Qué son las leyes del cielo azul?
Las leyes del cielo azul son regulaciones estatales establecidas como salvaguardias para los inversores contra el fraude de valores. Las leyes, que pueden variar según el estado, suelen exigir a los vendedores de nuevas emisiones que registren sus ofertas y proporcionen detalles financieros de la operación y de las entidades implicadas. Como resultado, los inversores disponen de una gran cantidad de información verificable en la que basar sus juicios y decisiones de inversión.
Puntos clave
- Las leyes sobre el cielo azul son normas antifraude de ámbito estatal que obligan a los emisores de valores a registrarse y a revelar los detalles de sus ofertas.
- Las leyes sobre el cielo azul crean una responsabilidad para los emisores, permitiendo a las autoridades legales y a los inversores emprender acciones contra ellos por no cumplir con las disposiciones de las leyes.
- La mayoría de los estados siguen el modelo de la Ley Uniforme de Valores de 1956 y son reemplazados por las leyes federales de valores en caso de duplicación.
Entender las leyes de cielo azul
Las leyes sobre el cielo azul -que sirven como una capa reguladora adicional a la normativa federal sobre valores- suelen exigir licencias a las empresas de corretaje, los asesores de inversión y los corredores individuales que ofrecen valores en sus estados. Estas leyes exigen que los fondos de inversión privados se registren no sólo en su estado de origen, sino en todos los estados en los que deseen hacer negocios.
Los emisores de valores deben revelar las condiciones de la oferta, incluida la divulgación de información importante que pueda afectar al valor. La naturaleza estatal de estas leyes significa que cada jurisdicción puede incluir diferentes requisitos de presentación para registrar las ofertas. El proceso suele incluir una revisión de los méritos por parte de los agentes estatales, que determinan si la oferta es equilibrada y justa para el comprador.
Aunque las leyes sobre el cielo azul varían según el estado, todas pretenden proteger a los individuos de las inversiones fraudulentas o excesivamente especulativas.
Las disposiciones de estas leyes también generan responsabilidad por cualquier declaración fraudulenta o por no revelar información, lo que permite entablar demandas y otras acciones legales contra los emisores.
La intención de estas leyes es disuadir a los vendedores de que se aprovechen de los inversores que carecen de experiencia o conocimientos y garantizar que los inversores reciban ofertas de nuevas emisiones que ya han sido examinadas por los administradores de su estado para comprobar su imparcialidad y equidad.
Hay ciertas excepciones en cuanto a los tipos de ofertas que deben registrarse. Estas exenciones incluyen los valores que cotizan en las bolsas de valores nacionales (parte de un esfuerzo de los reguladores federales por agilizar el proceso de supervisión en la medida de lo posible). Las ofertas que se acogen a la Regla 506 del Reglamento D de la Ley de Valores de 1933, por ejemplo, se consideran „valores cubiertos” y también están exentas.
Historia de las leyes Blue Sky
Se dice que el término „ley del cielo azul” se originó a principios del siglo XX, y se generalizó su uso cuando un juez del Tribunal Supremo de Kansas declaró su deseo de proteger a los inversores de las empresas especulativas que no tenían más base que tantos metros de „cielo azul”.'"
En los años que precedieron a la caída del mercado de valores de 1929, este tipo de empresas especulativas eran abundantes. Muchas empresas emitían acciones, promocionaban propiedades inmobiliarias y otras operaciones de inversión, al tiempo que hacían promesas elevadas e infundadas de que obtendrían mayores beneficios. No existía la Comisión de Valores y Bolsa (SEC), y la supervisión de la industria financiera y de inversiones era escasa. Los valores se vendían sin pruebas materiales que corroboraran estas afirmaciones. En algunos casos, los detalles se ocultaron fraudulentamente para atraer a más inversores. Estas actividades contribuyeron al entorno hiperespeculativo de la década de 1920 que llevó a la inflación del mercado de valores antes de su inevitable colapso.
Aunque las leyes sobre el cielo azul existían durante ese período -Kansas promulgó la primera, en 1911-, solían estar redactadas y aplicadas de forma débil, y los inescrupulosos podían evitarlas fácilmente haciendo negocios en otro estado. Tras el desplome del mercado de valores y el inicio de la Gran Depresión, el Congreso promulgó varias Leyes de Valores para regular el mercado de valores y la industria financiera a nivel federal y establecer la SEC.
En 1956 se aprobó la Ley Uniforme de Valores, una ley modelo que proporciona un marco que guía a los estados en la elaboración de su propia legislación sobre valores. Constituye la base de 40 de las 50 leyes estatales de hoy en día, y a sí misma suele recibir el apodo de Ley del Cielo Azul. La legislación posterior, como la Ley de Mejora de los Mercados de Valores Nacionales de 1996, se adelanta a las leyes de cielo azul cuando éstas duplican la legislación federal.