Qué es la creación destructiva?
La creación destructiva se refiere a las circunstancias en las que la innovación provoca más daños a la economía que resultados beneficiosos.
Puntos clave
- La creación destructiva se refiere a la adopción de un producto o de una nueva tecnología que da lugar a un resultado neto negativo para la sociedad.
- Se relaciona con la idea de destrucción creativa, que es cuando una nueva innovación beneficiosa sustituye y, por tanto, destruye tecnologías y estructuras económicas más antiguas.
- La creación destructiva suele ser el resultado del hecho de que los beneficios de la innovación suelen recaer en las partes privadas que se benefician de la nueva tecnología o la utilizan, pero al menos algunos de los costes pueden ser asumidos por otros o por la sociedad en su conjunto.
Entender la creación destructiva
La creación destructiva se acuñó como un juego de palabras con el famoso término de Joseph Schumpeter „destrucción creativa”, que sugiere que la innovación conduce a cambios productivos en el crecimiento económico. Por ejemplo, cuando se inventaron los ordenadores, sustituyeron a las máquinas de escribir y aumentaron la eficiencia. Como resultado, la economía se beneficia. En otras palabras, esta innovación tenía pocos inconvenientes. Por el contrario, la creación destructiva se produce cuando la innovación produce resultados sociales y económicos negativos, aunque puede beneficiar al creador o a los usuarios finales de la nueva innovación.
La creación destructiva es un término que se utiliza para describir cuando la introducción de una nueva tecnología, nuevos productos o nuevos procesos se produce de una manera que produce más daño a las industrias o patrones de consumo existentes que el beneficio total de la innovación recién introducida. Esto puede ocurrir a través de mecanismos como la obsolescencia prematura de los productos existentes, la perturbación del empleo y las inversiones existentes, o las consecuencias negativas no deseadas o imprevistas de la adopción y el uso de la nueva innovación. Puede ocurrir en cualquier industria.
El concepto se deriva de la idea de "destrucción creativa," que afirma que el proceso de innovación industrial revoluciona las estructuras económicas desde dentro. La destrucción creativa se refiere a la forma en que las nuevas innovaciones destruyen las estructuras económicas más antiguas al tiempo que crean otras nuevas. El auge de una nueva tecnología suele provocar la sustitución de otras más antiguas, con lo que se destruyen las industrias, los puestos de trabajo y los modos de vida que dependían de ellas.
La desaparición de la industria de las calesas se cita clásicamente como un ejemplo de destrucción creativa. Con la llegada y la adopción generalizada del automóvil y el transporte urbano de masas, la gente ya no utiliza las calesas para desplazarse, por lo que la demanda de látigos para conducir a los caballos se ha destruido en su mayor parte, así como una industria anteriormente rentable que los producía.
Sin embargo, el beneficio que supone para los viajeros el uso de coches, trenes y autobuses, así como el valor de la inversión en las industrias de apoyo relacionadas que se han creado, compensan la pérdida de puestos de trabajo y de oportunidades de inversión en la industria de los carritos. También se podría sopesar la eliminación del coste de la contaminación por estiércol en las ciudades y la posible preocupación por la crueldad animal como beneficios no previstos en esta transformación.
En la creación destructiva, el coste de las industrias, los puestos de trabajo y las oportunidades de inversión destruidas (además de cualquier otra consecuencia imprevista para la economía, la sociedad o el medio ambiente) parece superar los beneficios de un nuevo producto o tecnología. Los grandes proyectos de inversión a largo plazo en la tecnología más antigua podrían verse abocados a la quiebra en favor de una pequeña mejora incremental de la funcionalidad. Un gran número de trabajadores cualificados de una industria ya existente puede verse obligado a ir al paro o al subempleo en ocupaciones de menor valor. La nueva tecnología podría causar daños drásticos a la salud, al medio ambiente o a la economía, y salir a la luz demasiado tarde, una vez adoptada y sustituida la tecnología anterior.
Innovación financiera
Las innovaciones financieras pueden llegar a ser más destructivas que productivas, y cuando la innovación financiera resulta más perjudicial que beneficiosa, se considera creación destructiva. Algunos tipos de derivados, productos de inversión estructurados e hipotecas no convencionales han sido objeto de escrutinio público en los últimos años por tratarse de innovaciones que resultan más perjudiciales que beneficiosas.
El término creación destructiva se popularizó durante la crisis financiera y la recesión de 2007-2009, cuando, en parte como resultado de innovaciones financieras como los derivados y las hipotecas no convencionales, toda la economía mundial decayó, destruyendo millones de puestos de trabajo y produciendo varios billones de dólares en daños económicos.
Sector tecnológico
En el sector tecnológico se pueden encontrar numerosos ejemplos de creación destructiva. Los efectos de red y las dependencias de la trayectoria desempeñan un papel especialmente poderoso en estas industrias, que pueden dar lugar a grandes costes irrecuperables para la industria y a costosos bienes electrónicos duraderos en manos de los consumidores que pierden valor o se vuelven inutilizables a medida que se desarrollan las nuevas tecnologías.
Un ejemplo destacado de creación destructiva es la introducción casi constante de nuevos modelos de dispositivos electrónicos que sustituyen a versiones anteriores, pueden ofrecer sólo una funcionalidad incrementada (o a veces incluso disminuida) y pueden no ser compatibles con versiones anteriores. Los consumidores pueden quedar fácilmente desamparados, tras haber gastado dinero en dispositivos y equipos que son incompatibles con la tecnología o los estándares recientemente adoptados, a pesar de ofrecer la misma funcionalidad básica que los dispositivos más nuevos.
Bienes de consumo
Otros ejemplos de creación destructiva son el desarrollo de herramientas, utilidades y equipos que pueden resolver problemas para los consumidores y facilitar la vida de las personas, pero que también tienen un impacto en la salud pública o el medio ambiente, lo que puede provocar un daño a largo plazo que no puede deshacerse.
Un posible ejemplo actual es el desarrollo de las máquinas y cápsulas de café de un solo uso. Esta tecnología ha llegado a ser casi omnipresente en el servicio de café comercial y de oficina, y aportó un nivel no despreciable de comodidad adicional. Sin embargo, también produce un enorme aumento de los residuos generados cada día, ya que se producen y consumen muchos millones de porciones diarias, dejando cada una de ellas una vaina de porción individual no reciclable para ser eliminada. El inventor, John Sylvan, fue citado en una entrevista de 2015 en El Atlántico revista que decía, "A veces me siento mal por haberlo hecho."
Consideraciones especiales
La creación destructiva se produce esencialmente por la misma razón que la destrucción creativa. Los empresarios están motivados para introducir innovaciones por la perspectiva de obtener beneficios de su inversión. Sin embargo, dado que el futuro y todas las consecuencias de cualquier innovación son inciertos, hay poca o ninguna manera de saber de antemano si una innovación determinada será una ganancia o una pérdida neta para la sociedad. Los beneficios de la introducción de una nueva tecnología recaen en gran medida en las personas y entidades privadas implicadas, mientras que al menos una parte del coste puede ser asumido por la sociedad en general.
Una consideración importante para frenar la creación destructiva es pensar en el coste social total, incluyendo tanto las ganancias privadas de los creadores y usuarios de un producto innovador como los costes (y beneficios) externalizados que soportan otros que pueden tener poca o ninguna participación en el proceso de innovación.
Para evitar la creación destructiva, los economistas destacan la importancia de medir el impacto de la innovación. Esta evaluación no sólo debe valorar las necesidades de los consumidores, sino también cómo se mantiene el impacto a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto. De lo contrario, el impacto creado por la solución para abordar un problema para un grupo de clientes objetivo, como los coches de bajo coste para las familias de clase media, podría llevar a la creación de nuevos problemas, como la falta de espacio para aparcar o el aumento del tráfico y la contaminación.
A la hora de desarrollar nuevos productos o estrategias financieras, podría ser útil examinar la asignación de recursos de forma que se garantice a todas las partes interesadas de una sociedad algún tipo de beneficio, con el fin de reducir la creación destructiva.