Qué es la aversión a las pérdidas?
La aversión a las pérdidas en la economía del comportamiento se refiere a un fenómeno en el que una pérdida real o potencial es percibida por los individuos como psicológicamente o emocionalmente más grave que una ganancia equivalente. Por ejemplo, el dolor de perder 100 dólares suele ser mucho mayor que la alegría de encontrar la misma cantidad.
Los efectos psicológicos de sufrir un siniestro o incluso de enfrentarse a la posibilidad de un siniestro pueden incluso inducir un comportamiento de asunción de riesgos que podría hacer que las pérdidas realizadas fueran aún más probables o más graves.
Puntos clave
- La aversión a las pérdidas es la observación de que los seres humanos experimentan las pérdidas de forma asimétrica más severamente que las ganancias equivalentes.
- Este miedo abrumador a las pérdidas puede hacer que los inversores se comporten de forma irracional y tomen malas decisiones, como retener una acción durante demasiado tiempo o demasiado poco.
- Los inversores pueden evitar las trampas psicológicas adoptando una estrategia de asignación estratégica de activos, pensando de forma racional y no dejándose llevar por las emociones.
Entender la aversión a las pérdidas
A nadie le gusta perder, sobre todo cuando se puede perder dinero. El miedo a sufrir una pérdida puede paralizar a un inversor, llevándole a mantener una inversión perdedora mucho tiempo después de que debería haberla vendido o a deshacerse de las acciones ganadoras demasiado pronto, un sesgo cognitivo conocido como efecto de disposición. Los novatos suelen cometer el error de esperar que una acción se recupere, en contra de toda evidencia de lo contrario, porque las pérdidas provocan respuestas emocionales más extremas que las ganancias.
Los economistas conductuales afirman que los seres humanos están predispuestos a la aversión a las pérdidas, uno de los muchos sesgos cognitivos identificados por. Algunos estudios psicológicos sugieren que el dolor de perder es psicológicamente dos veces más poderoso que la alegría que experimentamos cuando ganamos. Sin embargo, varios estudios también ponen en duda el efecto práctico o incluso la existencia de la aversión a las pérdidas. No obstante, es posible que el miedo abrumador haga que los inversores se comporten de forma irracional y tomen malas decisiones de inversión.
La psicología de los siniestros puede ser incluso la causa del fenómeno de la volatilidad asimétrica que se observa en los mercados bursátiles, en los que la volatilidad del mercado de valores es mayor en los mercados en declive que en los que suben. Según la teoría de las perspectivas, la gente prefiere evitar las pérdidas que adquirir ganancias.
Esta aversión a las pérdidas es tan fuerte que puede provocar un sesgo de negatividad. En estos casos, los inversores dan más importancia a las malas noticias que a las buenas, lo que les lleva a perderse los mercados alcistas -por miedo a que se invierta el rumbo- y a entrar en pánico cuando los mercados se venden.
Minimizar la aversión a las pérdidas
Una forma de evitar las trampas psicológicas es seguir una estrategia de asignación estratégica de activos. En lugar de intentar medir a la perfección el sentimiento del mercado y seguir el viejo adagio de dejar correr a los ganadores, se aconseja a los inversores reequilibrar las carteras periódicamente, según una metodología basada en reglas.
La fórmula de inversión es otra forma de inversión estratégica. Por ejemplo, los planes de ratio constante mantienen las partes agresivas y conservadoras de una cartera en un ratio fijo. Para mantener las ponderaciones objetivo -por lo general, de acciones y bonos-, la cartera se reequilibra periódicamente vendiendo los activos más rentables y comprando los menos rentables. Esto va en contra de la inversión de impulso, que es pro-cíclica.
Hay muchos principios probados para la asignación de activos y la gestión de fondos, como aprender a crear carteras diversificadas y utilizar estrategias de compra y mantenimiento. Otra forma sistemática de invertir es emplear estrategias de beta inteligente, como las carteras de igual peso, para evitar las ineficiencias del mercado que se cuelan en la inversión en índices debido a la dependencia de la capitalización del mercado. La inversión por factores también puede utilizarse para mitigar estos factores de riesgo de mercado.
Algunas ventajas de la psicología de la pérdida
Las finanzas conductuales aportan conocimientos científicos sobre nuestro razonamiento cognitivo y nuestras decisiones de inversión; a nivel colectivo, nos ayudan a entender por qué pueden producirse burbujas y pánicos de mercado. Los inversores deben comprender las finanzas del comportamiento, no sólo para poder aprovechar las fluctuaciones de los mercados de acciones y bonos, sino también para ser más conscientes de su propio proceso de toma de decisiones.
Las pérdidas pueden tener valor si se aprende de ellas y se analizan de forma desapasionada y estratégica. Las pérdidas son inevitables, por lo que los inversores con éxito incorporan la „psicología de la pérdida” a sus estrategias de inversión y utilizan estrategias de afrontamiento.
Para liberarse de su miedo a las pérdidas financieras y superar los sesgos cognitivos, aprenden a manejar las experiencias negativas y a evitar tomar decisiones basadas en las emociones e impulsadas por el pánico. Los inversores inteligentes se centran en estrategias de inversión racionales y prudentes, evitando caer en las trampas habituales que surgen cuando la psicología y las emociones afectan a los juicios.
Preguntas frecuentes
¿Por qué las pérdidas son más importantes que las ganancias??
Hay varias explicaciones posibles para la aversión a las pérdidas. Los psicólogos señalan que nuestro cerebro está conectado y que, a lo largo de nuestra historia evolutiva, la protección contra las pérdidas ha sido más ventajosa para la supervivencia que la búsqueda de ganancias. Los sociólogos señalan que estamos socialmente condicionados a temer perder, desde las pérdidas monetarias hasta las actividades competitivas como los deportes y los juegos, pasando por el rechazo de una cita.
¿Cómo puede la aversión a las pérdidas explicar el aumento del comportamiento de asunción de riesgos??
En lugar de enfrentarse al dolor psicológico que supone asumir una pérdida y darse cuenta de ella, las personas con pérdidas sobre el papel pueden inclinarse a asumir un riesgo aún mayor con la esperanza de recuperar el terreno perdido, por ejemplo, doblando la apuesta en el casino cuando se experimenta una racha de mala suerte.
Todo el mundo tiene aversión a las pérdidas?
Los seres humanos tienden a tener aversión a las pérdidas; sin embargo, cada persona muestra diferentes niveles de aversión a las pérdidas. La investigación ha demostrado, por ejemplo, que las personas formadas como economistas o que son comerciantes profesionales tienden a mostrar, de media, niveles más bajos de aversión a las pérdidas que los demás.
¿En qué se diferencia la aversión a las pérdidas de la aversión al riesgo??
Todo el mundo tiene una tolerancia al riesgo única. La aversión a las pérdidas se basa en circunstancias personales como el patrimonio y los ingresos, así como en el horizonte temporal de la inversión (e.g. tiempo hasta la jubilación), la edad y otras características demográficas. Las personas con mayor aversión al riesgo asumen menos riesgos que las que buscan riesgos. La aversión al riesgo, sin embargo, es completamente racional, ya que tanto las pérdidas como las ganancias en cualquier nivel de asunción de riesgos se verían de forma simétrica. La asimetría de la aversión a las pérdidas, cuando éstas son mayores que las ganancias -en cualquier nivel de tolerancia al riesgo-, es irracional y problemática.
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