A pesar de los esfuerzos de muchos economistas y especialistas de mercado altamente capacitados, no hay un consenso generalizado sobre cómo, o incluso si, el clima afecta al rendimiento del mercado de valores.
Parece de sentido común que debe tener algún impacto, ya que el tiempo es un fenómeno omnipresente del que los operadores nunca están totalmente aislados. Por otro lado, no hay una razón clara y lógica para esperar que la lluvia en Wall Street o un huracán en México cambien sistemáticamente las valoraciones o el optimismo de los operadores. En definitiva, es una pregunta interesante, pero que la economía financiera no está realmente preparada para responder.
Puntos clave
- Cuando el mercado cae tras un acontecimiento meteorológico como un huracán o una ventisca, algunos dicen que hay que culpar al clima.
- Los daños materiales, las lesiones o la pérdida de ventas debido al cierre de negocios o a que los consumidores deciden quedarse en casa suelen ser los culpables identificados que vinculan las inclemencias del tiempo con los malos resultados del mercado.
- Sin embargo, la investigación financiera arroja resultados contradictorios: algunos estudios muestran esa relación entre el clima y las acciones, y otros no muestran ninguna relación.
Lo que dice la investigación
En la práctica, no es difícil comprobar la correlación entre el rendimiento del mercado de valores y los datos meteorológicos. Los meteorólogos y climatólogos registran todo tipo de datos, desde la insolación media hasta las corrientes oceánicas, y los resultados de la bolsa son de dominio público.
El truco está en elegir los datos correctos para comparar. Los estudios revisados por expertos tienen resultados dispares y contradictorios. Un ejemplo famoso fue "El estado de ánimo inducido por el clima, los inversores institucionales y los rendimientos de las acciones," que salió de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland en 2014. El estudio revela que los días relativamente más nublados aumentan la percepción de sobrevaloración de los valores individuales y, por tanto, provocan más ventas por parte de las instituciones.
Otro estudio, „Stocks and the Weather: Un ejercicio de minería de datos o una anomalía más del mercado de capitales?”apareció en Empirical Economics en 1997. Este estudio intentó replicar un estudio de 1993 que demostraba que los precios de las acciones se veían „sistemáticamente afectados por el clima”.” El estudio de 1997 no pudo rechazar la hipótesis nula y finalmente admitió „que no parecía existir ninguna relación sistemática.”
El problema del empirismo
El método científico funciona maravillosamente en física o química, donde se controlan las pruebas independientes y se aíslan las variables, pero nadie puede hacer pruebas controladas sobre el ecosistema o la economía mundial. Los sistemas son demasiado grandes para reproducirlos y demasiado complejos para comprenderlos. Los datos tienen sus límites, y lo mejor que puede esperar un analista de mercado es mostrar la correlación, no la causalidad.
La mayoría de los modelos causales en economía o ciencias ambientales se basan en la regresión. Los modeladores tienen que identificar qué factores parecen relevantes o irrelevantes, y necesitan tener datos fiables y comparables sobre todos los factores relevantes. También hay que ponderar las variables relevantes y añadir controles para posibles corrupciones o sesgos. Muchos de estos modelos son sofisticados y matemáticamente bellos, pero nunca pueden dar cuenta con precisión de todas las posibilidades.
Teorías
Una teoría razonable sobre el clima y Wall Street sugiere que el mal tiempo interrumpe los procesos empresariales, las cadenas de suministro y los movimientos de los consumidores, entre otros factores. De hecho, los medios de comunicación financieros suelen achacar un trimestre de escaso crecimiento del producto interior bruto (PIB) o los resultados de la bolsa a problemas meteorológicos. Aunque es una idea popular, no todo el mundo está de acuerdo.
Una de las escépticas es Gemma Godfrey, jefa de estrategia de inversión de Brooks Macdonald, que afirma que "los mercados están aislados" de los problemas meteorológicos. Los mercados lo han descontado, por lo que la reacción a la baja ha sido escasa … y menos margen de maniobra cuando el clima se calienta.Muchos están de acuerdo con ella, argumentando que los meteorólogos son lo suficientemente buenos ahora como para que los mercados puedan anticipar las fluctuaciones con mucha antelación.
Una teoría alternativa, derivada de las finanzas del comportamiento, afirma que el tiempo afecta claramente al estado de ánimo, y el estado de ánimo afecta claramente al comportamiento de los inversores. Este enlace parece un buen argumento a favor de los rendimientos de las acciones influenciados por el clima, pero probablemente no es tan fuerte como sus defensores lo hacen parecer.
Por ejemplo, no basta con demostrar que el tiempo afecta al estado de ánimo; hay que demostrar que el tiempo afecta al estado de ánimo de forma que altera la toma de decisiones sobre las transacciones de valores (o, alternativamente, altera los hábitos de ahorro y gasto lo suficiente como para que el volumen de valores sea sustancialmente diferente). A pesar de varios estudios en este ámbito, los economistas no tienen realmente las respuestas.
Uno de estos estudios, realizado entre 2009 y 2011 en la Bolsa de Estambul, en Turquía, descubrió que el comportamiento de los inversores no se veía afectado por los días soleados, los días nublados o la duración del sol, sino que probablemente se veía afectado por "el nivel de nubosidad y la temperatura."
Una U diferente.C. Un estudio de Berkeley, publicado en la revista Undergraduate Economic Review en 2011, concluyó que "la luz del sol afecta al estado de ánimo y el estado de ánimo puede moldear el comportamiento" y encontró una "relación significativa" entre la luz del sol y los precios de las acciones durante el medio siglo anterior.
Un estudio no encuentra ningún efecto de los días soleados en Turquía, pero otro estudio sostiene que la luz del sol afecta a los resultados de Wall Street. Es teóricamente posible que el sol afecte a los comerciantes turcos de forma diferente a los neoyorquinos, pero la conclusión más razonable es que la economía de regresión basada en modelos no está realmente preparada para manejar una relación causal tan intrincada.
Fuentes del artículo
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