Qué es un pagaré de capital?
Un pagaré de capital es una deuda no garantizada a corto plazo que generalmente emite una empresa para pagar pasivos a corto plazo. Los pagarés de capital conllevan más riesgo que otros tipos de deuda corporativa garantizada, porque los tenedores de pagarés de capital tienen la menor prioridad.
Puntos clave
- Un pagaré de capital es un tipo de deuda no garantizada que una empresa puede tomar para cubrir pasivos a corto plazo.
- Como la deuda no está garantizada, los pagarés de capital suelen pagar a los inversores un tipo de interés más alto.
- Esto también significa que la deuda es inferior a las notas garantizadas. Los inversores que poseen pagarés de capital reciben un pago inferior al de los pagarés garantizados en caso de que una empresa quiebre.
- Los pagarés de capital no suelen ser rescatables, lo que los hace atractivos para los inversores porque pueden esperar recibir pagos de intereses hasta el vencimiento del pagaré.
Explicación de los bonos de capital
Los inversores que compran pagarés están prestando dinero al emisor durante un periodo de tiempo determinado. A cambio, reciben pagos periódicos de intereses hasta el vencimiento de los pagarés, momento en el que los tenedores de los pagarés reciben el reembolso de su inversión principal. El pagaré de capital suele tener un tipo de interés más alto porque no está garantizado.
Una deuda no garantizada es aquella que no tiene sus obligaciones de pago de intereses y principal respaldadas por una garantía. Dado que los pagos de los bonos de capital están garantizados por la plena fe y el crédito del emisor, los inversores exigen un tipo de interés más alto por la exposición al riesgo de impago que conlleva la tenencia de estos valores de renta fija.
En efecto, el tipo de interés ofrecido en un pagaré depende en gran medida de la calificación crediticia de la empresa, ya que es lo único en lo que se basa el inversor. Además, un pagaré no garantizado es una deuda subordinada, lo que significa que se sitúa por debajo de los pagarés garantizados emitidos por la empresa prestataria. En caso de que la empresa se declare insolvente o en quiebra, los tenedores de pagarés garantizados serán los primeros en recibir el pago. Lo que quede de la distribución de mayor prioridad se pagará a los tenedores de pagarés de capital. De ahí que los pagarés de capital se emitan con tipos de interés más altos.
Además del elevado tipo de cupón de los bonos de capital, éstos no suelen ser rescatables–otra característica que puede atraer a los inversores a comprar el instrumento de deuda. Un bono o pagaré amortizable no garantiza que los pagos de intereses continúen durante la vida del bono, ya que el emisor puede rescatar los pagarés antes de su vencimiento. Por lo tanto, los inversores suelen preferir un bono que no sea rescatable, ya que pueden esperar recibir los ingresos por intereses fijos estipulados en el contrato de fideicomiso hasta el vencimiento del bono.
Antes del vencimiento de los bonos, los inversores pueden tener la opción de convertir sus participaciones en capital ordinario de la empresa emisora, normalmente con un pequeño descuento respecto al precio de mercado. Sin embargo, esto es sólo una opción, ya que el inversor puede elegir que se le devuelva el capital en su totalidad.
Pagarés bancarios
Los bancos pueden emitir pagarés de capital para cubrir problemas de financiación a corto plazo, como por ejemplo poder cumplir con los requisitos de capital mínimo. La normativa bancaria exige que los bancos tengan una cantidad mínima de capital en sus reservas para poder seguir funcionando. Para satisfacer las exigencias reglamentarias relativas a los requisitos de capital en virtud de los Acuerdos de Basilea, los bancos emitirán pagarés de capital clasificados como capital de nivel 1 o de nivel 2.
Los pagarés bancarios no tienen una fecha de vencimiento fija. No hay una fecha fija en la que el banco vaya a devolver el préstamo y, de hecho, puede que la inversión no se devuelva nunca. Si el banco acaba cerrando, se pagará a los tenedores de los pagarés después de que se haya pagado a todos los tenedores de pagarés garantizados con el banco, ya que los pagarés de capital no están garantizados y están subordinados.
La decisión de pagar los intereses de los bonos de capital es una decisión exclusiva del banco. El banco puede decidir seguir pagando intereses, reducir los ingresos por intereses pagados o dejar de pagarlos temporal o permanentemente. Dado que los intereses de los bonos de capital no son acumulativos, si el banco no paga los intereses, no tiene que pagarlos en una fecha posterior. Esto significa que el inversor puede perder cualquier pago omitido de los bonos.
Por último, el banco tiene la posibilidad de convertir sus notas de capital en acciones del banco o de la empresa matriz del banco. En el sistema de niveles de Basilea, los pagarés de capital se tratan como algo parecido a los fondos propios, ya que ambas formas de financiación refuerzan el capital del banco.
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