Qué es la teoría de las expectativas racionales?
La teoría de las expectativas racionales es un concepto y una técnica de modelización muy utilizada en macroeconomía. La teoría postula que los individuos basan sus decisiones en tres factores principales: su racionalidad humana, la información de que disponen y sus experiencias pasadas.
La teoría sugiere que las expectativas actuales de las personas sobre la economía son, por sí mismas, capaces de influir en el estado futuro de la economía. Este precepto contrasta con la idea de que la política gubernamental influye en las decisiones financieras y económicas.
Puntos clave
- La teoría de las expectativas racionales postula que los individuos basan sus decisiones en la racionalidad humana, la información de que disponen y sus experiencias pasadas.
- La teoría de las expectativas racionales es un concepto y una teoría utilizados en macroeconomía.
- Los economistas utilizan la teoría de las expectativas racionales para explicar los factores económicos previstos, como las tasas de inflación y los tipos de interés.
- La idea que subyace a la teoría de las expectativas racionales es que los resultados pasados influyen en los resultados futuros.
- La teoría también considera que, dado que las personas toman decisiones basándose en la información disponible y en sus experiencias pasadas, la mayoría de las veces sus decisiones serán correctas.
Entender la teoría de las expectativas racionales
La teoría de las expectativas racionales es el modelo de suposición dominante utilizado en los ciclos económicos y las finanzas como piedra angular de la hipótesis del mercado eficiente (HME).
Los economistas suelen utilizar la doctrina de las expectativas racionales para explicar las tasas de inflación previstas o cualquier otro estado económico. Por ejemplo, si las tasas de inflación pasadas fueron más altas de lo esperado, la gente podría considerar que esto, junto con otros indicadores, significa que la inflación futura también podría superar las expectativas.
El uso de la idea de „expectativas” en la teoría económica no es nuevo. En la década de 1930, el famoso economista británico John Maynard Keynes atribuyó a las expectativas de la gente sobre el futuro -que denominó „oleadas de optimismo y pesimismo”- un papel fundamental en la determinación del ciclo económico.
Sin embargo, la teoría real de las expectativas racionales fue propuesta por John F. Muth en su artículo seminal, „Rational Expectations and the Theory of Price Movements”, publicado en 1961 en la revista, Econometrica. Muth utilizó el término para describir numerosos escenarios en los que un resultado depende en parte de lo que la gente espera que ocurra. La teoría no se puso de moda hasta la década de 1970 con Robert E. Lucas, Jr. y la revolución neoclásica en economía.
La influencia de las expectativas y los resultados
Las expectativas y los resultados se influyen mutuamente. Hay un flujo continuo de retroalimentación de los resultados pasados a las expectativas actuales. En situaciones recurrentes, la forma en que se desarrolla el futuro desde el pasado tiende a ser estable, y la gente ajusta sus previsiones para ajustarse a este patrón estable.
Esta doctrina está motivada por el pensamiento que llevó a Abraham Lincoln a afirmar: „Se puede engañar a parte de la gente todo el tiempo, y a toda la gente parte del tiempo, pero no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo.”
Desde la perspectiva de la teoría de las expectativas racionales, la afirmación de Lincoln da en el clavo: La teoría no niega que la gente cometa a menudo errores de previsión, pero sugiere que los errores no se repetirán de forma persistente.
Dado que las personas toman decisiones basándose en la información disponible y en sus experiencias pasadas, la mayoría de las veces sus decisiones serán correctas. Si sus decisiones son correctas, se producirán las mismas expectativas para el futuro. Si su decisión fue incorrecta, entonces ajustarán su comportamiento basándose en el error pasado.
La teoría de las expectativas racionales: ¿Funciona??
La economía se basa en gran medida en modelos y teorías, muchas de las cuales están interrelacionadas. Por ejemplo, las expectativas racionales tienen una relación crítica con otra idea fundamental en economía: el concepto de equilibrio. La validez de las teorías económicas: ¿funcionan como deberían para predecir estados futuros??-siempre es discutible. Un ejemplo de ello es el actual debate sobre la incapacidad de los modelos existentes para predecir o desentrañar las causas de la crisis financiera de 2007-2008.
Dado que en los modelos económicos intervienen múltiples factores, nunca es una simple cuestión de trabajar o no trabajar. Los modelos son aproximaciones subjetivas de la realidad que se diseñan para explicar los fenómenos observados. Las predicciones de un modelo deben ser matizadas por la aleatoriedad de los datos subyacentes que pretende explicar, y por las teorías que impulsan sus ecuaciones.
Cuando la Reserva Federal decidió utilizar un programa de flexibilización cuantitativa para ayudar a la economía a superar la crisis financiera de 2008, estableció involuntariamente unas expectativas inalcanzables para el país. El programa redujo los tipos de interés durante más de siete años. Así, fieles a la teoría, la gente empezó a creer que los tipos de interés se mantendrían bajos.