Qué es un fideicomiso de dinastía?
Un fideicomiso de dinastía es un fideicomiso a largo plazo creado para transmitir el patrimonio de una generación a otra sin incurrir en impuestos sobre las transferencias -como el impuesto sobre donaciones, el impuesto sobre el patrimonio o el impuesto sobre las transferencias que saltan de una generación a otra (GSTT, por sus siglas en inglés)- durante el tiempo que los activos permanezcan en el fideicomiso.
La característica que define al fideicomiso dinástico es su duración. Si está bien diseñado, puede durar muchas generaciones, posiblemente para siempre.
Un fideicomiso dinástico establecido en el estado correcto puede durar teóricamente para siempre.
Cómo funciona un fideicomiso de dinastía
Históricamente, los fideicomisos sólo podían durar un determinado número de años. Muchos estados tenían una „regla contra las perpetuidades” y estipulaban cuándo debía terminar un fideicomiso. Una regla común era que un fideicomiso podía continuar durante 21 años después de la muerte del último beneficiario que estaba vivo cuando se estableció el fideicomiso.
En esas circunstancias, un fideicomiso podría durar teóricamente unos 100 años. Algunos estados, sin embargo, han eliminado las normas contra las perpetuidades, lo que permite a las personas ricas crear fideicomisos dinásticos que pueden perdurar durante muchas generaciones en el futuro.
Los beneficiarios inmediatos de un fideicomiso dinástico suelen ser los hijos del otorgante (la persona cuyos activos se utilizan para crear el fideicomiso). Tras el fallecimiento del último hijo, los nietos o bisnietos del otorgante suelen ser los beneficiarios. El funcionamiento del fideicomiso está controlado por un fideicomisario que es nombrado por el otorgante. El fideicomisario suele ser un banco u otra institución financiera.
Puntos clave
- Los fideicomisos dinásticos permiten a las personas ricas dejar dinero a las generaciones futuras, sin incurrir en impuestos sobre el patrimonio.
- Según la ley actual, un individuo puede poner hasta 11.58 millones de euros en un fideicomiso dinástico.
- Los fideicomisos de dinastía son irrevocables y sus condiciones no pueden modificarse una vez financiados.
Un fideicomiso dinástico es un tipo de fideicomiso irrevocable. Los otorgantes pueden establecer reglas estrictas (o laxas) sobre cómo se debe gestionar el dinero y distribuirlo a los beneficiarios. Pero una vez financiado el fideicomiso, el otorgante no tendrá ningún control sobre los activos ni podrá modificar los términos del fideicomiso. Lo mismo ocurre con los futuros beneficiarios del fideicomiso.
Los activos que se transfieren a un fideicomiso de dinastía pueden estar sujetos a los impuestos sobre donaciones, sucesiones y GSTT sólo cuando se realiza la transferencia y sólo si los activos superan las exenciones fiscales federales. Como resultado de la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos aprobada en 2017, la exención del impuesto federal sobre el patrimonio es de 11 dólares.58 millones para 2020 y 11.7 millones de euros para 2021. El importe se ajusta anualmente en función de la inflación.
Por supuesto, el Congreso también podría aumentar o reducir la exención del impuesto sobre el patrimonio en los próximos años, o eliminarlo por completo. Así que, por ahora, un individuo puede poner 11.58 millones de euros en un fideicomiso de dinastía para sus hijos o nietos (y, de hecho, sus hijos y nietos) sin incurrir en estos impuestos. Además, los activos que se incorporan a un fideicomiso de dinastía, así como la revalorización de esos activos, se eliminan de forma permanente del patrimonio imponible del otorgante, lo que proporciona otra capa de alivio fiscal.
El fideicomisario puede distribuir el dinero del fideicomiso para mantener a los beneficiarios según los términos del fideicomiso. Pero como los beneficiarios carecen de control sobre los activos del fideicomiso, éste no se tendrá en cuenta en su patrimonio imponible. Asimismo, los activos del fideicomiso están protegidos de las reclamaciones de los acreedores del beneficiario, ya que los activos pertenecen al fideicomiso, no al beneficiario.
Sin embargo, el impuesto sobre la renta seguirá aplicándose a un fideicomiso dinástico. Para minimizar la carga del impuesto sobre la renta, los particulares suelen transferir a los fideicomisos de dinastía activos que no producen ingresos imponibles, como acciones que no pagan dividendos y bonos municipales libres de impuestos.
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