Qué es un contrato oral?
Un contrato oral es un tipo de contrato de negocios que se perfila y se acuerda a través de la comunicación oral, pero no por escrito. Aunque puede ser difícil probar los términos de un contrato verbal en caso de incumplimiento, este tipo de contrato es legalmente vinculante. Los contratos orales suelen denominarse erróneamente contratos verbales, pero un contrato verbal es en realidad cualquier contrato, ya que todos los contratos se crean utilizando el lenguaje.
Comprender los contratos verbales
Los contratos verbales suelen considerarse tan válidos como los contratos escritos, aunque esto depende de la jurisdicción y, a menudo, del tipo de contrato. En algunas jurisdicciones, algunos tipos de contratos deben ser escritos para ser considerados legalmente vinculantes. Por ejemplo, un contrato que implique la transmisión de bienes inmuebles debe ser escrito para ser legalmente vinculante.
En algunos casos, un contrato verbal puede considerarse vinculante, pero sólo si se acredita mediante un contrato escrito. Esto significa que, una vez acordado el contrato verbal, las partes deben escribir los términos del contrato. Otras pruebas que pueden utilizarse para reforzar la aplicabilidad de un contrato oral son las declaraciones de los testigos de la creación del contrato. Cuando una o ambas partes actúan sobre el contrato, esto también puede interpretarse como prueba de que existió un contrato. Además, las cartas, los memorandos, las facturas, los recibos, los correos electrónicos y los faxes pueden utilizarse como pruebas para respaldar la aplicabilidad de un contrato oral.
Un ejemplo famoso de la aplicabilidad de un contrato oral ocurrió en los años 90, cuando la actriz Kim Basinger se echó atrás en su promesa de protagonizar una película de Jennifer Lynch Helena de boxeo. Un jurado concedió a los productores 8 millones de dólares por daños y perjuicios. Basinger recurrió la decisión y posteriormente llegó a un acuerdo por una cantidad inferior, pero no antes de tener que declararse en quiebra.
Cuando los contratos verbales se desmoronan
Los contratos verbales son los más adecuados para los acuerdos sencillos. Por ejemplo, un contrato verbal para cambiar un cortacésped usado por una secadora de ropa usada no requiere muchos detalles. Cuanto más sencillo sea el contrato, menores serán las posibilidades de que las partes implicadas tengan que acudir a los tribunales. Pero los contratos más complejos, como los de trabajo, suelen ser contratos escritos. Los contratos orales complejos son más propensos a desmoronarse cuando se someten al escrutinio de un tribunal, normalmente porque las partes no pueden llegar a un acuerdo sobre los detalles del acuerdo.
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