Qué es el coste explícito?
Los costes explícitos son costes empresariales normales que aparecen en el libro mayor y afectan directamente a la rentabilidad de una empresa. Los costes explícitos tienen importes en dólares claramente definidos, que pasan a la cuenta de resultados. Ejemplos de costes explícitos son los salarios, los pagos de arrendamientos, los servicios públicos, las materias primas y otros costes directos.
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Coste explícito
Entender los costes explícitos
Los costes explícitos -también conocidos como costes contables- son fáciles de identificar y de relacionar con las actividades de la empresa a las que se atribuyen los gastos. Se registran en el libro mayor de la empresa y pasan a los gastos que figuran en la cuenta de resultados. Los ingresos netos (IN) de una empresa reflejan los ingresos residuales que quedan después de haber pagado todos los costes explícitos. Los costes explícitos son los únicos costes contables que son necesarios para calcular un beneficio, ya que tienen un claro impacto en la cuenta de resultados de una empresa. La métrica de los costes explícitos es especialmente útil para la planificación estratégica a largo plazo de las empresas.
Puntos clave
- En contabilidad, los costes explícitos son los gastos normales de la empresa que son fáciles de seguir y aparecen en el libro mayor.
- Los costes explícitos son los únicos necesarios para calcular un beneficio, ya que afectan claramente a los beneficios de una empresa.
Costes explícitos frente a. Costes implícitos
Los costes explícitos implican activos tangibles y transacciones monetarias y dan lugar a oportunidades de negocio reales. Los costes explícitos son fáciles de identificar, registrar y auditar debido a su seguimiento en papel. Los gastos relacionados con la publicidad, los suministros, los servicios públicos, el inventario y los equipos adquiridos son ejemplos de costes explícitos. Aunque la depreciación de un activo no es una actividad que pueda rastrearse de forma tangible, el gasto por depreciación es un coste explícito porque se refiere al coste del activo subyacente que posee la empresa.
Por el contrario, los costes implícitos no están claramente definidos, identificados o declarados como gastos. A menudo se trata de intangibles y se describen como costes de oportunidad: el valor de la mejor alternativa no aceptada. Un ejemplo de coste implícito es el tiempo que se dedica a una actividad de la empresa y que podría dedicarse mejor a otra actividad. La dirección utilizará los costes explícitos cuando revise las operaciones de una empresa, incluidos los beneficios; pero calculará los costes implícitos sólo para la toma de decisiones o para elegir entre varias alternativas.
Un coste explícito es una cantidad definida en dólares que aparece en el libro mayor. Mientras que un coste implícito no se muestra inicialmente ni se informa como un coste separado.
Las empresas utilizan tanto los costes explícitos como los implícitos a la hora de calcular el beneficio económico de una empresa, que se define como el rendimiento total que recibe una empresa basándose en todos los costes en los que se ha incurrido para obtener esos ingresos. En concreto, el beneficio económico se utiliza ampliamente para determinar si una empresa debe entrar o salir de un mercado o sector.