¿Qué es un mercado monopólico??
Un mercado monopolístico es una condición teórica que describe un mercado en el que sólo una empresa puede ofrecer productos y servicios al público. Un mercado monopolístico es lo contrario de un mercado perfectamente competitivo, en el que operan un número infinito de empresas. En un modelo puramente monopolístico, la empresa monopolista puede restringir la producción, subir los precios y disfrutar de unos beneficios supernormales a largo plazo.
Puntos clave
- Un monopolio describe una situación de mercado en la que una empresa posee toda la cuota de mercado y puede controlar los precios y la producción.
- Rara vez se produce un monopolio puro, pero hay casos en los que las empresas poseen una gran parte de la cuota de mercado, y se aplican las leyes antimonopolio.
- Altria, el fabricante de tabaco, tiene un control de tipo monopolístico sobre el mercado del tabaco.
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Mercado monopólico
Entender los mercados monopolísticos
Un mercado monopolístico es una estructura de mercado con las características de un monopolio puro. Existe un monopolio cuando un proveedor suministra un determinado bien o servicio a muchos consumidores. En un mercado monopolístico, el monopolio, o la empresa que lo controla, tiene el control total del mercado, por lo que fija el precio y la oferta de un bien o servicio.
Los mercados puramente monopolísticos son escasos y quizás incluso imposibles en ausencia de barreras absolutas a la entrada, como la prohibición de la competencia o la posesión exclusiva de todos los recursos naturales.
Cuando se producen, el monopolio que fija el precio y la oferta de un bien o servicio se denomina formador de precios. Un monopolio es un maximizador de beneficios porque al cambiar la oferta y el precio del bien o servicio que proporciona puede generar mayores beneficios. Al determinar el punto en el que su ingreso marginal es igual a su coste marginal, el monopolio puede encontrar el nivel de producción que maximiza su beneficio.
Al haber un solo vendedor que controla la producción y distribución de un bien o servicio, otras empresas no pueden entrar en el mercado. Suelen existir altas barreras de entrada, es decir, obstáculos que impiden a una empresa entrar en un mercado. Los potenciales participantes en el mercado están en desventaja porque el monopolio tiene la ventaja de ser el primero en llegar y puede bajar los precios para subcotizar a un potencial recién llegado e impedirle ganar cuota de mercado.
Como sólo hay un proveedor y las empresas no pueden entrar o salir fácilmente, no hay sustitutos para los bienes o servicios. Por lo tanto, un monopolio también tiene una diferenciación absoluta del producto porque no hay otros bienes o servicios comparables.
La historia de los monopolios
El término „monopolio” se originó en el derecho inglés para describir una concesión real. Este tipo de concesión autoriza a un comerciante o empresa a comerciar con un determinado bien mientras que ningún otro comerciante o empresa puede hacerlo.
Históricamente, los mercados monopolísticos surgían cuando un solo productor recibía privilegios legales exclusivos del gobierno, como el acuerdo alcanzado entre la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y AT&T entre 1913 y 1984. Durante este periodo, ninguna otra empresa de telecomunicaciones podía competir con AT&T porque el gobierno creyó erróneamente que el mercado sólo podía soportar un productor.
Más recientemente, las empresas privadas a corto plazo pueden tener un comportamiento de monopolio cuando la producción tiene costes fijos relativamente altos, lo que hace que los costes totales medios a largo plazo disminuyan a medida que aumenta la producción. El efecto de este comportamiento podría permitir a un único productor operar temporalmente en una curva de costes más baja que cualquier otro productor.
Efectos de los mercados monopólicos
La objeción política y cultural típica a los mercados monopolísticos es que un monopolio, en ausencia de otros proveedores del mismo producto o servicio, podría cobrar una prima a sus clientes. Los consumidores no tienen sustitutos y se ven obligados a pagar el precio de los productos dictado por el monopolista. En muchos aspectos, se trata de una objeción contra los precios altos, no necesariamente de un comportamiento monopolístico.
El argumento económico estándar contra los monopolios es diferente. Según el análisis neoclásico, un mercado monopolístico es indeseable porque restringe la producción, no porque el monopolista se beneficie subiendo los precios. La restricción de la producción equivale a una menor producción, lo que reduce la renta social real total.
Aunque existan poderes monopolísticos, como el de la U.S. Aunque el Servicio Postal tiene el monopolio legal de la entrega de correo de primera clase, los consumidores suelen tener muchas alternativas, como utilizar el correo estándar a través de FedEx o UPS o el correo electrónico. Por esta razón, es poco frecuente que los mercados monopolísticos logren restringir la producción o disfrutar de beneficios supernormales a largo plazo.
Regulación de un mercado monopólico
Al igual que el modelo de competencia perfecta, el modelo de competencia monopolística es difícil o imposible de reproducir en la economía real. Los verdaderos monopolios suelen ser producto de las regulaciones contra la competencia. Es habitual, por ejemplo, que las ciudades o pueblos concedan monopolios locales a las empresas de servicios públicos y telecomunicaciones.
Sin embargo, los gobiernos a menudo regulan el comportamiento de las empresas privadas que parecen monopolistas, como una situación en la que una empresa posee la mayor parte de un mercado. La FCC, la Organización Mundial del Comercio y la Unión Europea tienen normas para gestionar los mercados monopolísticos. A menudo se denominan leyes antimonopolio.