Definición de la estrategia de crecimiento del capital

Qué es una estrategia de crecimiento del capital?

Una estrategia de crecimiento del capital busca maximizar la revalorización del capital de una cartera de inversión a largo plazo mediante una asignación de activos orientada a valores con altos rendimientos esperados.

Los inversores que utilizan una estrategia de crecimiento del capital buscan empresas e inversiones con el potencial de crecer a un ritmo mayor en comparación con el mercado o el sector. Los inversores en bienes de equipo están dispuestos a asumir una cierta cantidad de riesgo con el fin de obtener una mayor rentabilidad.

Puntos clave

  • Los inversores que optan por una estrategia de crecimiento del capital quieren aumentar sus ganancias seleccionando inversiones que tienen el potencial de crecer a largo plazo a una tasa más alta en comparación con el mercado.
  • Una cartera centrada en el crecimiento del capital contendrá aproximadamente entre un 65% y un 70% de acciones, entre un 20% y un 25% de activos de renta fija y el resto en valores del mercado monetario o efectivo.
  • Los inversores en crecimiento de capital pueden simplificar el proceso de inversión eligiendo entre productos empaquetados, como fondos de inversión y fondos cotizados (ETF) que se centran en la revalorización del capital.
  • Los inversores sofisticados en crecimiento de capital pueden crear una cartera de acciones individuales equilibrada con activos de renta fija o estrategias de cobertura que incluyen opciones y futuros.
  • Los fondos con fecha objetivo y los fondos de estilo de vida son otras opciones que incluyen estrategias de crecimiento del capital basadas en la edad y la tolerancia al riesgo del inversor.

Cómo funciona una estrategia de crecimiento del capital

Las carteras con una estrategia de crecimiento del capital se componen principalmente de valores de renta variable, también conocidos como acciones. La proporción exacta de renta variable en la cartera total variará en función del horizonte de inversión de cada inversor, sus limitaciones financieras, sus objetivos de inversión y su tolerancia al riesgo.

En general, una cartera de crecimiento de capital contendrá aproximadamente entre un 65% y un 70% de acciones, entre un 20% y un 25% de valores de renta fija, y el resto en efectivo o valores del mercado monetario. Aunque se busque una alta rentabilidad, esta mezcla protege de algún modo al inversor contra una grave pérdida de valor de la cartera si la parte de la misma que presenta un mayor riesgo se hunde.

Muchos inversores en crecimiento de capital seleccionarán un objetivo de crecimiento moderado, mientras que otros optarán por un objetivo de alto crecimiento. Los inversores de crecimiento moderado podrían comprar acciones de empresas de primera línea establecidas. Los inversores con un objetivo de alto crecimiento están dispuestos a invertir en activos más especulativos, como las acciones de crecimiento de empresas que tienen pocos o ningún beneficio actual pero que tienen el potencial de obtener grandes ganancias en el futuro.

Las estrategias de cartera muy agresivas también tienen como objetivo maximizar el crecimiento del capital, pero estas estrategias tienen un riesgo considerablemente mayor, y a veces consisten totalmente en acciones.

Consideraciones especiales

Una estrategia de crecimiento del capital es adecuada para la mayoría de los inversores con un horizonte temporal largo, normalmente de 10 años o más. Un objetivo común de una estrategia de crecimiento del capital es ahorrar para la jubilación y, al mismo tiempo, financiar otros objetivos a largo plazo, como la educación universitaria de los hijos o la creación de un legado para las generaciones futuras. Los inversores a largo plazo pueden asumir el mayor riesgo de la renta variable cuando tienen más tiempo para recuperarse de las pérdidas bruscas.

La asignación de activos por edad es una importante estrategia de inversión que se centra en cambiar la asignación de activos de un inversor en función de las diferentes etapas de la vida. Los inversores de 20 y 30 años emplean una estrategia diferente a la de los de 40 y 50 años. Asimismo, los inversores que se acercan a la jubilación o que ya están jubilados tienen estrategias y objetivos diferentes.

En general, los inversores más jóvenes pueden tolerar más riesgo y serían más candidatos a una estrategia con un objetivo de alto crecimiento en comparación con los inversores de mayor edad que buscan la preservación del capital.

Construir una estrategia de crecimiento del capital

Los inversores disponen de una multitud de opciones a la hora de crear una asignación que persiga el crecimiento del capital. Los inversores más sofisticados pueden optar por construir una cartera de acciones individuales que pueden equilibrarse con la renta fija y el efectivo o mediante estrategias de cobertura que aprovechan las opciones y los futuros.

Los inversores que no tienen tiempo o conocimientos para gestionar una cartera de valores individuales pueden optar por productos empaquetados, como fondos de inversión y fondos cotizados (ETF). Hay docenas, si no cientos, de categorías diferentes. Para el crecimiento del capital, un inversor estaría bien servido para poseer fondos o ETFs que proporcionen una exposición diversificada a acciones con características de valor y crecimiento, así como diferentes capitalizaciones de mercado y geografías.

Para un enfoque de talla única, los inversores pueden seleccionar un fondo con fecha objetivo que mantenga una asignación de acciones, bonos y efectivo que se vuelva más conservadora a medida que se acerque la fecha objetivo. Otra opción de asignación preestablecida es un fondo de estilo de vida que mantiene una asignación estática basada en una elección de niveles de riesgo. Para el crecimiento del capital, un inversor elegiría una asignación moderada o agresiva.

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