Definición de obsolescencia funcional

Qué es la obsolescencia funcional?

La obsolescencia funcional es la reducción de la utilidad o conveniencia de un objeto debido a una característica de diseño obsoleta que no puede cambiarse o actualizarse fácilmente.

La aplicación del término varía en función del sector. Por ejemplo, en el sector inmobiliario, se refiere a la pérdida de valor de la propiedad debido a una característica obsoleta, como una casa antigua con un baño en un barrio lleno de casas nuevas que tienen al menos tres baños. También puede referirse a tecnologías obsoletas, como una versión antigua de un teléfono móvil o un procesador de ordenador.

El riesgo de obsolescencia es el riesgo de que un proceso, un producto o una tecnología utilizados o producidos por una empresa con fines lucrativos queden funcionalmente obsoletos y, por tanto, dejen de ser competitivos en el mercado.

Puntos clave

  • La obsolescencia funcional es la reducción de la utilidad o conveniencia de un objeto debido a una característica de diseño obsoleta que no puede cambiarse fácilmente.
  • Los consumidores pueden mitigar las pérdidas causadas por la obsolescencia funcional teniendo en cuenta la utilidad a largo plazo de los bienes adquiridos.
  • Aunque a lo largo de los años se han realizado diversos esfuerzos para cuantificar objetivamente el efecto de la obsolescencia funcional en los bienes inmuebles, la evaluación o valoración de la obsolescencia funcional es mayoritariamente subjetiva.

Comprender la obsolescencia funcional

Los consumidores pueden mitigar las pérdidas causadas por la obsolescencia funcional teniendo en cuenta la utilidad a largo plazo de los bienes adquiridos. Un artículo puede resultar poco atractivo para los consumidores si su diseño impide las actualizaciones o la conectividad con dispositivos compatibles. Muchos productos electrónicos de consumo son conocidos por su obsolescencia funcional debido a la constante introducción de versiones más nuevas y renovadas.

Por ejemplo, antes de finales de los 90, la mayoría de los hogares tenían televisores de tubo voluminosos y pesados, y los centros de entretenimiento se construían para acomodar su peso y tamaño. En la actualidad, la mayoría de los hogares tienen televisores de pantalla plana de bajo perfil, lo que hace que los antiguos centros de entretenimiento sean funcionalmente obsoletos. Para seguir el ritmo de los avances tecnológicos de la electrónica de consumo, los fabricantes de muebles suelen rediseñar sus productos.

Las empresas también tienen en cuenta la obsolescencia funcional en la planificación empresarial a largo plazo. La depreciación de un activo es un ejemplo de obsolescencia funcional cuantificable. Las empresas pueden utilizar varios métodos contables para calcular la depreciación de un activo en sus libros, pero el objetivo general es medir y seguir la disminución de la utilidad de un activo a lo largo del tiempo. Este método de planificación empresarial también ayuda a las empresas a prever la necesidad de vender o recomprar nuevos activos.

La obsolescencia planificada es una estrategia que consiste en garantizar deliberadamente que la versión actual de un producto determinado quedará desfasada o inservible en un periodo de tiempo conocido.

Obsolescencia funcional y bienes inmuebles

En el sector inmobiliario, la obsolescencia funcional suele conllevar valores de tasación más bajos. Los inmuebles pueden presentar obsolescencia funcional si sus características de diseño son obsoletas, no son útiles o no se ajustan a los gustos y estándares del mercado, como cuando una casa antigua se encuentra en un barrio de casas nuevas.

Aunque la obsolescencia funcional se asocia generalmente con estructuras deterioradas o vecindarios ruinosos, también puede darse el caso contrario. Por ejemplo, una casa puede tener "exceso de mejoras" cuando un propietario renueva e incluye características dentro de su casa que podrían no ser necesarias.

Aunque a lo largo de los años se han realizado diversos esfuerzos para cuantificar objetivamente el efecto de la obsolescencia funcional en los bienes inmuebles, la evaluación o valoración de la obsolescencia funcional es mayoritariamente subjetiva. La subjetividad se debe a que hay varios factores que intervienen en la toma de decisiones sobre el precio de una vivienda. En el caso de los bienes inmuebles, algunas características pueden renovarse para superar la obsolescencia funcional.

Ejemplos de obsolescencia funcional

Pensemos en una casa de los años 50 con tres dormitorios y un baño situada en una urbanización cerrada llena de casas de dos plantas con cinco dormitorios y cuatro baños. Como la casa antigua no tiene la capacidad que los compradores de este mercado quieren, se dice que está funcionalmente obsoleta aunque siga en buen estado y sea perfectamente habitable.

Dentro de la industria tecnológica, el desfile de smartphones en constante cambio y la evolución de la tecnología de los mismos es otro ejemplo de obsolescencia funcional. Los nuevos smartphones son capaces de hacer más cosas e incluir más prestaciones que hacen que los antiguos estén funcionalmente obsoletos.

En algunos casos, las empresas tecnológicas aplican activamente políticas, como la de rechazar el soporte o las actualizaciones para los modelos antiguos, para que los productos queden funcionalmente obsoletos. Por ejemplo, Apple Inc. ha sido criticada por no mantener las actualizaciones y el servicio de atención al cliente para los iPhones y otros dispositivos más antiguos y obsoletos.

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