Con miles de acciones, bonos y fondos de inversión entre los que elegir, escoger las inversiones adecuadas puede confundir incluso al inversor más experimentado. Pero si no lo hace correctamente, puede socavar su propia capacidad de crear riqueza y un nido para la jubilación. Entonces, ¿qué es lo mejor que se puede hacer?? En lugar de elegir las acciones, debería empezar por decidir qué combinación de acciones, bonos y fondos de inversión desea mantener. Se trata de la asignación de activos. En este artículo, echamos un vistazo a la asignación de activos, y a cinco de las cosas más importantes que debe saber sobre esta técnica.
Puntos clave
- La asignación de activos trata de equilibrar el riesgo dividiendo los activos entre los vehículos de inversión.
- El equilibrio entre el riesgo y la rentabilidad es la base de la asignación de activos.
- n software de planificación financiera y unas hojas de estudio no son la única fuente de confianza.
- Conozca sus objetivos.
- El tiempo permite aprovechar la capitalización y el valor temporal del dinero.
Qué es la asignación de activos?
La asignación de activos es una técnica de carteras de inversión cuyo objetivo es equilibrar el riesgo dividiendo los activos entre las principales categorías, como el efectivo, los bonos, las acciones, los bienes inmuebles y los derivados. Cada clase de activo tiene diferentes niveles de rentabilidad y riesgo, por lo que cada uno se comportará de forma diferente a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, mientras una categoría de activos aumenta su valor, otra puede disminuir o no aumentar tanto. Algunos críticos consideran que este equilibrio es una receta para obtener rendimientos mediocres, pero para la mayoría de los inversores, es la mejor protección contra una pérdida importante si las cosas van mal en una clase o subclase de inversión.
El consenso entre la mayoría de los profesionales financieros es que la asignación de activos es una de las decisiones más importantes que toman los inversores. En otras palabras, su selección de acciones o bonos es secundaria en cuanto a la forma de asignar sus activos a las acciones de alto y bajo riesgo, a los bonos a corto y largo plazo, y al efectivo.
La mayoría de los profesionales financieros creen que la asignación de activos es una de las decisiones más importantes que pueden tomar los inversores.
No existe una fórmula sencilla que pueda encontrar la asignación de activos adecuada para cada persona. Si lo hubiera, seguro que no podríamos explicarlo en un artículo. Sin embargo, podemos esbozar cinco puntos que consideramos importantes a la hora de pensar en la asignación de activos.
1. Riesgo frente a. Rendimiento
La relación riesgo-rentabilidad es la base de la asignación de activos. Es fácil que todo el mundo diga que quiere la mayor rentabilidad posible, pero elegir simplemente los activos con mayor potencial -acciones y derivados- no es la respuesta.
Los desplomes de 1929, 1981 y 1987, y las caídas más recientes tras la crisis financiera mundial entre 2007 y 2009 son ejemplos de momentos en los que invertir sólo en acciones con el mayor rendimiento potencial no era el plan de acción más prudente. Es hora de enfrentarse a la verdad: todos los años sus rendimientos van a ser superados por otro inversor, fondo de inversión, plan de pensiones, etc. Lo que separa a los inversores codiciosos y ávidos de rentabilidad de los que tienen éxito es la capacidad de sopesar la relación entre riesgo y rentabilidad.
Sí, los inversores con mayor tolerancia al riesgo deberían asignar más dinero a las acciones. Pero si no puede permanecer invertido durante las fluctuaciones a corto plazo de un mercado bajista, debería reducir su exposición a la renta variable.
2. Software y hojas de planificación
Los programas informáticos de planificación financiera y las hojas de estudio diseñadas por los asesores financieros o las empresas de inversión pueden ser beneficiosos, pero nunca confíe únicamente en los programas informáticos o en algún plan predeterminado. Por ejemplo, una vieja regla empírica que algunos asesores utilizan para determinar la proporción que una persona debe asignar a las acciones es restar la edad de la persona de 100. En otras palabras, si tiene 35 años, debería invertir el 65% de su dinero en acciones y el 35% restante en bonos, bienes inmuebles y efectivo. Los consejos más recientes han pasado a ser 110 o incluso 120 menos su edad.
Pero las hojas de cálculo estándar a veces no tienen en cuenta otra información importante, como si es usted padre, jubilado o cónyuge. Otras veces, estas hojas de trabajo se basan en una serie de preguntas sencillas que no captan sus objetivos financieros.
Recuerde que a las instituciones financieras les encanta encasillarle en un plan estándar no porque sea lo mejor para usted, sino porque es fácil para ellas. Las reglas empíricas y las hojas del planificador pueden dar a la gente una orientación aproximada, pero no hay que encasillarse en lo que dicen.
3. Conozca sus objetivos
Todos tenemos objetivos. Tanto si aspira a crear un abultado fondo de jubilación, como a poseer un yate o una casa de vacaciones, a pagar la educación de sus hijos o simplemente a ahorrar para un coche nuevo, debe tenerlo en cuenta en su plan de asignación de activos. Hay que tener en cuenta todos estos objetivos a la hora de determinar la combinación adecuada.
Por ejemplo, si planea tener un condominio de jubilación en la playa dentro de 20 años, no tiene que preocuparse por las fluctuaciones a corto plazo del mercado de valores. Pero si tiene un hijo que entrará en la universidad dentro de cinco o seis años, es posible que deba inclinar su asignación de activos hacia inversiones de renta fija más seguras. Y a medida que se acerque la jubilación, es posible que desee cambiar a una mayor proporción de inversiones de renta fija a participaciones en acciones.
4. El tiempo es tu mejor amigo
La U.S. El Departamento de Trabajo ha dicho que por cada 10 años que se retrasa el ahorro para la jubilación -o algún otro objetivo a largo plazo- hay que ahorrar tres veces más cada mes para ponerse al día.
Disponer de tiempo no sólo le permite aprovechar la capitalización y el valor temporal del dinero, sino que también le permite destinar una mayor parte de su cartera a inversiones de mayor riesgo y rendimiento, como las acciones. Un par de años malos en el mercado bursátil probablemente no serán más que un parpadeo insignificante dentro de 30 años.
5. Sólo hazlo!
Una vez determinada la combinación correcta de acciones, bonos y otras inversiones, es el momento de ponerla en práctica. El primer paso es averiguar cómo se desglosa su cartera actual.
Es bastante sencillo ver el porcentaje de activos en acciones frente a los bonos, pero no olvide clasificar el tipo de acciones que posee: pequeña, mediana o gran capitalización. También hay que clasificar los bonos según su vencimiento: a corto, medio o largo plazo.
Los fondos de inversión pueden ser más problemáticos. Los nombres de los fondos no siempre cuentan toda la historia. Hay que profundizar en el folleto para saber en qué se invierten los activos del fondo.
El resultado final
No existe una solución única para asignar sus activos. Los inversores individuales requieren soluciones individuales. Además, si no tiene un horizonte a largo plazo, no se preocupe. Nunca es demasiado tarde para empezar. Nunca es demasiado tarde para dar un lavado de cara a su cartera actual. La asignación de activos no es un hecho puntual, sino un proceso de progresión y ajuste a lo largo de la vida.
Fuentes del artículo
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