Qué es la neutralidad fiscal?
La neutralidad fiscal se refiere a un principio u objetivo de las finanzas públicas según el cual las decisiones fiscales (impuestos, gastos o préstamos) de un gobierno pueden o deben evitar distorsionar las decisiones económicas de las empresas, los trabajadores y los consumidores. Un cambio de política puede considerarse neutral para la economía en sentido macro o microeconómico (o ambos).
En un sentido macroeconómico, la idea de una política fiscalmente neutra es aquella en la que la demanda no es estimulada ni disminuida por los impuestos y el gasto público. En un sentido microeconómico, una política que muestra neutralidad fiscal no incentiva (alienta o desalienta) ningún tipo de transacción o comportamiento económico en relación con otros. La neutralidad fiscal también puede referirse estrictamente al impacto presupuestario de un cambio de política en el sentido de que no aumenta ni disminuye el déficit o superávit presupuestario previsto.
Puntos clave
- La neutralidad presupuestaria es cuando una decisión de impuestos, gastos o préstamos del gobierno no tiene o pretende tener un efecto neto en la economía.
- Los cambios de política pueden considerarse neutrales en su impacto macroeconómico o microeconómico, o en ambos.
- La neutralidad fiscal también puede referirse estrictamente al impacto presupuestario de un determinado cambio de política.
Cómo funciona la neutralidad fiscal
Dado que el término neutralidad fiscal puede aplicarse en varios sentidos diferentes, es importante comprender el contexto y el propósito para el que se utiliza con el fin de entender su significado.
Neutralidad presupuestaria
La neutralidad presupuestaria estricta se da cuando un cambio de política no da lugar a ningún cambio neto en el equilibrio presupuestario total de una entidad gubernamental. Cualquier nuevo gasto introducido por un cambio de política que sea fiscalmente neutro en este sentido se espera que sea compensado en su totalidad por los ingresos adicionales generados; el efecto neto del cambio de política es neutro con respecto al equilibrio del presupuesto del gobierno.
Por ejemplo, una política de créditos fiscales para la compra de nuevos automóviles, junto con un aumento del impuesto sobre la gasolina, podría ser fiscalmente neutra si el aumento de los impuestos es suficiente para pagar el coste de los créditos fiscales.
Esto puede considerarse una característica deseable y puede aumentar la posibilidad de que un cambio de política sea aceptado y aprobado como ley. Las normas legislativas de reparto podrían fomentar o incluso obligar a que algunas o todas las nuevas medidas políticas sean fiscalmente neutras en este sentido.
Neutralidad macroeconómica
En el ámbito de la política fiscal macroeconómica, se fomenta el gasto deficitario del gobierno, o los superávits presupuestarios, como medio para aumentar o disminuir la demanda agregada en la economía con el fin de estabilizar el crecimiento macroeconómico y evitar las recesiones. Una situación en la que el gasto supera los ingresos generados por los impuestos se denomina déficit fiscal y requiere que el gobierno pida prestado dinero para cubrir el déficit. Cuando los ingresos fiscales superan a los gastos, se produce un superávit fiscal, y el dinero sobrante puede invertirse para su uso futuro.
Un presupuesto equilibrado es un ejemplo de neutralidad fiscal, en el que el gasto público se cubre casi exactamente con los ingresos fiscales, es decir, en el que los ingresos fiscales son iguales al gasto público. La neutralidad fiscal en este sentido significa que la política fiscal general del gobierno es neutral con respecto a la demanda agregada en la economía. Dado que el gobierno no tiene superávit ni déficit presupuestario, según la economía keynesiana este tipo de política fiscal no expandirá ni contraerá la demanda agregada.
Siguiendo con el ejemplo de una desgravación fiscal para automóviles junto con un aumento de los impuestos sobre la gasolina, está claro que dicha política también es fiscalmente neutra en un sentido macroeconómico, siempre que el aumento de la demanda de automóviles nuevos se vea compensado por la disminución de la demanda de gasolina, con lo que no se produce ningún cambio neto en la demanda agregada.
Neutralidad microeconómica
En un sentido microeconómico, la neutralidad fiscal se centra en la idea de que la política gubernamental puede influir en el comportamiento económico individual. Una política fiscal neutra en este sentido es aquella que deja a los individuos la decisión de trabajar, consumir, ahorrar, invertir o realizar otras acciones económicas sin alterarlas.
Este tipo de neutralidad fiscal se centra en el diseño de mecanismos de imposición porque nunca es posible que el gasto público no influya en el comportamiento microeconómico. Cuando un gobierno gasta dinero para comprar bienes y servicios reales, influye necesariamente en los precios de esos bienes y servicios y los retira de la disponibilidad en el mercado o de otros usuarios y usos, alterando así el comportamiento de otros participantes en el mercado.
Siguiendo con el ejemplo anterior (una desgravación fiscal para automóviles y un impuesto compensatorio sobre la gasolina), esta política no es neutral desde el punto de vista fiscal en el sentido microeconómico, ya que influye en los consumidores para que cambien su comportamiento económico comprando más coches nuevos y pagando precios más altos por la gasolina.