Qué es la negociación táctica?
La negociación táctica (o la asignación táctica de activos) es un estilo de inversión a relativamente corto plazo basado en tendencias de mercado previstas o en cambios de perspectiva relativamente breves basados en el análisis fundamental o técnico. La negociación táctica implica tomar posiciones largas o cortas en una serie de mercados, desde la renta variable y la renta fija hasta las materias primas y las divisas.
Las carteras diversificadas a largo plazo suelen incluir un componente de negociación táctica, que consiste en asignar parte de la cartera a operaciones a corto y medio plazo, con el fin de aumentar la rentabilidad global de la cartera.
La asignación táctica de activos puede contrastarse con la asignación estratégica de activos a largo plazo.
Puntos clave
- La negociación táctica implica decisiones de inversión a corto plazo basadas en los movimientos de precios previstos a corto plazo en un valor o sector del mercado.
- La negociación táctica puede implicar apuestas largas o cortas en una amplia gama de mercados y clases de activos, según las oportunidades que surjan.
- Las operaciones tácticas suelen ser más complejas y pueden entrañar mayores riesgos que las estrategias estándar de negociación a largo plazo (estratégicas), y suelen requerir mucha más atención y análisis.
- A menudo, la negociación táctica se superpone a una asignación estratégica de activos más amplia.
Cómo funciona la negociación táctica
La negociación táctica es un estilo de gestión activa en el que la atención puede centrarse en las tendencias o los indicadores técnicos, más que en el análisis fundamental a largo plazo. Por lo general, el análisis técnico es más importante en las estrategias de negociación táctica, ya que puede ser útil para seguir las tendencias de los precios y determinar los puntos óptimos de entrada y salida.
Los operadores tácticos pueden tratar de explotar las anomalías del mercado de corta duración o seguir de forma más responsable sus inversiones en una estrategia activa que tenga en cuenta los cambios significativos en el entorno de inversión. Sea cual sea el propósito, debido a la naturaleza más a corto plazo de la negociación táctica, este tipo de inversores suele optar por utilizar tanto el análisis técnico como el fundamental en sus decisiones de inversión.
Consideraciones sobre la negociación táctica
Los operadores tácticos suelen tratar de aplicar estrategias de negociación más activas que las de comprar y mantener. Este tipo de operación puede ser importante cuando se invierte en inversiones cíclicas que pueden fluctuar sustancialmente en diferentes entornos de inversión. También la utilizan los inversores que tratan de identificar oportunidades de beneficio a corto o medio plazo que se presentan en los mercados a medida que se producen nuevos acontecimientos.
La negociación táctica suele ser más compleja y puede implicar mayores riesgos que las estrategias de negociación estándar a largo plazo. Las operaciones tácticas también pueden tener implicaciones fiscales que requieren que el inversor amplíe su análisis de diligencia debida para integrar los impuestos sobre las ganancias de capital.
Los operadores tácticos pueden seguir la evolución de una empresa que influye en sus resultados inmediatos, como las ventas, los ingresos y los beneficios. Cuando se trata de medir el tiempo de una inversión para aprovechar la forma en que los acontecimientos afectan al precio de las acciones, el inversor también puede utilizar los gráficos técnicos. Los gráficos técnicos pueden mostrar una amplia variedad de patrones, canales, tendencias y rangos de precios que pueden utilizarse a discreción del inversor para identificar puntos de entrada y salida rentables.
En general, los operadores tácticos suelen utilizar una gama más amplia de recursos en sus decisiones de inversión para identificar oportunidades de beneficio tanto a corto como a medio plazo. También pueden tomar posiciones tanto cortas como largas en función de su opinión sobre cómo afecta la evolución del mercado a las posibles inversiones.
Oportunidades y estrategias de negociación táctica
En los mercados mundiales, hay varios catalizadores económicos fundamentales que se sabe que tienen efectos específicos en los precios de los valores. Las políticas de tipos de interés soberanos son uno de los catalizadores más comunes de los cambios en el mercado a nivel mundial. Los gobiernos ajustan los tipos de interés de los préstamos interbancarios para ayudar a respaldar los préstamos de los organismos públicos, las empresas del sector privado y los particulares. Cuando estos tipos suben, hace que la emisión de nuevas inversiones de renta fija sea más atractiva para los inversores. Cuando estos tipos bajan, pueden permitir a las empresas reducir su coste de capital, lo que puede mejorar sus beneficios finales. El seguimiento de los tipos de interés federales y de las tendencias de los tipos de interés puede ser un acontecimiento importante que los operadores tácticos analicen para asegurarse de que sus carteras están debidamente alineadas con el entorno de inversión actual.
También existen muchos otros catalizadores del mercado en general, como las tendencias de las condiciones del mercado laboral, la revisión de los aranceles internacionales, las negociaciones mundiales sobre la producción de petróleo, los distintos niveles de producción de materias primas metálicas y los distintos niveles de producción de materias primas agrícolas.
Para gestionar institucionalmente las numerosas variables que afectan a los entornos de mercado, se utilizan estrategias de inversión macro global. Las estrategias de macroinversión y de macroinversión global son los tipos más completos de estrategias de negociación táctica. Estas estrategias son utilizadas por los hedge funds y también están disponibles a través de estrategias de fondos gestionados que cotizan en bolsa. Las estrategias macro tratan de gestionar una cartera con el objetivo de identificar y beneficiarse de la inversión táctica en torno a los cambios macroeconómicos que el gestor de inversiones espera que afecten a determinadas inversiones de forma positiva o negativa. Las estrategias macroeconómicas pueden utilizar tanto posiciones cortas como largas para beneficiarse de todo tipo de cambios que se produzcan en el mercado de inversión.
Ejemplo: Smart Beta
La inversión en beta inteligente es una estrategia de negociación táctica que combina los beneficios de la inversión pasiva y las ventajas de las estrategias de inversión activa. La beta inteligente utiliza reglas de construcción de índices alternativas a los índices tradicionales basados en la capitalización del mercado, a menudo utilizando una inclinación hacia sectores industriales específicos, para valorar frente a. de crecimiento (o viceversa), o a capitalizaciones de mercado específicas.
No existe un enfoque único para desarrollar una estrategia de inversión smart beta, ya que los objetivos de los inversores pueden ser diferentes en función de sus necesidades, aunque algunos gestores son prescriptivos a la hora de identificar ideas smart beta que creen valor y sean económicamente intuitivas. La beta inteligente de la renta variable trata de resolver las ineficiencias creadas por los índices de referencia ponderados por la capitalización del mercado. Los fondos pueden adoptar un enfoque temático para gestionar este riesgo centrándose en los precios erróneos creados por los inversores que buscan ganancias a corto plazo, por ejemplo.