Cuando los mercados bursátiles se vuelven volátiles, los inversores pueden ponerse nerviosos. En muchos casos, esto les lleva a sacar el dinero del mercado y mantenerlo en efectivo. Al fin y al cabo, el dinero en efectivo puede verse, guardarse físicamente y gastarse a voluntad, y tener dinero a mano hace que mucha gente se sienta más segura.
Pero ¿hasta qué punto es inteligente vender activos para obtener efectivo cuando el mercado gira? Siga leyendo para saber si su dinero está mejor en el mercado o bajo el colchón.
Puntos clave
- Aunque mantener o pasar al efectivo puede ser una buena sensación mental y ayudar a evitar la volatilidad bursátil a corto plazo, es poco probable que sea inteligente a largo plazo.
- Una vez que se cobra una acción que ha bajado de precio, se pasa de una pérdida en papel a una pérdida real.
- El dinero en efectivo no aumenta su valor; de hecho, la inflación erosiona su poder adquisitivo con el tiempo.
- Retirar dinero después de que el mercado se hunda significa que compró mucho y está vendiendo poco, la peor estrategia de inversión del mundo.
- En lugar de retirar el dinero, considere la posibilidad de reequilibrar sus participaciones en épocas de crisis.
Ventajas de mantener el efectivo
No cabe duda de que mantener el dinero en efectivo tiene sus ventajas. Cuando el mercado de valores está en caída libre, mantener el efectivo le ayuda a evitar más pérdidas. Aunque la bolsa no caiga en un día concreto, siempre existe la posibilidad de que haya caído, o de que lo haga mañana. Esta posibilidad se conoce como riesgo sistemático, y puede evitarse por completo manteniendo el efectivo.
El efectivo también es psicológicamente relajante. En tiempos difíciles, se puede ver y tocar. A diferencia del saldo que disminuye rápidamente en su cuenta de corretaje, el efectivo seguirá estando en su bolsillo o en su cuenta bancaria por la mañana.
Sin embargo, aunque pasarse al dinero en efectivo puede sentirse bien mentalmente y ayudarle a evitar la volatilidad del mercado bursátil a corto plazo, es poco probable que sea un movimiento inteligente a largo plazo.
Cuando una pérdida no es realmente una pérdida
Cuando sus fondos están invertidos en acciones y la bolsa baja, puede sentir que ha perdido dinero. Pero realmente no lo ha hecho. En este punto, sólo ha incurrido en una pérdida de papel.
Sin embargo, si vende sus participaciones y pasa al efectivo, bloquea sus pérdidas. Pasan de ser papel a ser reales. Aunque las pérdidas sobre el papel no sientan bien, los inversores a largo plazo aceptan que la bolsa sube y baja. Mantener sus posiciones cuando el mercado está a la baja es la única manera de que su cartera tenga la oportunidad de beneficiarse cuando el mercado repunte.
Un cambio de tendencia en el mercado puede devolverle al punto de equilibrio y tal vez incluso ponerle un beneficio en el bolsillo. Por el contrario, si se vende, no hay esperanza de recuperación.
La inflación es un asesino del efectivo
Aunque tener efectivo en la mano (o en la cartera) parece una buena forma de frenar las pérdidas, el efectivo no es una defensa contra la inflación. La inflación es la tasa a la que aumenta el nivel de precios de los bienes y servicios. Es menos dramático que un crash, pero a la larga, el impacto puede ser igual de devastador.
Puede pensar que su dinero está seguro cuando está en efectivo, pero con el tiempo, su valor se erosiona a medida que la inflación va reduciendo su poder adquisitivo. Por supuesto, la inflación también puede afectar a la rentabilidad de la renta variable a largo plazo. Pero puede ajustar sus participaciones y la ponderación de su cartera hacia valores orientados al crecimiento. Por el contrario, no se puede hacer mucho con el efectivo.
El coste de oportunidad de mantener el efectivo
El coste de oportunidad es el precio que se paga por realizar una determinada acción. Dicho de otro modo, el coste de oportunidad se refiere a los beneficios que obtiene un individuo, inversor o empresa se pierden al elegir una alternativa en lugar de otra.
En el caso del dinero en efectivo, sacar su dinero de la bolsa requiere que compare el crecimiento de su cartera de efectivo, que será negativo a largo plazo, ya que la inflación erosiona su poder adquisitivo, con las posibles ganancias de la bolsa. Históricamente, el mercado de valores ha sido la mejor apuesta.
El coste de oportunidad es la razón por la que los asesores financieros recomiendan no pedir prestado ni retirar fondos de un 401(k), IRA u otro vehículo de ahorro para la jubilación. Aunque acabe reponiendo el dinero, ha perdido la oportunidad de que crezca mientras esté invertido y de que sus ganancias se acumulen.
Tenga cuidado al comprar mucho y vender poco
El sentido común puede ser el mejor argumento en contra de pasar al efectivo, y vender sus acciones después de que el mercado se hunda significa que compró mucho y está vendiendo poco. Eso sería exactamente lo contrario de una buena estrategia de inversión. Aunque sus instintos le digan que ahorre lo que le queda, sus instintos se oponen directamente al principio más básico de la inversión. El momento de vender fue cuando sus inversiones estaban en el negro más oscuro, no cuando están en rojo.
Cuando vende sus acciones y pone su dinero en efectivo, lo más probable es que acabe reinvirtiendo en el mercado de valores. La pregunta es entonces: „¿cuándo debería hacer este movimiento??” Tratar de elegir el momento adecuado para entrar o salir de la bolsa se denomina market timing. Si no fue capaz de predecir con éxito el pico del mercado y el momento de vender, es muy poco probable que sea mejor para predecir su fondo y comprar justo antes de que suba.
El resultado final
Usted se alegró de comprar cuando el precio era alto porque esperaba que siguiera subiendo sin parar. Ahora que está baja, espera que caiga siempre. Ambas expectativas representan un pensamiento erróneo. El mercado de valores rara vez se mueve en línea recta, en cualquier dirección.
Sin embargo, históricamente ha subido. Sí, vivir las caídas y los mercados bajistas puede ser angustioso. En lugar de vender, una mejor estrategia sería reequilibrar su cartera para que se corresponda con las condiciones y perspectivas del mercado, asegurándose de mantener la combinación general de activos deseada. Invertir en renta variable debe ser un esfuerzo a largo plazo, y el largo plazo favorece a los que permanecen invertidos.
Fuentes del artículo
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