Qué es una operación PIPE?
La inversión privada en un acuerdo de capital público (PIPE Deal) se refiere a la práctica de los inversores privados de comprar una acción que cotiza en bolsa a un precio inferior al precio actual disponible para el público. Los fondos de inversión y otros grandes inversores institucionales pueden llegar a acuerdos para comprar grandes cantidades de acciones a un precio preferente.
Las operaciones PIPE suelen ser ofrecidas por empresas que buscan obtener una gran cantidad de capital rápidamente.
Puntos clave
- La inversión privada en operaciones de capital público (PIPE) es cuando un inversor privado, como un fondo de inversión o una gran institución, compra una parte de las acciones a un precio inferior al del mercado.
- Las operaciones PIPE son una forma de que las empresas consigan una gran cantidad de dinero rápidamente.
- Pueden ser impopulares para los accionistas actuales porque diluyen el conjunto de acciones existentes y reducen su valor.
- Los acuerdos PIPE tienen similitudes con algunos de los masivos rescates gubernamentales de los últimos años, pero suelen afectar a empresas más pequeñas y de menor importancia sistémica.
Cómo entender las operaciones PIPE
En una operación PIPE tradicional, una empresa vende en privado acciones ordinarias o preferentes que cotizan en bolsa con un descuento respecto al precio de mercado a un inversor acreditado. En una operación PIPE estructurada, la empresa emisora emite deuda convertible, que normalmente puede convertirse en acciones de la empresa emisora a voluntad del comprador.
Por lo general, la empresa oferente está tratando de obtener capital, ya sea porque lo necesita rápidamente o porque no podría adquirirlo por otros medios. La empresa compradora (normalmente un fondo de inversión o un fondo de cobertura) tiene la ventaja de comprar a un precio con descuento; como estas acciones vendidas directamente son relativamente ilíquidas, el comprador sólo está interesado si puede obtener las acciones con un descuento.
Las operaciones PIPE son populares por su eficacia, especialmente en comparación con otros tipos de ofertas secundarias, y porque están sujetas a menos regulaciones por parte de la Comisión de Valores y Bolsa (SEC). Cualquier empresa que cotice en bolsa puede iniciar una operación PIPE con un inversor acreditado. Esto es especialmente útil para las empresas más pequeñas o menos conocidas que podrían tener problemas para obtener capital de otra manera.
Historia de las operaciones PIPE
El interés por las operaciones PIPE ha variado con el tiempo. En 2017, un total de 45 dólares.Se recaudaron 3.000 millones de euros en 1.461 operaciones. En 2016, 1.199 operaciones recaudaron 51 dólares.6.000 millones. Sin embargo, esta cifra es inferior a los 88.000 millones de dólares.3.000 millones de dólares cerrados en 980 transacciones en los primeros 9 meses de 2008. Las operaciones PIPE suelen producirse en mercados o sectores en los que es difícil reunir capital; por ello, las operaciones PIPE fueron populares en el momento álgido de la crisis bancaria de 2008.
Las operaciones PIPE son algo menos populares entre los accionistas, ya que la emisión de nuevas acciones para estas ventas diluye el valor de las acciones existentes. En algunos casos, los inversores o las empresas con conocimiento interno de la operación han puesto en corto las acciones de la empresa emisora en previsión. Algunos reguladores han pedido una regulación más intensa para evitar este tipo de oportunidades de uso de información privilegiada, argumentando además que las empresas oferentes, generalmente pequeñas, no tienen más remedio que hacer malos tratos con los fondos de cobertura para conseguir el capital que tanto necesitan.
Consideraciones especiales
Acuerdos PIPE y rescates gubernamentales
Las operaciones PIPE pueden ser similares al tipo de operaciones que se producen con los rescates gubernamentales de empresas o industrias en dificultades. En estas operaciones, el gobierno adquiere una parte del capital en forma de acciones, warrants o deuda convertible a cambio del capital líquido que la empresa necesita para seguir operando, reestructurarse o evitar la quiebra. Las operaciones PIPE suelen ser también de empresas en dificultades que se han quedado sin otras opciones en el mercado para conseguir rápidamente el capital necesario, y que venden una parte de sus acciones a un inversor institucional con un descuento que puede dejar al comprador en una posición de poder para influir en la empresa o incluso en una participación de control.
Un ejemplo de un acuerdo de rescate gubernamental similar sería el rescate de la industria automovilística de 2009, en el que el Tesoro se hizo cargo de GM y Chrysler. Este tipo de rescates suelen ser más extremos que la típica operación PIPE, ya que las empresas que los buscan están más desesperadas y pueden haber intentado ya negociar un acuerdo PIPE con una institución privada y no haberlo conseguido. Los acuerdos PIPE privados también son más propensos a ser un último recurso para las empresas más pequeñas que no se consideran lo suficientemente importantes como para justificar la acción del gobierno.