Definición de la voluntad de Pour-Over

¿Qué es un testamento de pago??

Un testamento de transferencia es un documento legal que asegura que los activos restantes de un individuo se transferirán automáticamente a un fideicomiso previamente establecido después de su muerte.

Cómo funciona un testamento de transferencia

Un testamento de transición funciona junto con un fideicomiso. En la planificación patrimonial, los fideicomisos ofrecen una forma de evitar el proceso de sucesión cuando se transfieren los activos después de la muerte del otorgante. Cuando llega el momento de liquidar la herencia, los bienes depositados en el fideicomiso se distribuyen entre los beneficiarios según las instrucciones del otorgante. Un testamento de transferencia cubre los bienes que el otorgante no ha incorporado al fideicomiso en el momento del fallecimiento. Si no se dan instrucciones explícitas en el testamento, los activos restantes estarán sujetos a las leyes de sucesión intestada establecidas por la jurisdicción en la que el individuo haya fallecido.

Los testamentos de transferencia actúan como un respaldo contra los problemas que podrían frustrar el buen funcionamiento de un fideicomiso en vida. Garantizan que los bienes que un otorgante no añada a un fideicomiso, ya sea por accidente o a propósito, acabarán en el fideicomiso tras la ejecución del testamento. El testamento también puede proporcionar una protección adicional contra los problemas legales de un fideicomiso, al estipular que los activos destinados al fideicomiso se distribuyan a los beneficiarios del mismo en caso de que éste sea inválido o, en el caso de un fideicomiso sin fondos, en caso de que sea legalmente difícil o imposible de financiar en el momento del fallecimiento del otorgante.

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Fideicomisos revocables e irrevocables

Los planes de sucesión suelen combinar los testamentos de transición con los fideicomisos en vida, que exigen que los otorgantes les transfieran los activos antes de su muerte. La mayoría de las herencias más pequeñas utilizan fideicomisos revocables en vida, que permiten a los otorgantes controlar los activos en el fideicomiso hasta su fallecimiento. Los patrimonios más grandes a veces utilizan fideicomisos irrevocables para reducir la carga fiscal de los beneficiarios, sobre todo si van a estar sujetos a un impuesto sobre el patrimonio. Una vez que los otorgantes transfieren activos a un fideicomiso irrevocable, los activos pasan a estar totalmente bajo el control de los fideicomisarios. Los testamentos de transferencia funcionan con cualquier tipo de fideicomiso.

Ejemplo de testamento

Supongamos que una pareja de ancianos desea distribuir un patrimonio a sus hijos y nietos. Para minimizar los problemas legales de los múltiples procesos de sucesión que se desencadenarían al redactar sus testamentos individuales, deciden establecer un fideicomiso revocable en vida al que pueden transferir sus activos. Junto con el fideicomiso, ambos redactan un testamento de reposición en el que se ordena que los activos restantes se añadan al fideicomiso tras su fallecimiento. Cuando uno de los cónyuges fallece, su coche, que la pareja tituló sólo a nombre de esa persona, acaba pasando sin problemas al fideicomiso. El otro cónyuge sigue actuando como fiduciario, por lo que puede seguir utilizando el coche como si estuviera a su nombre, aunque el título se transfiera al fideicomiso. Al fallecer el segundo cónyuge, los bienes que hayan quedado a su nombre también se transfieren al fideicomiso. Un fideicomisario sucesor designado gestiona o distribuye los activos según los términos del fideicomiso.

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