Los tipos de interés suelen definirse como el precio que se paga por pedir dinero prestado. Por ejemplo, un tipo de interés del 2% anualizado sobre un préstamo de 100 dólares significa que el prestatario debe devolver la cantidad inicial del préstamo más 2 dólares adicionales al cabo de un año. ¿Qué significa tener un tipo de interés negativo, es decir, que los prestatarios reciben intereses en lugar de cobrarlos?? Que, por ejemplo, un tipo de interés del -2% significa que el banco paga al prestatario 2 dólares después de un año de uso del préstamo de 100 dólares?
A primera vista, los tipos de interés negativos parecen una estrategia contraintuitiva, si no una auténtica locura. ¿Por qué un prestamista estaría dispuesto a pagar a alguien para que le preste dinero, teniendo en cuenta que el prestamista es el que asume el riesgo de impago del préstamo?? Aunque parezca mentira, hay veces que los bancos centrales se quedan sin opciones políticas para estimular la economía de sus países y recurren a la medida desesperada de los tipos de interés negativos.
Puntos clave
- Los tipos de interés negativos son una herramienta de política monetaria poco convencional y aparentemente contraintuitiva.
- Los bancos centrales imponen la drástica medida de los tipos de interés negativos cuando temen que sus economías nacionales estén entrando en una espiral deflacionista, en la que no hay gasto y, por tanto, caen los precios, no hay beneficios y no hay crecimiento.
- Con los tipos de interés negativos, el efectivo depositado en un banco produce una carga de almacenamiento, en lugar de la oportunidad de obtener ingresos por intereses; la idea es incentivar el préstamo y el gasto, en lugar del ahorro y la acumulación.
- En los últimos años, varios bancos centrales europeos y asiáticos han impuesto tipos de interés negativos a los bancos comerciales.
Los tipos de interés negativos en la teoría y en la práctica
Los tipos de interés negativos no sólo son una herramienta de política monetaria no convencional, sino que también son una herramienta reciente. El banco central de Suecia fue el primero en utilizarlos: En julio de 2009, el Riksbank redujo su tipo de depósito a un día a -0.25%. El Banco Central Europeo (BCE) siguió su ejemplo en junio de 2014, cuando bajó su tipo de depósito a -0.1%. Otros países europeos y Japón han optado desde entonces por ofrecer tipos de interés negativos, lo que ha supuesto 9.5 billones de deuda pública con rendimientos negativos en 2017.
Por qué tomaron esta drástica medida? Los responsables de la política monetaria temían que Europa corriera el riesgo de caer en una espiral deflacionista. En tiempos de crisis económica, los ciudadanos y las empresas tienden a guardar su dinero en efectivo mientras esperan que la economía mejore. Pero este comportamiento puede debilitar aún más la economía, ya que la falta de gasto provoca una mayor pérdida de puestos de trabajo, una disminución de los beneficios y una caída de los precios, todo lo cual refuerza los temores de la gente, dándoles aún más incentivos para acumular. A medida que el gasto se ralentiza aún más, los precios vuelven a caer, lo que crea otro incentivo para que la gente espere a que los precios caigan aún más. Y así sucesivamente.
Esta es precisamente la espiral deflacionaria que los bancos centrales europeos intentan evitar con la estrategia de los tipos de interés negativos, que no sólo afecta a los préstamos bancarios sino también a los depósitos bancarios.
Cuando uno deposita dinero en una cuenta de una institución financiera, se convierte en prestamista -dejando que el banco disponga de sus fondos- y la institución se convierte en prestataria.
Con los tipos de interés negativos, el efectivo depositado en un banco produce una carga de almacenamiento, en lugar de la oportunidad de obtener ingresos por intereses. Al cobrar a los bancos europeos por guardar sus reservas en el banco central, los responsables esperan animar a los bancos a prestar más.
En teoría, los bancos preferirían prestar dinero a los prestatarios y ganar al menos algo de interés en lugar de que se les cobre por mantener su dinero en un banco central. Además, los tipos negativos aplicados por un banco central pueden trasladarse a las cuentas de depósito y a los préstamos. Esto significa que a los titulares de depósitos también se les cobraría por aparcar su dinero en su banco local, mientras que algunos prestatarios disfrutan del privilegio de ganar dinero realmente al pedir un préstamo.
Otra razón principal por la que el BCE ha recurrido a los tipos de interés negativos es para reducir el valor del euro. Los rendimientos bajos o negativos de la deuda europea disuadirán a los inversores extranjeros, lo que debilitará la demanda del euro. Aunque esto disminuye la oferta de capital financiero, el problema de Europa no es de oferta sino de demanda. Un euro más débil debería estimular la demanda de exportaciones y, con suerte, animar a las empresas a expandirse.
Riesgos de los tipos de interés negativos
En teoría, los tipos de interés negativos deberían ayudar a estimular la actividad económica y evitar la inflación, pero los responsables políticos se muestran cautelosos porque hay varias maneras de que esta política pueda ser contraproducente. Dado que los bancos tienen ciertos activos, como las hipotecas, que están vinculados contractualmente al tipo de interés vigente, estos tipos negativos podrían reducir los márgenes de beneficio hasta el punto de que los bancos estén dispuestos a prestar menos.
Tampoco hay nada que impida a los titulares de los depósitos retirar su dinero y meterlo en los colchones. Si bien la amenaza inicial sería una corrida bancaria, la fuga de efectivo del sistema bancario podría conducir a un aumento de los tipos de interés, exactamente lo contrario de lo que se supone que deben lograr los tipos de interés negativos.
Aunque la Reserva Federal, la U.S. Aunque el banco central nunca ha impuesto tipos de interés negativos, ha estado a punto de hacerlo con tipos casi nulos, el último de ellos en el mes de marzo. 15 de 2020, cuando redujo el tipo de interés de referencia a un 0%.Rango del 25%.
El resultado final
Aunque los tipos de interés negativos pueden parecer paradójicos, esta aparente intuición no ha impedido que varios bancos centrales europeos y asiáticos los adopten. Esta es una prueba de la grave situación que, según los responsables políticos, caracteriza a la economía europea. Cuando la tasa de inflación de la eurozona cayó en territorio deflacionario al -0.6% en febrero. En 2015, los responsables políticos europeos prometieron hacer lo que fuera necesario para evitar una espiral deflacionista. Sin embargo, incluso cuando Europa se adentró en un territorio monetario desconocido, varios analistas advirtieron que las políticas de tipos de interés negativos podrían tener graves consecuencias no deseadas.
Fuentes del artículo
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