Qué es un Blue Chip?
Un blue chip es una empresa reconocida a nivel nacional, bien establecida y financieramente sólida. Las blue chips suelen vender productos y servicios de alta calidad y amplia aceptación. Las empresas de chip azul son conocidas por capear las crisis y operar de forma rentable frente a condiciones económicas adversas, lo que contribuye a su largo historial de crecimiento estable y fiable.
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Blue Chip
Puntos clave
- Un blue chip se refiere a una corporación establecida, estable y bien reconocida.
- Los valores de primer orden se consideran inversiones relativamente más seguras, con un historial probado de éxito y crecimiento estable.
- No obstante, los valores de primera categoría están sujetos a la volatilidad y al fracaso, como en el caso de la quiebra de Lehman Brothers o el impacto de la crisis financiera en General Motors.
Cómo entender los Blue Chips
El término „blue chip” se utilizó por primera vez para describir valores de alto precio en 1923, cuando Oliver Gingold, un empleado de Dow Jones, observó que algunos valores cotizaban a 200 dólares o más por acción. Los jugadores de póquer apuestan en fichas azules, blancas y rojas, y las azules tienen más valor que las rojas y las blancas. Hoy en día, los valores de primera categoría no se refieren necesariamente a valores con un precio elevado, sino más bien a valores de empresas de alta calidad que han resistido la prueba del tiempo.
Un valor de primer orden suele ser un componente de los índices o medias de mercado más reputados, como el Dow Jones Industrial Average, el Standard & Poor’s (S&P) 500 y el Nasdaq-100 en Estados Unidos, el TSX-60 en Canadá o el índice FTSE en el Reino Unido. El tamaño que debe tener una empresa para ser considerada blue-chip es objeto de debate. Un punto de referencia generalmente aceptado es una capitalización bursátil de 5.000 millones de dólares, aunque los líderes del mercado o del sector pueden ser empresas de todos los tamaños.
Una empresa de primera categoría es una empresa multinacional que lleva varios años en funcionamiento. Piense en empresas como Coca-Cola, Disney, PepsiCo, Walmart, General Electric, IBM y McDonald’s, que son líderes dominantes en sus respectivos sectores. Las empresas de primera categoría se han forjado una marca de prestigio a lo largo de los años y el hecho de que hayan sobrevivido a múltiples crisis económicas las convierte en empresas estables para su cartera.
El nombre „blue chip” proviene del juego de póquer en el que las fichas azules tienen el valor más alto.
Muchos inversores conservadores con un perfil de riesgo bajo o que se acercan a la jubilación suelen decantarse por los valores de primera línea. Estos valores son excelentes para la conservación del capital y sus constantes pagos de dividendos no sólo proporcionan ingresos, sino que también protegen la cartera contra la inflación. En su libro El inversor inteligente, Benjamin Graham señala que los inversores conservadores deben buscar empresas que hayan pagado dividendos de forma constante durante 20 años o más.
La Lista de Aristócratas del Dividendo publicada por Standard and Poor’s está formada por empresas de gran capitalización de la S&P 500 que han aumentado los dividendos cada año durante los últimos 25 años.
Características de las acciones Blue Chip
Los valores de primera categoría se consideran inversiones menos volátiles que la posesión de acciones de empresas que no son de primera categoría, porque las empresas de primera categoría tienen un estatus institucional en la economía. Las acciones tienen una gran liquidez, ya que se negocian con frecuencia en el mercado por parte de inversores individuales e institucionales. Por lo tanto, los inversores que necesitan dinero en efectivo en un momento dado pueden crear con confianza una orden de venta de sus acciones sabiendo que siempre habrá un comprador al otro lado de la transacción.
Las empresas de primera categoría también se caracterizan por tener poca o ninguna deuda, una gran capitalización bursátil, una relación estable entre la deuda y el capital, y una alta rentabilidad sobre el capital (ROE) y sobre los activos (ROA). Los sólidos fundamentos de los balances, junto con la alta liquidez, han hecho que todos los valores de primera categoría reciban la calificación de grado de inversión. Aunque el pago de dividendos no es absolutamente necesario para que una acción se considere una „blue chip”, la mayoría de las „blue chips” tienen un largo historial de pago de dividendos estables o crecientes.
Un inversor puede seguir el rendimiento de los valores de primera categoría a través de un índice de primera categoría, que también puede utilizarse como indicador del rendimiento del sector o de la economía. La mayoría de los valores de primera categoría que cotizan en bolsa están incluidos en el Dow Jones Industrial Average (DJIA), uno de los índices de primera categoría más populares. Aunque los cambios realizados en el índice DJIA son poco frecuentes, un inversor que siga los valores de primera categoría debería supervisar siempre el DJIA para estar al día de los cambios realizados.
Acciones de primera categoría' Seguridad
Aunque una empresa de primer orden puede haber sobrevivido a varios retos y ciclos de mercado, lo que hace que se perciba como una inversión segura, no siempre es así. Las quiebras de General Motors y Lehman Brothers, así como de varios de los principales bancos europeos durante la recesión mundial de 2008, son la prueba de que incluso las mejores empresas pueden pasar apuros en periodos de extrema tensión.
Aunque los valores de primera categoría son apropiados para utilizarlos como participaciones básicas dentro de una cartera más amplia, por lo general no deberían constituir la totalidad de la cartera. Una cartera diversificada suele contener alguna asignación a bonos y efectivo. Dentro de la asignación de una cartera a las acciones, el inversor debería considerar la posibilidad de poseer también acciones de mediana y pequeña capitalización.
Los inversores más jóvenes suelen tolerar el riesgo que supone tener un mayor porcentaje de sus carteras en acciones, incluidas las blue chips, mientras que los inversores de más edad pueden optar por centrarse más en la preservación del capital mediante mayores inversiones en bonos y efectivo.
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