Qué es una cobertura natural?
Una cobertura natural es una estrategia de gestión que busca mitigar el riesgo invirtiendo en activos cuyos rendimientos están intrínsecamente correlacionados de forma negativa. Por ejemplo, una cobertura natural contra la posesión de acciones financieras es tener bonos, ya que las variaciones de los tipos de interés tienden a influir en cada uno de ellos de forma opuesta,
Una cobertura natural también puede producirse cuando las instituciones explotan sus procedimientos operativos normales. Por ejemplo, si incurren en gastos en la misma moneda en la que se generan sus ingresos, reducirán realmente su exposición al riesgo de tipo de cambio, de forma natural.
Puntos clave
- Una cobertura natural es una estrategia que busca mitigar el riesgo invirtiendo en activos cuyo rendimiento está correlacionado negativamente a través de algún mecanismo intrínseco o natural.
- Las coberturas naturales también pueden darse dentro de una empresa, donde las pérdidas en una parte de las operaciones comerciales se compensan con otras, y viceversa.
- A diferencia de otros métodos de cobertura convencionales, una cobertura natural no requiere el uso de productos financieros sofisticados como forwards o derivados.
Comprender las coberturas naturales
Una cobertura natural implica el uso de clases de activos, que históricamente han mostrado un rendimiento contrastado en un clima económico determinado, para reducir el riesgo global de una cartera o empresa. El concepto clave es que al asignar recursos a dos clases de activos diferentes, el riesgo que emana de un activo debería compensarse con el rendimiento del otro y viceversa.
Esencialmente, el flujo de caja de uno debe anular el flujo de caja del otro, cumpliendo así el concepto de cobertura.
Una empresa con ventas importantes en un país se expone al riesgo de cambio cuando quiere repatriar esos ingresos. Pueden reducir este riesgo si pueden trasladar las operaciones a un lugar donde puedan incurrir en gastos también en esa moneda extranjera, lo que se calificaría como una cobertura natural.
Un ejemplo común es el de un productor de petróleo con operaciones de refinado en Estados Unidos que está cubierto (al menos parcialmente) de forma natural contra el coste del crudo, que está denominado en dólares estadounidenses.S. dólares. Aunque una empresa puede alterar su comportamiento operativo para aprovechar una cobertura natural, estas coberturas son menos flexibles que las financieras.
Consideraciones especiales
A diferencia de otros métodos de cobertura convencionales, una cobertura natural no requiere el uso de productos financieros sofisticados, como contratos a plazo o derivados. Dicho esto, las empresas pueden seguir utilizando instrumentos financieros, como los futuros, para complementar sus coberturas naturales.
Por ejemplo, una empresa de materias primas podría trasladar la mayor parte de sus operaciones al país en el que tiene previsto vender su producto, lo que constituye una cobertura natural contra el riesgo cambiario, y luego utilizar contratos de futuros para fijar el precio de venta (ingresos) de ese producto en una fecha posterior.
La mayoría de las coberturas (naturales o de otro tipo) son imperfectas, y normalmente no eliminan el riesgo por completo, pero, aun así, se utilizan y se consideran exitosas si pueden reducir una gran parte del riesgo potencial.
Otros ejemplos de coberturas naturales
Las coberturas naturales también se producen cuando la estructura de una empresa la protege de las fluctuaciones de los tipos de cambio. Por ejemplo, cuando los proveedores, la producción y los clientes operan en la misma moneda, las grandes empresas pueden buscar materias primas, componentes y otros insumos de producción en el país del consumidor final. La empresa puede entonces fijar los costes y los precios en la misma moneda.
Para los gestores de fondos de inversión, los bonos del tesoro y las notas del tesoro pueden ser una cobertura natural contra los movimientos del precio de las acciones. Esto se debe a que los bonos tienden a tener un buen rendimiento cuando las acciones tienen un mal comportamiento y viceversa.
Los bonos se consideran activos „sin riesgo” o seguros, mientras que las acciones se consideran activos „con riesgo” o agresivos. Esta es una relación que ha sido históricamente válida la mayor parte del tiempo, pero no siempre. En los años posteriores a la crisis financiera de 2008, esta correlación negativa entre bonos y acciones se desacopló, ya que ambos se movieron a la par (e.g., mercados alcistas fuertes), por lo que esta cobertura natural no habría tenido éxito.
El comercio de pares es otro tipo de cobertura natural. Esto implica la compra de posiciones largas y cortas en acciones altamente correlacionadas porque el rendimiento de una compensará el rendimiento de la otra.