Los fondos cotizados en bolsa (ETF) han recorrido un largo camino desde los primeros.S. fondo, Standard & Los Poor’s Depositary Receipts, más conocidos como arañas (SPDRs), se lanzaron en 1993.
Este primer ETF sigue el sector S&P 500 y su popularidad entre los inversores llevó a la introducción de ETFs basados en otros índices de referencia U.S. índices de renta variable, como el Dow Jones Industrial Average y el Nasdaq 100.
Desde sus inicios como seguidores de índices de renta variable, los ETFs han crecido hasta abarcar una gran variedad de opciones de inversión, pero no todas tienen la misma calidad.
De hecho, la otra cara del fenomenal crecimiento de los ETFs es que aumenta el riesgo de que algunos de ellos sean liquidados, principalmente debido a la falta de interés de los inversores.
Y eso hace que sea aún más importante elegir sabiamente.
Puntos clave
- Como inversor, comprar ETFs puede ser una estrategia inteligente y de bajo coste para construir una cartera óptima.
- Pero, con tantos ETFs que existen, puede resultar abrumador seleccionar sólo aquellos que se ajustan a su estrategia y objetivos.
- Por suerte, existen varias herramientas que le ayudarán a seleccionar los ETFs adecuados y a encontrar el más barato y eficiente para cada clase de activo o índice que desee poseer.
Reducción de una amplia selección de ETFs
Las opciones en el ámbito de los ETFs incluyen los tradicionales ETFs de índices basados en U.S. y subíndices de renta variable internacional, y otros que siguen índices de referencia en bonos, materias primas y futuros.
Hay ETF basados en el estilo de inversión (valor, crecimiento o una combinación de ambos) y que se centran en la capitalización del mercado.
También encontrará ETFs apalancados que ofrecen múltiplos de rentabilidad (o pérdidas) en función de los movimientos del índice subyacente, así como ETFs inversos que suben cuando el mercado cae y viceversa.
Actualmente hay más de 2.000 ETF que cotizan en U.S. con activos combinados que superan los 5 millones de dólares.8 billones.
Como inversor, lo primero que debe hacer es acotar este enorme universo de ETFs y centrarse sólo en aquellos que se adapten a su cartera y a su estrategia de inversión a largo plazo. Hay muchas maneras de hacerlo, pero puede empezar con un filtro de activos que elimine todo lo que no quiera, como los ETF apalancados o inversos más arriesgados, quizás.
Incluso después de haber elegido los tipos de ETF que desea y las clases de activos o índices generales que quiere seguir, aún le queda trabajo por hacer.
Competencia entre ETFs similares
El mercado de ETFs se ha vuelto intensamente competitivo. En general, esto ha sido positivo para los inversores, ya que ha hecho que las comisiones asociadas a los ETF se reduzcan a cero, convirtiéndolos en valores extremadamente baratos y eficientes.
Pero eso también puede dejar a los inversores confundidos. Si quiere un ETF que siga al S&índice P 500, puede optar por el SPDR original (SPY). Pero también hay un Vanguard S&P 500 ETF, un Schwab S&P 500 ETF, y un iShares S&P 500 ETF. De hecho, hay al menos una docena de bolsas de S&P 500 ETFs que cotizan en las principales bolsas de U.S. bolsas de valores.
En un intento de diferenciarse, algunos emisores de ETFs han desarrollado productos muy específicos o basados en una tendencia de inversión que puede ser de corta duración. Un ejemplo es el Loncar Cancer Immunotherapy ETF (CNCR). Este ETF esotérico sigue el Índice Loncar de Inmunoterapia contra el Cáncer e invierte en 30 valores centrados en la investigación y el desarrollo de fármacos y tecnología para combatir el cáncer mediante inmunoterapia.
En cuanto a los ETFs que se basan en tendencias de inversión candentes, algunos ejemplos son el recientemente lanzado Robotics & ETF de inteligencia artificial (BOTZ) o el ETF de estrategia de economía de drones (IFLY).
Incluso hay uno llamado Obesity ETF (SLIM) que invierte en empresas dedicadas a la lucha contra la obesidad y las enfermedades relacionadas.
Elegir el ETF adecuado
Dado el desconcertante número de opciones de ETF con el que tienen que lidiar los inversores, es importante tener en cuenta los siguientes factores:
- Nivel de activos: Para ser considerado una opción de inversión viable, un ETF debe tener un nivel mínimo de activos, siendo un umbral común de al menos 10 millones de dólares. Un ETF con activos por debajo de este umbral es probable que tenga un grado limitado de interés para los inversores. Al igual que ocurre con las acciones, el escaso interés de los inversores se traduce en una escasa liquidez y amplios diferenciales.
- Actividad comercial: El inversor debe comprobar si el ETF que está considerando negocia un volumen suficiente a diario. El volumen de negociación de los ETF más populares asciende a millones de acciones diarias. Algunos ETF apenas cotizan. El volumen de negociación es un excelente indicador de liquidez, independientemente de la clase de activos. En general, cuanto mayor sea el volumen de negociación de un ETF, mayor será su liquidez y menor será el diferencial entre la oferta y la demanda. Estas consideraciones son especialmente importantes cuando llega el momento de salir del ETF.
- Índice o activo subyacente: Considere el índice subyacente o la clase de activos en la que se basa el ETF. Desde el punto de vista de la diversificación, puede ser preferible invertir en un ETF que se base en un índice amplio y ampliamente seguido que en un índice oscuro que tenga un enfoque industrial o geográfico estrecho.
- Error de seguimiento: Aunque la mayoría de los ETFs siguen de cerca sus índices subyacentes, algunos no los siguen tan de cerca como deberían. En igualdad de condiciones, es preferible un ETF con un error de seguimiento mínimo a uno con un grado de error mayor.
- Posición en el mercado: El primer emisor de un ETF de un determinado sector tiene una probabilidad decente de acaparar la mayor parte de los activos antes de que otros se suban al carro. Es prudente evitar los ETF que son meras imitaciones de una idea original, porque pueden no diferenciarse de sus rivales y atraer los activos de los inversores.
En caso de liquidación de un ETF
El cierre, o liquidación, de un ETF suele ser un proceso ordenado. El emisor del ETF notificará a los inversores, generalmente con tres o cuatro semanas de antelación, la fecha en que el ETF dejará de cotizar. Dicho esto, un inversor con una posición en un ETF que se está liquidando tiene que decidir cuál es la mejor forma de actuar para proteger la inversión. Básicamente, el inversor tiene que elegir una de las siguientes opciones:
- Vender las acciones del ETF antes de la fecha de „fin de la negociación”: Se trata de un enfoque proactivo que puede ser adecuado cuando el inversor considera que existe un riesgo significativo de que la cotización del fondo disminuya considerablemente a corto plazo. En estos casos, el inversor puede estar dispuesto a pasar por alto los amplios diferenciales entre oferta y demanda que probablemente prevalecerán en el ETF, debido a su limitada liquidez.
- Conservar las acciones del ETF hasta su liquidación: Esta alternativa puede ser adecuada si el ETF está invertido en un sector poco volátil y el riesgo de caída es mínimo. El inversor puede tener que esperar un par de semanas para que el emisor complete el proceso de venta de los valores mantenidos dentro del ETF y distribuya los ingresos netos después de los gastos. La retención del valor liquidado elimina el problema del diferencial entre la oferta y la demanda.
En cualquier caso, el inversor tendrá que lidiar con la cuestión fiscal. Si el ETF se mantiene en una cuenta sujeta a impuestos, el inversor deberá tributar por las posibles plusvalías.
El resultado final
A la hora de seleccionar un ETF, los inversores deben tener en cuenta factores como su nivel de activos, el volumen de negociación y el índice subyacente. En caso de liquidación de un ETF, el inversor debe decidir si vende las acciones del ETF antes de que deje de cotizar o si espera a que se complete el proceso de liquidación, teniendo en cuenta los aspectos fiscales de la venta del ETF.
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