Qué es un ETF de volatilidad inversa?
Un fondo cotizado de volatilidad inversa (ETF) es un producto financiero que permite a los inversores exponerse a la volatilidad, y así cubrirse contra el riesgo de la cartera, sin tener que comprar opciones. Mientras la volatilidad se mantenga baja, los inversores pueden obtener una rentabilidad sustancial, ya que un ETF de volatilidad inversa es esencialmente una apuesta por que el mercado se mantenga estable.
- Un fondo cotizado de volatilidad inversa (ETF) es un producto financiero que permite a los inversores apostar por la estabilidad del mercado.
- Suelen utilizar el índice de volatilidad CBOE, o VIX, como referencia, que está diseñado para medir la percepción de los inversores de lo arriesgado que es el S&El índice P 500 es.
- Si el índice que sigue un ETF de volatilidad inversa sube, el fondo pierde valor.
- Los gestores de estos fondos operan con futuros, es decir, con contratos de compra o venta de un activo o valor en un momento y a un precio determinados, para obtener sus rendimientos.
Cómo funciona un ETF de volatilidad inversa
Los precios de los valores rara vez están inactivos. A menudo, basta con una pequeña información para que las valoraciones se desplacen al alza o a la baja. Estos movimientos, comúnmente denominados volatilidad, proporcionan liquidez y permiten a los inversores obtener beneficios. También son más comunes en algunos activos que en otros. Un valor muy volátil alcanza nuevos máximos y mínimos rápidamente y, en general, se mueve de forma errática. Un valor poco volátil, en cambio, es aquel cuyo precio se mantiene relativamente estable.
Los ETF de volatilidad inversa suelen utilizar el índice de volatilidad CBOE, o VIX, como referencia. Cuando la confianza de los inversores es alta, los índices como el VIX, el llamado „índice del miedo” que está diseñado para medir la percepción de los inversores sobre el riesgo de la S&P 500 Index es, muestran números bajos. Si los inversores, por el contrario, piensan que los precios de las acciones caerán o que las condiciones económicas empeorarán, el valor del índice aumenta.
Los índices como el VIX no pueden invertirse directamente, por lo que es necesario utilizar derivados para captar su rendimiento. En el caso de un ETF de volatilidad inversa que sigue el VIX, los gestores se ponen en corto con futuros del VIX para que la rentabilidad diaria sea -1 veces la del índice. Los gestores quieren que un descenso del 1% en el VIX se traduzca en un aumento del 1% en el ETF. En otras palabras, el ETF pierde algo de valor si los futuros vendidos aumentan, y gana si no lo hacen.
A diferencia de las inversiones convencionales, cuyo valor se mueve en la misma dirección que el índice de referencia subyacente, los productos inversos pierden valor cuando sus índices de referencia ganan.
Si el índice que sigue un ETF de volatilidad inversa sube un 100% en un día, el valor del ETF podría desaparecer por completo, dependiendo del seguimiento que haga del índice. Cierto error de seguimiento es habitual, ya que estos ETF no replican totalmente la rentabilidad negativa de un índice, sino el negativo de la rentabilidad de una mezcla de sus futuros a corto plazo.
Historia de los ETF de volatilidad inversa
Los ETF de volatilidad inversa se presentaron al público en un momento en que las economías mundiales empezaban a recuperarse de la crisis financiera de 2008. En Estados Unidos, el periodo de recuperación económica que siguió a la recesión se caracterizó por la disminución del desempleo, el crecimiento constante del producto interior bruto (PIB) y los bajos niveles de inflación.
Un periodo de relativa calma en el mercado de valores resultó ser una bendición para los inversores en ETFs de volatilidad inversa. El año 2017 fue especialmente gratificante, ya que algunos de estos productos lograron rendimientos superiores al 50%.
Entonces llegó el 5 de febrero de 2018. Después de haber estado en niveles extremadamente bajos, el VIX resurgió de repente ese día, subiendo más del 110 por ciento. Los inversores que compraron ETFs de volatilidad inversa el viernes anterior vieron desaparecer la mayor parte del valor, ya que apostaban a que la volatilidad bajaría y no subiría.
Críticas a un ETF de volatilidad inversa
Los ETF de volatilidad inversa tienen varios inconvenientes. Uno de ellos es que no son tan rentables cuando se apuesta contra una posición en un horizonte más largo porque se reequilibran al final de cada día. Los inversores que quieran tomar una posición inversa contra un índice concreto probablemente estén mejor en cortocircuito con un fondo indexado.
Otro escollo es que estos fondos tienden a ser gestionados activamente. Los ETFs en los que un individuo o un equipo toman decisiones sobre la asignación de la cartera subyacente cuestan más que sus homólogos pasivos. Los mayores gastos de explotación reducen el patrimonio del fondo y, en consecuencia, la rentabilidad de los inversores.
La complejidad también puede ser un problema. Los productos basados en la titulización de la volatilidad distan mucho de ser simples y suelen ser mucho más complicados que la compra o venta de acciones. Los inversores minoristas pueden no darse cuenta de esto, ya que es poco probable que lean un folleto, y mucho menos que entiendan las complejidades de los valores y la indexación.
Por último, cabe señalar que la mayoría de las inversiones convencionales tienen, en teoría, un potencial alcista ilimitado, por lo que los ETF inversos corren el riesgo de perder todo su valor.
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