Acciones preferentes vs. acciones ordinarias. Bonos: Una visión general
Los bonos corporativos y las acciones preferentes son dos de las formas más comunes de obtener capital para una empresa. Los inversores que buscan ingresos pueden aprovechar cualquiera de las dos opciones: Los bonos hacen pagos regulares de intereses, y las acciones preferentes pagan dividendos fijos. Pero es importante conocer las similitudes y diferencias entre estos dos tipos de valores.
Puntos clave
- Las empresas ofrecen bonos corporativos y acciones preferentes a los inversores como forma de obtener dinero.
- Los bonos ofrecen a los inversores pagos regulares de intereses, mientras que las acciones preferentes pagan dividendos fijos.
- Tanto los bonos como las acciones preferentes son sensibles a los tipos de interés, subiendo cuando bajan y viceversa.
- Si una empresa se declara en quiebra y tiene que cerrar, los tenedores de bonos son los primeros en recibir el pago, antes que los accionistas preferentes.
Acciones preferentes
Poseer acciones de una empresa significa tener la propiedad o el capital de esa empresa. Hay dos tipos de acciones que un inversor puede poseer: acciones ordinarias y acciones preferentes. Los accionistas ordinarios pueden elegir un consejo de administración y votar sobre la política de la empresa, pero están más abajo en la cadena alimentaria que los propietarios de acciones preferentes, sobre todo en materia de dividendos y otros pagos. En el lado negativo, los accionistas preferentes tienen derechos limitados, que normalmente no incluyen el voto.
Cuando una empresa está en proceso de liquidación, los accionistas preferentes y otros tenedores de deuda tienen derecho a los activos de la empresa en primer lugar, antes que los accionistas comunes. Los accionistas preferentes también tienen prioridad en cuanto a los dividendos, que suelen rendir más que las acciones ordinarias y se pagan mensual o trimestralmente.
Bonos
Un bono corporativo es un título de deuda que una empresa emite y pone a disposición de los compradores. La garantía de los bonos suele ser la solvencia de la empresa, o su capacidad de reembolso; la garantía de los bonos también puede proceder de los activos físicos de la empresa. A diferencia de las acciones corporativas, los bonos corporativos no tienen capital ni derechos de voto en la empresa. El inversor sólo recibe los intereses y el capital del bono, independientemente de los resultados de la empresa en el mercado.
Los bonos corporativos son una inversión de mayor riesgo para los inversores que los bonos del Estado. Cuanto mayor sea el riesgo, más altos serán los tipos de interés de los bonos. Esto es cierto incluso para las empresas con una excelente calidad crediticia.
Similitudes clave
Sensibilidad a los tipos de interés
Tanto los precios de los bonos como de las acciones preferentes caen cuando suben los tipos de interés. Por qué? Porque sus flujos de caja futuros se descuentan a un tipo de interés más alto, lo que ofrece una mejor rentabilidad por dividendos. Lo contrario ocurre cuando los tipos de interés bajan.
Capacidad de compra
Ambos valores pueden llevar incorporada una opción de compra (lo que los hace „rescatables”) que da al emisor el derecho a rescatar el valor en caso de una caída de los tipos de interés y emitir nuevos valores a un tipo inferior. Esto no sólo limita el potencial de subida del inversor, sino que también plantea el problema del riesgo de reinversión.
Derechos de voto
Ninguno de los dos títulos ofrece al titular derechos de voto en la empresa.
Revalorización del capital
El margen de revalorización del capital de estos instrumentos es muy limitado, ya que tienen un pago fijo que no les beneficia del crecimiento futuro de la empresa.
Convertibilidad
Ambos valores pueden ofrecer la opción de permitir a los inversores convertir los bonos o las preferentes en un número fijo de acciones ordinarias de la empresa, lo que les permite participar en el crecimiento futuro de la misma.
Diferencias clave
Antigüedad
En caso de liquidación -una empresa que quiebra y se ve obligada a cerrar-, tanto los bonos como las acciones preferentes tienen prioridad sobre las acciones ordinarias, lo que significa que los inversores que los poseen ocupan un lugar más alto en la lista de reembolso de los acreedores que los accionistas de las acciones ordinarias. Pero los bonos tienen prioridad sobre las acciones preferentes: Los pagos de intereses de los bonos son obligaciones legales y se pagan antes de impuestos, mientras que los dividendos de las acciones preferentes son pagos después de impuestos y no es necesario realizarlos si la empresa tiene dificultades financieras. Cualquier pago de dividendos no efectuado puede o no ser pagadero en el futuro, dependiendo de si el valor es acumulativo o no acumulativo.
Riesgo
Por lo general, las acciones preferentes tienen una calificación dos niveles por debajo de los bonos; esta calificación más baja, que implica un mayor riesgo, refleja su menor derecho sobre los activos de la empresa.
Rendimiento
Las acciones preferentes tienen un mayor rendimiento que los bonos para compensar el mayor riesgo.
Valor nominal
Ambos valores suelen emitirse a la par. Las acciones preferentes suelen tener un valor nominal inferior al de los bonos, por lo que requieren una inversión menor.
Consideraciones especiales
A los inversores institucionales les gustan las acciones preferentes debido al tratamiento fiscal preferente que reciben sobre los dividendos (el 50% de los ingresos por dividendos pueden excluirse en las declaraciones del impuesto de sociedades). Los inversores particulares no obtienen esta ventaja.
El mero hecho de que las empresas capten capital a través de acciones preferentes podría indicar que la empresa está cargada de deuda, lo que también puede suponer limitaciones legales a la cantidad de deuda adicional que puede captar. Las empresas de los sectores financiero y de servicios públicos emiten sobre todo acciones preferentes.
Sin embargo, el alto rendimiento de las acciones preferentes es positivo, y en el actual entorno de bajos tipos de interés, pueden añadir valor a una cartera. Sin embargo, es necesario investigar adecuadamente la situación financiera de la empresa, o los inversores pueden sufrir pérdidas.
Otra opción es invertir en un fondo de inversión que invierta en acciones preferentes de varias empresas. Esto ofrece la doble ventaja de una alta rentabilidad por dividendos y la diversificación del riesgo.
Fuentes del artículo
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