan fondos del sector privado hacia ellos mismos como forma de reducción de la deuda. Las medidas políticas generales hacen que el gobierno pueda pedir préstamos a tipos de interés extremadamente bajos, obteniendo financiación a bajo coste para los gastos del gobierno.
Esta acción también hace que los ahorradores obtengan tasas inferiores a la tasa de inflación y, por tanto, es represiva. El concepto fue introducido por primera vez en 1973 por los economistas de Stanford Edward S. Shaw y Ronald I. McKinnon para despreciar las políticas gubernamentales que suprimieron el crecimiento económico en los mercados emergentes.
Puntos clave
- La represión financiera es un término económico que se refiere a los gobiernos que piden prestado indirectamente a la industria para pagar las deudas públicas.
- Estas medidas son represivas porque perjudican a los ahorradores y enriquecen al gobierno.
- Algunos métodos de represión financiera pueden incluir techos de precios artificiales, limitaciones comerciales, barreras de entrada y control del mercado.
Entender la represión financiera
La represión financiera es una forma indirecta de que los gobiernos hagan que los dólares de la industria privada paguen las deudas públicas. Un gobierno roba el crecimiento de la economía con herramientas sutiles como los tipos de interés cero y las políticas inflacionistas para reducir sus propias deudas. Algunos de los métodos pueden ser directos, como la prohibición de poseer oro y la limitación de la cantidad de divisas que se pueden convertir en moneda extranjera.
En 2011, los economistas Carmen M. Reinhart y M. Belén Sbrancia planteó la hipótesis en un documento de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), titulado „The Liquidation of Government Debt”, de que los gobiernos podrían volver a la represión financiera para hacer frente a la deuda tras la crisis económica de 2008.
La represión financiera puede incluir medidas como los préstamos directos al gobierno, los topes a los tipos de interés, la regulación de los movimientos de capital entre países, los requisitos de reserva y una asociación más estrecha entre el gobierno y los bancos. El término se utilizó inicialmente para señalar las malas políticas económicas que frenaban las economías de las naciones menos desarrolladas. Sin embargo, la represión financiera se ha aplicado desde entonces a muchas economías desarrolladas mediante estímulos y normas de capital más estrictas tras la crisis financiera de 2007-09.
Características de la represión financiera
Reinhart y Sbrancia indican que las características de la represión financiera
- Límites o techos en los tipos de interés
- Propiedad o control gubernamental de bancos e instituciones financieras nacionales
- Creación o mantenimiento de un mercado interno cautivo para la deuda pública
- Restricciones a la entrada en el sector financiero
- Dirigir el crédito a determinadas industrias
El mismo documento señala que la represión financiera es un elemento clave para explicar los periodos de tiempo en los que las economías avanzadas han podido reducir su deuda pública a un ritmo relativamente rápido. Estos períodos tienden a seguir una explosión de la deuda pública. En algunos casos, esto fue el resultado de las guerras y sus costes. Más recientemente, las deudas públicas han crecido como resultado de los programas de estímulo diseñados para ayudar a levantar las economías de la Gran Recesión.
Las pruebas de resistencia y la actualización de la normativa para las aseguradoras obligan esencialmente a estas instituciones a comprar más activos seguros. Entre lo que los reguladores consideran un activo seguro destacan, por supuesto, los bonos del Estado. Esta compra de bonos ayuda, a su vez, a mantener bajos los tipos de interés y fomenta potencialmente la inflación general, todo lo cual culmina en una reducción de la deuda pública más rápida de lo que habría sido posible de otro modo.