Qué es una jaula?
En finanzas, „jaula” es un término coloquial que se utiliza para describir el departamento de una empresa de corretaje que se encarga de recibir y distribuir certificados físicos de acciones y bonos.
Hoy en día, la mayoría de los inversores tienen sus valores a nombre de la calle, lo que significa que no necesitan tener la posesión física de sus certificados. En cambio, estos documentos son almacenados por su empresa de corretaje, lo que aumenta la comodidad y reduce el riesgo de robo.
Puntos clave
- Las jaulas son los departamentos de las empresas de corretaje que llevan el control de los certificados de valores físicos.
- En el pasado, las jaulas estaban muy extendidas y eran muy utilizadas, ya que todas las transacciones requerían transferencias físicas de certificados para su liquidación.
- Hoy en día, la gran mayoría de las operaciones con valores se realizan electrónicamente, evitando la necesidad de transferencias físicas.
Cómo funcionan las jaulas
Para garantizar el registro y el mantenimiento de la propiedad de los valores de sus clientes, las empresas de corretaje mantienen jaulas dentro de sus oficinas para garantizar la seguridad de estos certificados físicos. Si estos certificados son robados o se pierden, sus propietarios pueden ser incapaces de demostrar sus derechos de propiedad. Para protegerse de este riesgo, los departamentos de jaulas de los corredores suelen contar con avanzadas medidas de seguridad. Su aspecto general de bóveda es lo que hizo que se les conociera como la „jaula” de la empresa.
Hoy en día, a la mayoría de los inversores les puede sorprender saber que todavía existen estos departamentos. Al fin y al cabo, desde la llegada de los servicios de negociación totalmente electrónicos, ya no es necesario encontrarse con ningún certificado de valores físico para invertir en acciones o bonos. En cambio, los inversores que compran acciones hoy en día casi siempre las tienen a nombre de la empresa de corretaje y no a nombre personal de cada inversor. Esto significa que los valores permanecen registrados en los libros de los corredores como si pertenecieran a la propia empresa de corretaje. Sin embargo, los registros adicionales dentro de la empresa de corretaje establecen que el inversor es el verdadero propietario de los valores.
Este método de invertir electrónicamente utilizando el nombre de la calle de la empresa de corretaje ofrece muchas ventajas sobre la posesión física de los certificados de valores. Además de reducir el riesgo de robo, los inversores electrónicos también pueden ejecutar las operaciones de compra y venta con mucha más rapidez que si se tratara del intercambio de valores físicos. Sin esta mejora en la velocidad, ciertos estilos de inversión, como la negociación diaria o la negociación de alta frecuencia (HFT), serían imposibles.
En el pasado, los inversores que temían perder sus certificados físicos de valores compraban bonos de indemnización para protegerse de esta pérdida. Estos bonos suelen costar alrededor del 2% o el 3% del valor de mercado de los valores cubiertos. Este aumento de los costes de transporte de los certificados físicos es una de las razones por las que la liquidación electrónica de valores se ha hecho tan común.
Ejemplo de jaula en el mundo real
En las últimas décadas, la cantidad de certificados físicos utilizados en la negociación de valores ha disminuido constantemente. Antes de la llegada de las redes de comercio electrónico, las empresas de corretaje dependían de los mensajeros que transportaban físicamente los certificados de valores hacia y desde las instituciones financieras correspondientes. Sin embargo, a finales de la década de 1960, el enorme volumen de papeleo que suponían estas transacciones provocó un periodo de errores administrativos de gran repercusión.
Uno de estos acontecimientos notables fue la llamada „Crisis del papeleo” que se apoderó de Wall Street, en la que los ladrones consiguieron robar más de 400 millones de dólares en certificados de valores. Este periodo de caos animó al sector a adoptar nuevas soluciones tecnológicas, como el método de registro del nombre de la calle, muy extendido hoy en día.
Nuestro equipo exige a los escritores que utilicen fuentes primarias para apoyar su trabajo. Entre ellos se incluyen libros blancos, datos gubernamentales, informes originales y entrevistas con expertos del sector. También hacemos referencia a investigaciones originales de otras editoriales de renombre cuando procede. Puede obtener más información sobre las normas que seguimos para producir contenidos precisos e imparciales en nuestro
política editorial.