Qué es la MiFID II?
La MiFID II es un marco legislativo instituido por la Unión Europea (UE) para regular los mercados financieros en el bloque y mejorar la protección de los inversores. Su objetivo es normalizar las prácticas en toda la UE y restablecer la confianza en el sector, especialmente tras la crisis financiera de 2008.
Puntos clave
- La MiFID II, un paquete legislativo de la Unión Europea para la reforma del sector financiero, entró en vigor el pasado mes de enero. 3, 2018.
- La MiFID II abarca prácticamente todos los activos y profesiones del sector de los servicios financieros de la UE.
- MiFID II regula la negociación fuera de bolsa y OTC, empujándola esencialmente a las bolsas oficiales.
- El aumento de la transparencia de los costes y la mejora del registro de las transacciones son algunas de las principales normas de la MiFID II.
Entender la MiFID II
Versión revisada de la MiFID original, la MiFID II entró en vigor el. 3 de 2018, más de seis años después de que la Comisión Europea, el poder ejecutivo de la UE, adoptara una propuesta legislativa al respecto. Técnicamente, la MiFID II se aplica al marco legislativo, y las normas que establece son en realidad el Reglamento sobre Mercados de Instrumentos Financieros (MiFIR); pero coloquialmente, el término MiFID se utiliza para referirse a ambas cosas.
La Directiva original sobre mercados de instrumentos financieros (MiFID) entró en vigor en noviembre de 2007. El inicio de la posterior crisis financiera mundial puso de manifiesto algunas deficiencias en sus disposiciones. Se centró demasiado en las acciones (ignorando los vehículos de renta fija, los derivados, las divisas y otros activos) y no abordó las operaciones con empresas o productos fuera de la UE, dejando que las normas al respecto fueran decididas por los distintos miembros.
La MiFID II armoniza la aplicación de la supervisión entre los países miembros y amplía el alcance de la normativa. En particular, impone más requisitos de información y pruebas para aumentar la transparencia y reducir el uso de los dark pools (bolsas financieras privadas que permiten a los inversores negociar sin revelar su identidad) y la negociación extrabursátil (OTC). Según las nuevas normas, el volumen de negociación de un valor en un pool oscuro se limita al 8% en 12 meses. La nueva normativa también se centra en la negociación de alta frecuencia. Los algoritmos utilizados para la negociación automatizada tienen que estar registrados, probados y contar con disyuntores.
La MiFID II amplía el alcance de los requisitos de la MiFID a más instrumentos financieros. Las acciones, las materias primas, los instrumentos de deuda, los futuros y las opciones, los fondos cotizados y las divisas entran en su ámbito de aplicación. Si un producto está disponible en un país de la UE, está cubierto por la MiFID II, incluso si, por ejemplo, el operador que desea comprarlo está situado fuera de la UE.
Los preparativos para la MiFID II costaron a las empresas un total estimado de 2.El volumen de negocios de la UE asciende a 1.000 millones de euros, según un informe de Expand, una empresa de Boston Consulting Group, e IHS Markit.
La MiFID II no sólo abarca prácticamente todos los aspectos de la inversión financiera y la negociación, sino que también incluye a casi todos los profesionales financieros de la UE. Los banqueros, los operadores, los gestores de fondos, los agentes de cambio y los corredores de bolsa -y sus empresas- tienen que cumplir su normativa. También lo hacen los inversores institucionales y minoristas.
La MiFID II impone restricciones a los incentivos pagados a las empresas de inversión o a los asesores financieros por cualquier tercero en relación con los servicios prestados a los clientes. Los bancos y las agencias de valores ya no pueden cobrar por la investigación y las transacciones en un solo paquete, lo que obliga a tener una idea más clara del coste de cada una, y posiblemente a mejorar la calidad de la investigación disponible para los inversores. Los agentes de bolsa tienen que proporcionar informes más detallados sobre sus operaciones -50 datos más, de hecho-, incluyendo información sobre el precio y el volumen. También tienen que almacenar todas las comunicaciones, incluidas las conversaciones telefónicas. Se fomenta la negociación electrónica, ya que es más fácil de registrar y seguir.
A quién afecta la MiFID II?
La MiFID II es un marco legislativo instituido por la Unión Europea (UE) para regular los mercados financieros en el bloque y mejorar la protección de los inversores. No sólo abarca prácticamente todos los aspectos de la inversión y la negociación financiera, sino también a casi todos los profesionales financieros de la UE. Los banqueros, los operadores, los gestores de fondos, los responsables de las bolsas y los agentes de bolsa -y sus empresas- tienen que cumplir su normativa, al igual que los inversores institucionales y minoristas. En particular, reduce el uso de dark pools y la negociación extrabursátil (OTC).
¿Qué hace la MiFID II??
La MiFID II impone restricciones a los incentivos pagados a las empresas de inversión o a los asesores financieros por cualquier tercero en relación con los servicios prestados a los clientes. Los bancos y las agencias de valores ya no podrán cobrar por la investigación y las transacciones en un solo paquete, lo que obligará a tener una idea más clara del coste de cada uno y posiblemente a mejorar la calidad de la investigación disponible para los inversores. Los corredores de bolsa tendrán que proporcionar informes más detallados sobre sus operaciones -50 datos más, de hecho-, incluyendo información sobre el precio y el volumen. Tendrán que almacenar todas las comunicaciones, incluidas las conversaciones telefónicas; se fomenta la negociación electrónica, ya que es más fácil de registrar y seguir.
Qué es un Dark Pool?
Los „dark pools” son bolsas de activos privadas diseñadas para proporcionar liquidez adicional y anonimato para negociar grandes bloques de valores lejos de la vista del público. Proporcionan ventajas en cuanto a precios y costes a las instituciones de compra, como los fondos de inversión y los fondos de pensiones, que afirman que estos beneficios repercuten en última instancia en los inversores minoristas que invierten en estos fondos. Sin embargo, la falta de transparencia de los dark pools los hace susceptibles a los conflictos de intereses de sus propietarios y a las prácticas de negociación depredadoras de las empresas de HFT.
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